sábado, 27 de agosto de 2011

me voy... otra vez.

amigos! mis bloggeros favoritos! mis bellezas inspirativas hahah. bueno vengo a decirles que me voy por unos dias a un pueblito llamado higuerote. y queria dejarles un capi de voice, les juro que lo tengo casi listo, bueno en verdad lo tengo terminado pero aun tengo que revisarlo. por lo tanto no podre montarlo aun. los amo con locura a todos. espero que tegan un excelente fin de semana.

hasta luego!

los quiere ~risa~

jueves, 25 de agosto de 2011

regalo!

bueno, este es un regalo que marie y vallery del blog another world, me han entragado por llegar a sus 100 seguidores, y ya se chicas que me lo dieron hace un milenio pero es que no tuve tiempo sino hasta ahora de montarlo. asi que aqui esta.
muchas felicitaciones por haber llegado a los 100, les deseo lo mejor porque su blog es estupendo.


que tengan una linda y agradable noche.

los quiere ~risa~

capitulo 3 - voice

¿como estan todos? bueno yo estupendamente, de un humor excelente. Pues estoy viendo una peli y leyendo el libro de esta, que aunque se que es un poco vieja, estoy segura que muchos la conoceran. Bueno, se trata de The Notebook. Ayer estaba viendo una lista de peliculas para ver por internet y consegui The Notebook entonces la empece a ver mientras leia el libro. total que he tardado dos dias en acabarme ambas cosas pues no he querido terminar el libro sin terminarme la pelicula.
por su puesto, esto del romanticismo de la pareja que forman Noah y Allie me llevo a escribir dos capis de voice, pero como quiero mantener el suspenso, solo les dare uno.

espero que les guste, y que me puedan dejar sus comentarios.

con todo el cariño ~risa~




Grace había pasado la noche con el Dj y resulta que no estaban haciendo nada de lo sucio que se maquinaba en mi mente, sino todo lo contrario. Pasaron la noche en la plaza Alfredo Sadel y si dejas de lado todo el bullicio que la invade por tener calles comúnmente transitadas alrededor, podía en realidad ser muy romántico.

Bueno en realidad eso no es lo que pienso, pero la expresión de Grace me impulsó a callar mis comentarios.

Ella está enamorada, se le nota en la mirada justamente ahora mientras practicamos una canción de Hoobastank.

Me siento feliz por ella, de verdad que sí, pero… estoy preocupada. ¿Y si su amor por Daniel –así se llama el DJ- es tan grande que decide dejar la banda?

Sucumbiría totalmente.

La miro con el ceño fruncido por doceava vez en este día.

Empiezo a cantar el primer verso de la canción cuando el pitido chirriante de un celular comienza a sonar. Encojo mis hombros ante la interrupción.

-oh, lo ciento june, es Daniel. Acordamos que hoy vendría a casa. Tendrás que irte, lo siento mucho amiga, te llamare luego.

Y así, antes de decir “traición” ya me encuentro parada en la estación de autobús sosteniendo mi guitarra contra la espalda.

Resoplo un par de veces cuando el autobús llega y me veo obligada a subir junto con el resto de la gente cansada y sudorosa.

Tengo la suerte de tomar un asiento vacío y sentarme en él con la guitarra entre mis piernas.

Me doy cuenta que el asiento de al lado se encuentra vacio hasta que un hombre aparece y se sienta en el.

Sus piernas se cruzan en un modo en el que le permite tener contacto con mi pierna izquierda. Yo me alejo al instante, como si hubiese chocado contra una corriente de eléctrica.

El hombre me mira y entonces me paralizo porque adornando esos ojos somnolientos se encuentra un conocido color marrón.

Me aplasto contra la ventana para alejarme de él pero la realidad es que el está obstruyendo mi salida y yo no tengo otro lugar en el que moverme más que un espacio de cincuenta centímetros. El no parece haberse dado cuenta de quién soy yo por lo tanto solo reposa la cabeza en el espaldar de la silla y cierra los ojos.

Me quedo allí mirándolo como si fuera un extraterrestre porque en el más retorcido punto de vista, lo es para mí.

“tranquila june” me digo a mi misma, cerrando los ojos y respirando profundo “el no puede hacerte nada aquí en medio de tantas personas” eso estaba mejor, y era cierto. El no podía hacerme nada aquí.

Sin embargo, la parada en la que me bajo es una de las ultimas y aun así tengo que caminar dos cuadras para llegar a mi casa.

Mis manos comienzan a temblar y para disimularlo las meto en los bolsillos de mis shorts.

El tipo a mi lado parece en verdad muy cansado, y viéndolo más de cerca, debe tener unos veinte años.

Sin darme cuenta, me he acercado mucho más de lo que debería pero cuando me percato de esto es muy tarde pues el tipo abre los ojos.

El se fija en mí y luego en la guitarra acunada entre mis piernas. Mis manos dentro de los bolsillos comienzan a temblar tanto que el deseo de esconderlas desaparece y las saco para arreglarme el pelo y hacerme una cola alta. Solo para distraer al tipo de lo que sea que estaba pensando.

Pero el sigue mirándome intensamente con una chispa de curiosidad en sus ojos.

Intento mirar por la ventana y distraerme con los carros que pasan pero el hecho de que su mirada aun este pegada en mi me hace querer salir corriendo. Y bueno, eso es justo lo que hago.

Me levanto y sin decir nada camino con dificultad hasta la parte delantera del autobús. Me sostengo del tubo metálico y espero la siguiente parada mordiéndome el labio inferior.

No me importa si estoy aun muy lejos de mi casa, es suficiente con saber que el tipo se va a quedar aquí en el autobús.

Cuando el autobús se detiene, le doy unas monedas al conductor y salgo tropezando de allí.

Corro fuera de la parada hacia el camino que se dirige a mi casa. Entonces comienzo a sentir la misma sensación. Alguien me persigue.

Son aproximadamente las cinco de la tarde, la gente empieza a irse a sus casas aunque el hecho de que me encuentre en una avenida muy transitada no es suficiente, en algún momento pasare por un callejón solitario y estoy segura que ahí estará el borracho para hacer conmigo lo que sea que tiene en la mente hacer.

Veamos, se karate, tome unas cuantas clases cuando era pequeña, por lo menos se lo básico. Si algo me ocurre, me defenderé porque aunque no tenga el entrenamiento necesario, si tengo la fuerza.

Que patética estoy siendo, no puedo juzgar a ese tipo. Quizás si estaba borracho en el local mientras me veía cantar pero hoy me lo pude haber encontrado por casualidad y por eso el se quedo viéndome, porque se llevo una sorpresa al encontrarme sentada junto a él.

Pero si esto es así, entonces ¿Que hay con la sensación que sentí al salir del local? y ¿Que hay con la que estoy sintiendo justo en este momento?

Alguien… alguien me sigue muy de cerca.

En un segundo me volteo rápidamente con el puño dispuesto para golpear al borracho, pero algo me detiene, una mano sostiene firmemente mi brazo.

-¿Qué haces?- una voz de hombre, si. Pero ese no es el borracho, él es el presidente del consejo estudiantil.

Sonrojada y apenada retiro rápidamente el puño.

-lo ciento, yo…

-¿es por ese tipo?- un pálido dedo señala una figura oscura detrás de una publicidad.

-yo…

-¿te está molestando?

-pues…

-hablare con él.

-¡espera!- ¿Qué? ¿Porque lo detenía? ¿Era porque pensaba que el tipo era muy peligroso y misterioso para involucrar al presidente del consejo estudiantil? ¿O era porque me sentía confundida por la razón de que él estuviera ayudándome?

-¿Qué sucede?- se vuelve hacia mí con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.

-yo… na-nada- ¿y ahora tartamudeando? ¿Qué me ocurre?

Vuelve a voltearse y veo como su pelo negro ondea con el viento de la tarde. Me mira por encima de su hombro, justo como lo hizo en el supermercado, cuando se voltea y se dirige a la otra acera para hablar con el tipo, tengo que procurar cerrar la boca.

Veo como el toca ligeramente el hombro del borracho y, educadamente le dice algo. El borracho hace un gesto con la mano y luego le lanza una sonrisa asustadiza. Me comienzo a preguntar que le ha dicho el presidente del consejo estudiantil.

El borracho se gira y rápidamente se pierde en una maraña de gente que sale de sus trabajos para dirigirse a sus casas.

El presidente del consejo estudiantil me dirige una mirada desde el otro lado de la acera, yo no puedo más que permanecer allí mirándolo esperando a ver cuál va a ser su próximo movimiento.

-¿necesitas un aventón?- grita él para que se pueda oír por encima del ruido de la ciudad.

Aturdida, asiento con la cabeza mientras vuelvo a mi amada ambición de morderme el labio inferior.

El hace una señal con los dedos para que lo siga y eso es lo que hago. Cruzo la calle rápidamente y lo sigo por la acera.

Llegamos a un estacionamiento en algún centro comercial que no conozco. Al principio pienso que me guiara hasta el interior del estacionamiento para buscar su carro pero entonces me fijo en un espacio apartado para las motocicletas. Y él se dirige justo allí.

-¿esperas que suba a una moto con… contigo?- él se encoje de hombros y se sienta en una de las motos –la más despampanante en realidad- poniéndose un casco negro que le cubre todo el rostro y sosteniendo uno en el aire para mi.

-te prometo que no será tan malo, puede que hasta lo disfrutes- mira hacia adelante con el casco negro sostenido aun en una de sus manos. Yo lo tomo y me lo pongo, dudo un poco en montarme en la moto con él. El espacio para mi es tan reducido que no puedo evitar sonrojarme un poco.

Entro sin problemas, notando el contacto que nuestros cuerpos tienen.

-¿lista?- pregunta él arrancando el motor.

-no- le digo asustada y sosteniéndome de una asa metálica que encuentro a mis espaldas.

-no arrancare hasta que te sientas segura.

-dudo mucho que eso pase.

-eres june ¿verdad?

-sí.

-soy Ray, presidente del consejo estudiantil de nuestra escuela- me pregunte por un momento si el en verdad se presentaba a todo el mundo de esa forma. –para empezar, deja de estar tan tensa, solo… relájate- dice el acomodándose en el asiento, aun mas pegado a mí.

-yo… yo…

-no lo estás haciendo june.

-es que no puedo, nunca me he montado en una moto y todo se siente tan inestable e inseguro…

-entonces abrázame.

-¿disculpa?

-abrázame june, los momentos en los que tienes que atravesar algún tipo de miedo pasan mejor y más rápido cuando estas con alguien- bueno, eso era cierto. Pero no lo abrazaría.

Me di cuenta que el cruzó los brazos sobre su pecho y apagó el motor.

El no estaría jugando este juego con migo ¿o sí?

-mira, se que huelo mal pero no es para tanto- eso me hace soltar una leve risita pero me recompongo, molesta porque me haya hechos reír cuando se suponía que era un momento muy serio para mí.

Suavemente, suelto una mano de mi agarre frenético del asa a mis espaldas y luego suelto la otra mano dejándolas colgadas a mis costados sin estar muy segura de lo que debía hacer.

¿Debía apretar su camisa con mis puños? O ¿rodearlo completamente con mis brazos? Decidí optar por la primera opción.

Deslice mis manos por su suave chaqueta de cuero negro y la apreté lo mas que pude formando puños.

-¿de verdad te sientes segura de ese modo?- no… no me sentía para nada segura. Entonces sin previo aviso Ray toma mis brazos y me jala hacia adelante para situarlos sobre su abdomen.

Me quedo ahí con la respiración agitada y con las mejillas calientes, casi paralizada por la sorpresa.

-mejor- dice él prendiendo el motor de un tirón, entonces le da la vuelta a su moto dejando atrás un par de marcas de neumáticos.

No puedo resistir el impulso de gritar cuando salimos disparados por la autopista. El viento azota mi rostro y me impide abrir los ojos, por esto aprieto mis parpados.

-Hey abre los ojos- yo ya me encuentro meneando la cabeza bruscamente – ¿cómo vas a darme tu dirección si tienes los ojos cerrados?-

-oh es muy fácil hacerlo.

-dímela entonces- se la dije, con lujo de detalles.

-está bien- fue lo último que le escuche decir, cuando siento que la moto se detiene, media hora después, abro lo ojos.

-esto no es mi casa.

-lo sé.

-llévame a mi casa- le ordeno, pero él se encoje de hombros.

-solo con una condición.

-¿Cuál?

-cuando viajes conmigo mantén los ojos abiertos.

-¿eso es todo?

-no pareció muy fácil para ti cuando íbamos a cien kilómetros por hora- me quedo callada pero vuelvo a enlazar mis brazos a su alrededor.

-lista- digo respondiendo a la pregunta que él me había hecho en el estacionamiento.

Ray vuelve a arrancar su moto, esta vez yo tenía abierto los ojos procurando que mi estomago se mantuviese indiferente, pero a decir verdad era muy difícil.

La velocidad era algo que me mareaba, siempre lo ha sido. Nunca debí montarme con Ray en esta moto, pues ahora siento como el almuerzo que comí en la casa de Grace lucha por abrirse paso por mi garganta.

Por otra parte.

No sabía qué tipo de atajo había tomado Ray para llegar a mi casa, pero estábamos cruzando uno de los lugares más bonitos que había visto.

-¿te gusta?- gritó Ray por encima del rugir del motor y del viento en nuestros oídos. Yo me encontraba mirando al lado izquierdo, donde las montañas se alzaban y se cernían sobre casas espléndidas, sin duda, alguna de ellas debía ser de algún cenador. Pero cuando volteo a mi derecha pego un ligero salto de emoción.

La Caracas que yo conocía parecía diferente desde este ángulo. Los edificios se alzaban por encima de algunas casas, pero todos formaban parte de un mismo cuadro, congeniando sus colores y sus texturas.

Por encima de todo esto, El Ávila, se imponía sobre la ciudad, demostrando quien mandaba, quien nos protegía.

-no conocía este camino- dije como una tonta que no sabe nada del mundo.

-quería mostrarte esto.
-¿Por qué?- pregunto, luchando por hacerme oír por encima del aire.

-bueno…- suelta una pequeña risita –ni yo mismo lo sé.

Suspiro y disfruto del paisaje.

Cuando llegamos a mi casa, me apresuro a calmar los rugidos que vocifera mi estomago. Y acomodo mi guitarra a mis espaldas apoyándome sobre ella con mis manos.

-¿tocas?- pregunta Ray señalando la guitarra.

-sí, tengo una banda.

-quizás algún día pueda escuchar una de tus canciones- responde él con una sonrisa en sus labios.

Pasa un largo silencio en el que ambos nos quedamos mirándonos el uno al otro. Comienzo a morderme el labio inferior.

-sigo sin entender porque me estás hablando- le dije sin responder su petición, pero a él no pareció importarle.

-¿te refieres a eso de los diferentes status sociales y todo eso?

-sí, eso.

-bueno… para serte sincero, nunca me ha importado mucho eso, además ya te había visto antes.

-si, en el supermercado.

-no- vuelve a reírse con soltura –esa es la primera vez que tú me has visto de cerca.

-¿entonces esa no fue tu primera vez?

-no, mi primera vez fue hace much…

-¡june!- alguien grita desde el interior de mi casa, interrumpiendo por completo las palabras de Ray.

-¿seguiremos esta conversación después?- le pregunto con las mejillas encendidas.

-por supuesto- el sonríe, pero no es esa sonrisa torcida que me regalo en el supermercado, ni la que ha estado utilizando con chispas de picardía. No… esta sonrisa es genuina.

Yo le sonrío de la misma forma.

-gracias Ray.

-solo llama y estaré ahí- responde él rozando la punta de su pulgar contra mi mejilla. Yo me paralizo por sus palabras y no puedo hacer más que quedarme allí parada mirando cómo se va en su moto.




martes, 23 de agosto de 2011

capitulo 2 - voice

les dejo el segundo mini capi de voice, espero que lo disfruten y que me dejen coments.
lamento que sea tan corto pero es que descubri que asi me manejo mas facil y puedo llevar la historia sin problemas.

los quiere muchisimo ~risa~



Pase la noche en vela pensando en los ojos marrones del borracho del local. Nunca antes en mi vida he pasado por esa experiencia.

He pensado en decirle algo a mis hermanos pero seguro me dirán algo así como “ay june, ¿ya empezaste con tus delirios de nuevo?” y francamente no estoy para sus tonterías. No puedo decírselo a la policía porque a menos de que el borracho no me haya causado un daño físico estoy segura de que ni si quiera se molestaran en contestarme.

Me he prometido a mi misma que si el borracho vuelve a ser acto de presencia en cualquier otro momento de mi vida llamare a la policía de inmediato.

Hoy no tengo nada que hacer. Grace se marcho con el DJ del local cuando terminó la fiesta y desde ese momento no me ha respondido ningún mensaje de texto.

Estoy angustiada, mis manos tiemblan así que solo para distraerme saco mi guitarra acústica y toco una melodía en el alféizar de mi ventana ya que afuera está lloviendo y si llego a tocar esas tejas mojadas estoy segura que me romperé el cuello en la caída.

Así que el alfeizar es cómodo por ahora.

Cuando termino la canción veo como mi madre abre la puerta y se acerca.

-hola mama- digo secamente sin levantar la mirada de mi guitarra.

-esa es mi canción favorita- dice sentándose en mi cama con las piernas cruzadas.

-no sabía, solo se me vino a la mente- dejo la guitarra a un lado y miro la ciudad que se extiende debajo de nosotros.

-si… bueno esa es la canción favorita de tu padre también de hecho…

-mama, ¿puedes dejar de fingir este papel de madre buena? ¿Por favor?- suelto un bufido y vuelvo a tomar mi guitarra pero no la toco, solo la abrazo cada vez mas y mas fuerte. –me enfermas.

Ella no dice nada pero cuando miro por el rabillo del ojo está de espaldas a mí en el marco de la puerta.

-ve a comprar pan, leche y queso, nos estamos quedando cortos de comida. El dinero está en la mesa de la cocina.

-Mjm- contesto y suelto la guitarra de mi agarre.

Me visto con unos legins cortos, unos chores blue jeans y una camiseta blanca, le mando un mensaje más a Grace y luego bajo las escaleras. Tomo el dinero de la cocina y salgo de la casa.

Entonces los ojos del borracho vuelven a golpearme como una ráfaga de viento inevitable. Comienzo a temblar descontroladamente. Vuelvo a entrar y subo las escaleras siguiendo el camino hasta llegar al cuarto de mi hermano Noah. Abro la puerta de golpe y me acerco a mi dormido hermano.

-Noah- cruzo los brazos sobre mi pecho y cambio de peso en mis pies al ver que no responde. -¡Noah!- grito, pero sin cambios.

Voy a su baño y lleno una jarra de agua hasta el borde, luego vuelvo a acercarme Y… ¡SPLASH!

El se levanta frenético, luego me mira sosteniendo la jarra vacía en mis manos.

-¿estás loca? ¡Soñaba con que besaba a Megan Fox!- dice él molesto, sus ojos cubiertos de lagañas y la pijama arrugada debajo de él.

-si bueno, bienvenido a la realidad. Vístete, hoy me acompañaras al supermercado- no le doy tiempo a que responda pues ya sé que empezara a quejarse como un bebe sin su chupón, entonces cruzo la habitación y cierro la puerta detrás de mí.

Noah sale cinco minutos después.

Casi lo arrastro al exterior de la casa y cuando él ve el Buick de Grace se detiene bruscamente.

-decidiste entonces empezar a robar carros.

-no- respondo cortante dirigiéndome a la blazer de la familia. –Grace me lo presto ayer.

Abro la puerta del conductor.

-Whoa Whoa Whoa, ¿qué haces?-

-¿me… preparo para conducir?- digo con un tono obvio en mi voz.

-Ja Ja no june, no me despertaste a las cinco de la maña…

-son las nueve hermano.

-cinco, nueve, son lo mismo, ambos tienen el AM por delante. Como sea, no me despertaste tan temprano para que ni siquiera conduzca.

Aturdida me cambio de asiento, luego el sube y enciende el motor.

Al llegar al supermercado Noah insiste en quedarse en el carro mientras yo compro los víveres.

Otra prueba de que es un cerdo perezoso, hasta el más tonto puede saber que se va a quedar en el carro solo para dormir un rato más.

Intento poner la mejor sonrisa mañanera al entrar en la gran estancia llena de gente. Pero es difícil al sentirme tan furiosa con Noah y tan preocupada por el borracho de ayer.

Ya tengo la leche y el pan, solo voy por el queso cuando en el pasillo de los artículos de limpieza me tropiezo contra alguien.

-oh lo ciento- cuando levanto la mirada me parece vagamente familiar el rostro que tengo en frente.

El chico me lanza una sonrisa torcida y se aleja por el pasillo.

Intento buscar en mi memoria… la última vez que lo vi fue… fue… en el ¿colegio? No estoy segura pero me parece haberlo visto como presidente del centro estudiantil. Si, supongo que es el.

Lo veo alejarse por el pasillo. Tiene el pelo negro y sus ojos son azules como el mar, tiene una tez tan clara que como diría Phebe “parece un papel parlante” pero cubriendo sus mejillas hay varias pecas marrones y claras.

Meneo la cabeza ligeramente, despejando su rostro de mis ojos. Aun así, cuando llega al final del pasillo sus ojos me miran ligeramente por encima de su hombro, luego desaparece detrás de una estantería cargada con cereales.

Por un momento me quedo preguntándome que fue eso, pero le resto importancia y sigo mi camino para comprar queso.

De regreso al carro, Noah se encuentra dormido. Le lanzo sobre las piernas las bolsas que he comprado y él se despierta sobresaltado.

Sonrío satisfecha.

-hay formas más humanas de despertar a la gente- se queja retrocediendo la blazer.

-pero tú no eres gente, solo un cerdo- le respondo cruzando los brazos sobre el pecho y mirando por mi ventana. El lanza un bufido y seguimos el resto de camino a casa en silencio.

Al llegar corro a mi habitación y reviso mi celular.

El alma me vuelve al cuerpo cuando veo en la pantalla

Nuevo mensaje de Grace.

Sonrío y abro el sobre digital.

-Hola amiga, estoy bien, no son necesarios tantos mensajes para localizar una sola persona. Oye ¿Qué tal si vienes a buscarme y te cuento todo lo que ocurrió ayer?

Tecleo rápidamente un mensaje en respuesta.

-Estaba preocupada, enseguida salgo.

regalito!

bueno amigos, vengo FELIZ por que hoy al fin he tenido la iniciativa de levantarme temprano para seguir escribiendo voice, ademas que comenzare muy pronto el segundo libro de SLG, pues se que quedaron muchos asuntos pendientes cosa que hice a proposito pero bueh. veremos si puedo comenzar pronto ese proyecto. por ahora solo ando con voice.


antes de que dejen de leer les traigo un premio super interesante y divertido que me lo ha regalado mi gran amiga withney.


¿no es hermoso?
a mi me encanta, sobre todo por que viene con unas cuantas preguntas que me encantaria responder para que conozcan un poco de mi.


primero: deletrea tu nombre con canciones.

raise your glass
im not the one
skyscraper
all that I am

segundo: responde

Nombre: informacion clasificada, si se los digo tendria que matarlos... (: dejemoslo en Risa Valentine.
Fecha de nacimiento: 1-11-95
Apodo: hammi, manos de mantequilla (:
Color de ojos: cafés.
Color de cabello: marron con dettales claros.
Signo del Zodiaco: escorpio

tercero

los zapatos que llevas hoy: boticas afelpadas. 
tu miedo: no ser tomada en serio.
tu pizza perfecta: familiar, con bordes especiales de queso, y margarita.
tu objetivo que deseas alcanzar: mas que publicar un libro quisiera encontrar un lugar para mi en el mundo.

cuarto
tu mejor caracteristica fisica: mi sonrisa 
tu hora de acostarte: en vacasiones a las 5 am o por ahi, y durante periodo de clases a las 12 am si me siento muy responsable, sino entonces me acuesto a la 1 am. creanme, intentare cambiar esto.
la mayor perdida de memoria: una vez me levante y todos estaban molestos con migo, cuando pregunte por que me dijeron que en la noche del dia anterior me habia levantado y sin ninguna razon en especifico habia lanzado un plato y un vaso de vidrio contra la pared, luego de eso me fui a dormir. les juro que no recuerdo haber causado semejante alboroto, pero al parecer tengo un poco de sonambula.

quinto: tal cual

¿pepsi o cocacola? francamente no les veo la diferencia pero siempre me llama mas la pepsi.
¿Mc o Bk? mc donalds definitivamente.
¿aidas o Nike? ninguno de los dos.
¿lipton iced tea o nestea? nestea, me gusta tanto que lo tomo cada vez que puedo (:
¿chocolate o vainilla? vainilla por siempre.
¿capuchino o café? capuchino aunque a veces tambien cafe.

sexto: tu...?

¿maldices? no, solo cuando estoy muy enojada, pero casi nunca lo hago.
¿cantas? sip, mucho
¿crees que has estado enamorada? no, supongo que es un sentimineto que no esta destinado para una niña de 16 años, ya cuando crezca estoy segura que lo sentire.
¿quieres ir a la universidad? si fuese por mi me pasaria el resto de mis dias escribiendo pero como la vida es mucho mas que eso entonces tengo que especializarme en algo no? s:
¿quieres casarte? sip
¿sales junto con tus padres? ya no, pues mis papas se separaron, ahora solo salgo con mi mama para comprar algo en especifico o con mi papa para ir a hacer una de esas salidas obligatorias.

septimo: en el pasado mes tu...

¿fuiste al centro comercial? si
¿comerse una caja entera de oreos? por mas raro que suene, no me gustan, a menos de que esten acompañadas por un super baso de leche.
¿estar en el escenario? el pasado mes no, pero si en otros momentos de mi vida.
¿patinar? nop
¿hacer galletas en casa? nop
¿nadado desnudo? nop
¿robo de cualquier cosa? nop

octavo: alguna vez...

¿jugaste un juego que incluya eliminacion de ropa? nop
¿has sido golpeado? sip
¿robado en las tiendas? nop

noveno
¿que edad esperas para casarte? 19 a 25
¿numero de niños? 2 o 3
¿describir la boda de tus sueños? una boda tradicional en una iglesia con todos mis amigos y mis familiares cerca.
¿que lugar te gustaria visitar mas? italia

decimo: en el sexo opuesto...

¿color de ojos? pueden ser de cualquier color con tal y sean calidos y pueda quedarme guindada facilmente de ellos.
¿mejor color de cabello? negro hasta hace poco, ante me gustaba el cabello amarillo.
¿corto o largo? uno entre los dos, algo asi como por encima de los hombros pero tan poco que este al rape.
¿altura? una o dos cabezas mas alto que yo.

onceavo: cuestionario personal

¿como te despertaste esta mañana? me desperte como me dormi, pensando en el libro que me habia terminado de leer: sinsajo de la trilogia los juegos del hambre.
¿donde estas? en mi cuarto acostada en mi cama.
¿esperas que mañana sea un gran dia? sip, bueno espero lo mismo de todos los dias.
¿te gusta alguien? superficialmente sip.

ultimo paso: pasar a los blogs que quieran responder estas preguntas
bueno, se lo paso a todos mis seguidores (:


gracias witnhey, por este premio.

los dejo entonces amigos. publicare el proximo capi de voice cuando termine de corregirlo. 

los ama ~risa~

lunes, 22 de agosto de 2011

capitulo 1 - voice

como estan todos?! bueno yo estoy buenisimo pues ya tengo listo el primer capi de VOICE.

que lo disfruten! y comenten porfa

con amor ~risa~





-¡June! ¿¡Dónde te metiste esta vez niña?!

¿Qué donde me metí? Bueno… no lo suficientemente lejos de ti al parecer pienso con amargura acurrucándome más en las tejas del techo de mi casa. La voz de mi madre sigue escuchándose a través de la ventana abierta de mi habitación, pero yo solo cierro los ojos y muerdo mi labio inferior. No es que tenga una especie de tic del que no puedo deshacerme. Al contrario, es una manía que tengo desde pequeña y que siempre me ha gustado.

Veo el atardecer encima de ese techo.

Nunca me ha gustado verlo sola, siento que es un espectáculo digno de compartir con alguien. Pero ¿con quién lo llegaría a compartir? ¿Con mi perro Lars? ¿Con mi hermano Jason? ¿Con mi hermanita Phebe? ¿Con mis otros tres hermanos mayores que me parecen los idiotas más grandes que hayan pisado este mundo: Noah, George y Nicolás? Ni si quiera puedo nombrar a mi madre. Ella… bueno simplemente la odio.

Quizás es porque ella expulsó a mi padre de nuestro hogar cuando yo apenas era una niñita de cinco años. O tal vez porque todas las semanas trae a casa un nuevo novio.

Solo de una cosa estoy verdaderamente orgullosa de ella, y eso es que puede fácilmente aparecer en los Record Guinnes por su increíble flojera por conseguir trabajo. Una vez que mi hermano mayor Nicolás, pudo conseguir trabajo –en un impresionante taller- mi madre se relajo y dejo de preocuparse de las deudas.

Ya sé que dije que Nicolás es un idiota, bueno antes lo era, pero sé que ahora está manteniendo a nuestra familia, así que tal vez ya no sea tan idiota como cuando jugaba con mis colitas o como cuando saltaba y hacia cosas dignas de un mono.

Le sonrío al sol detrás de las montañas.

-june, ya esta lista la cena.

Phebe es la única que conoce mi escondite secreto y allí está ella, su cabeza asomándose por la ventana de mi habitación.

-enseguida voy- le respondo sin despegar la mirada del atardecer.

A veces quiero escapar. Montarme en el primer carro que se me cruce y conducir hasta perder de vista el camino.

Solo yo y un atardecer como este. Nada más.

Suspirando, me deslizo por las tejas del techo hasta llegar a mi ventana. De repente cuando quiero apoyar un pie sobre una de las lodosas tejas, ésta resbala y con ella todo mi cuerpo.

No caigo.

Dos manos sostienen fuertemente mi muñeca.

Alzo rápidamente la mirada. Y allí esta Jason con una sonrisa de alivio en su rostro.

-deberías buscar otro escondite hermana- le sonreí de vuelta.

-ahora que más de una persona sabe de él, supongo que si tendré que buscar otro escondite.

Phebe, Jason y yo bajamos las escaleras y nos encaminamos al comedor donde nuestra madre nos espera con arrugas en la frente, royos que atrapan sus rizados cabellos y un cigarrillo en su mano.

-no calentare tu comida june, tendrás que comerla fría ahora- ella se voltea dándole la cara al fregadero y apaga el cigarrillo en él. Se quita los royos del pelo y uno a uno, los deja encima de la mesa.

-¿saldrás?- pregunta Phebe mientras se sienta en su silla y hunde la mirada en una sopa apenas cocinada.

-sí lo hare- en su voz hay una repentina emoción que ninguno de los presentes siente fuera de lugar. –hay mas sopa en la nevera, sierren la puerta con llave y no le habrán a extraños. June por favor no te acuestes tan tarde y no dejes que Phebe y Jason vean mucha televisión- mira su reloj de muñeca y vuelve su mirada a nosotros –de todos modos sus hermanos Noah y George estarán aquí en unas dos horas.

Está bien. Mi madre es una madre que puede entrar dentro del rango madre-que-se-preocupa-por-sus-hijos, somos seis después de todo, si nos hubiese demostrado algún signo de maltrato al menor, hace años que los del servicio social nos habrían llevado con buenas familias. Pero nosotros estamos aquí porque en algún extraño sentido, ella nos ama.

-si mama- meto una cucharada de sopa fría en mi boca.

Al terminar de sacarse los royos del pelo, se retoca un poco el maquillaje y tras una despedida sutil, se marcha.

Mis hermanos y yo terminamos de comernos la cena y luego los mando a sus cuartos mientras yo lavo los platos.

Al terminar subo a mi habitación.
Música electrizante se escuchaba en la calle. Sé que por ser sábado en la noche mucha gente estará dando fiestas en sus casas. A las que yo nunca estoy invitada.

Salgo por la ventana y vuelvo a meterme en mi pequeño lugar. Esta vez tengo cuidado con las tejas.

A lo lejos veo un montón de casas iluminadas con luces de diferentes colores. Suspiro… en este techo muchos son los suspiro que pierdo.

Saco mi celular del bolsillo y llamo a mi mejor amiga.

-Hola Grace, ¿ya viste el pueblo?

-Si amiga, es una noche perfecta. Te busco en cinco minutos.

-Está bien, nos vemos.

Hace años que venimos haciendo esto, por lo general son los sábados en la noche cuando la población adolescente del pueblo necesita liberarse de todo el estrés que han acumulado durante la semana realizando así las mejores fiestas.

Por supuesto, Grace y yo no siempre nos presentamos en casas de familia, nos hemos atrevido a cantar frente a toda una multitud que fácilmente pueden ser turistas, viejos o niños que no tienen edad para entrar a los grandes locales.

Vuelvo a mi habitación donde me visto con unos pantalones pegados negros, una camiseta blanca que muestra un lobo en su parte delantera y encima de ésta una chaqueta de cuero negro.
Delineo con un lápiz negro el borde de mis ojos verdes, remarco mis mejillas con un rubor rosa pálido y pinto mis labios con un provocador rojo carmesí que contrasta a la perfección con mi cabello castaño ondulado ligeramente suelto sobre mi espalda.

Tomo el estuche que contiene mi guitarra eléctrica y bajo las escaleras.

-¡niños!- llamo desde la puerta. Dos cabecitas aparecen y me dirigen una sonrisa.

-estas muy bonita hoy june, ¿vas a un club?- dice Phebe bajando las escaleras.

-no lo sé, veremos que conseguimos Grace y yo. Pero quiero que ambos se queden aquí hasta que Noah y George regresen ¿está bien?- ambos asienten.

Tomo mi guitarra y Salgo de la casa.

Grace me espera con su Buick Skylark blanco ronroneando en la calle. Le sonrío y entro al carro sentándome en el asiento del copiloto. Me volteo ligeramente para dejar la guitarra en los asientos traseros.

-¿lista?- pregunta aguantando el volante con ambas manos.

-completamente.

Vivo en una urbanización apartada de la ciudad, mi casa es la única que se encuentra al borde de un pequeño acantilado sostenida a este por gruesos maderos. Por lo tanto podemos ver toda la ciudad.

Nuestros vecinos son pocos, ya que vivimos en una zona lejana, y todos los que tenemos son personas mayores que viven cuidando de su jardín o jugando mini golf.

Conocí a Grace en la preparatoria, al principio no éramos amigas, ni si quiera nos hablábamos pero luego de un tiempo ella me escuchó cantar y yo la escuche tocar guitarra. Naturalmente hubo una conexión inmediata, ella me enseño a tocar guitarra y yo le enseñé a cantar. Y así formamos nuestra propia banda.

Grace aparca el carro en un viejo estacionamiento compartido, saco mi guitarra del asiento trasero y ella saca su piano, que es otra cosa que sabe tocar muy bien.

Caminamos por las calles abarrotadas de gente borracha y ruidosa. Procuramos abrazar nuestros instrumentos conscientes que de este lado de la ciudad los robos, secuestros y tiroteos son muy frecuentes.

No nos llama la atención ninguna casa en específico así que nos dirigimos a la zona donde se encuentran los locales.

Entramos a uno, cualquiera en verdad. Y vemos si hay tarima, descubrimos que aunque es un poco pequeña, si esta allí.

Nos abrimos paso a través de los cuerpos que se mueven al ritmo de la música hasta llegar a la mini tarima que se ve aun más pequeña de cerca.

Automáticamente Grace sabe qué hacer, se dirige al DJ y mediante un momento aleteando sus largas pestañas y moviendo su cuerpo provocativamente delante del chico de pelo marrón con audífonos pegados a sus oídos. Éste accede.

Sonrío y subo a la tarima. Conecto mi guitarra al enchufe de la pared y luego preparo el piano de Grace.

Ella ya viene hacia mí, pero me doy cuenta que el DJ le pisa los talones.

Le lanzo una mirada esperando que se dé cuenta del chico, pero ella hace un gesto con la mano restándole importancia.

Cuando llega a la tarima le extiendo una mano y la ayudo a subir.

El chico se queda en primera fila, seguro esperando a ver lo que nosotras tenemos.

Sus ojos azules llegan a mí en cuanto se da cuenta de que lo estoy mirando, pero no despego mis ojos de él. Hago el juego de quien aguanta más y no puedo evitar soltar una risita de satisfacción al ver que él es el primero en romper la conexión retirándose unos pasos, incomodo.

Me paso la correa de mi guitarra por el cuello y toco las cuerdas graves sabiendo que la gente en cuanto me escuche se dará vuelta y comenzaran a mirarnos. Siempre es lo mismo y efectivamente no fallo pues cuando mis dedos rosan las cuerdas, todas las miradas del lugar se posan en nuestras figuras.

Comienzo a cantar una canción conocida para que todos entren en ambiente.

He's all laid up in bed with a broken heart
While I'm drinking jack all alone in my local bar
And we don't know how we got into this mad situation
Only doing things out of frustration


Funciona, todos están cantando esta canción porque es popular y la reconocen. Bueno, todos excepto ese hombre que me mira desde una silla pegada a la barra.

Hago como que no lo noto y sigo cantando. Me digo a mi misma que no mire esa esquina, pero se me hace inevitable.

Trying to make it work but man these times are hard
But we're gonna start by drinking old cheap bottles of wine
Sit talking up all night
Saying things we haven't for a while, a while yeah
We're smiling but we're close to tears
Even after all these years
We just now got the feeling that we're meeting
For the first time



Para este momento la gente esta enloquecida con mi voz y con la forma de tocar el piano de Grace. Ella me ayuda con la segunda voz mientras yo camino y giro por el escenario, sonriendo cuando es necesario, guiñándoles el ojo a aquellos chicos que me lanzan besos. Y mirando nerviosa el tipo de la barra.

Drinking old cheap bottles of wine
Saying things we haven't for a while, a while yeah
We're smiling but we're close to tears
Even after all these years
We just now got the feeling that we're meeting
For the first time
For the first time
Oh, for the first time
Yeah, for the first time

El DJ de Grace la mira con repentino fanatismo. No puedo evitar alegrarme por ella, el chico es guapo y le gusta la música, al igual que Grace, por lo tanto puede que hagan buena pareja.

Cuando se termina la canción, rasgueo un poco más mi guitarra y entonces me preparo para las ruidosas ovaciones del público.

Sonriendo me preparo para la siguiente canción. Una aun más animada esta vez.

Muevo los pies, tamborileo mi guitarra, bailo en algunos ritmos y hasta sacudo mi pelo. Pero cuando levanto la mirada de nuevo, los ojos marrones de ese tipo no dejan de perseguirme.

Si, ya sé que todos me están mirando, y el por obligación tiene que hacerlo pero… hay algo en esos ojos, en su forma ebria de balancearse y en los asquerosos besos que me lanza que no puedo evitar perder algunas notas mientras canto.

Afortunadamente nadie se ha dado cuenta así que sigo moviéndome y cantando hasta que terminan otras tres canciones.

El público sigue hecho un desastre ante nuestra asombrosa actuación. Somos un éxito y veo como algunas personas se apresuran a la tarima y dejan algo de dinero a nuestros pies. Yo les sonrió agradecida, es bueno de vez en cuando tener tu propio dinero.

Veo que el DJ de repente se dirige a su puesto y saca un micrófono. Yo sé que es porque es hora de retirarnos así que le agradezco al público y luego comienzo a desmontar las cosas.

Procuro no seguir mirando en dirección al borracho y en lugar de eso ayudo a Grace a meter su piano en el estuche.

-¿viste como te miraba el DJ?- ella se voltea ligeramente y me mira con una sonrisa en sus labios, vuelve la mirada al DJ y en ese momento se lo que está pensando –supongo que iré a comer algo mientras tú te quedas aquí y tratas de conseguir una segunda función- me encojo de hombros extendiendo una sonrisa picara por mis labios. Ella me lanza un pequeño empujón pero rápidamente acepta mi propuesta y me lanza las llaves de su Buick.

- entonces te llamo para que me recojas, mientras tanto ve a casa.

Asiento mientras voy por la tarima recogiendo el dinero que la gente nos dejo. Cargo mi guitarra en un hombro y me bajo del escenario. Veo como casi todas las personas se detienen a verme sonriendo y aplaudiendo. Yo sonrío en todo el recorrido hasta llegar a la salida.

Evito mirar al borracho y me voy lo más rápido que puedo. Salgo a las calles que parecen más tranquilas luego de haber pasado unas buenas cuatro horas en el local. No puedo evitar abrazarme las costillas y tomar la correa del estuche de la guitarra más fuertemente en mis manos.

La gente a mi alrededor parece sumergida en su propio mundo a pesar de que hay algunos que me señalan con la mirada reconociéndome seguro de algunas funciones pasadas. Pero esto no me hace sentir más segura.

Procuro mirar mis pies hasta llegar al estacionamiento pero la sensación de que alguien me está mirando es tan perturbante que tengo que mirar varias veces sobre mi hombro para ver la causa de esta sensación. Por supuesto entre todas las personas que van detrás de mí, no logro conseguir una en especifico que parezca diferente.

Llego al estacionamiento, y corro hasta el Buick de Grace. Con manos temblorosas abro la puerta del conductor y me acomodo en el asiento de cuero cerrando la puerta con un ágil movimiento. Coloco la guitarra en el asiento trasero y meto la llave en el contacto dándole vuelta para encender el motor.

Tardo unos desesperantes minutos en calentar el carro y luego me apresuro a salir del estacionamiento sin mirar dos veces los rincones oscuros que parecen perseguirme.

Llego a mi casa en un dos por tres. Tengo que obligarme a mi misma a soltar mis dedos agarrotados del volante para poder bajarme.

La blazer de mis hermanos se encuentra aparcada en nuestro estacionamiento y solo por ese hecho levanto la mirada para encontrarme con las estrellas del firmamento.

-gracias…- le susurro a la noche. Sintiendo un repentino sentimiento de protección al saber que mis hermanos Noah y George están en casa.

sábado, 20 de agosto de 2011

capitulo 21: Soñarte de nuevo

hola amigos! aqui les dejo el ultimo capi de SLG. espero que les guste!

El sol tocaba ligeramente la punta de cada uno de mis cabellos dorados haciéndolos lucir casi transparentes. Los pájaros de esa mañana parecían repentinamente alegres y cantaban canciones hermosas asegurándose de que nadie se quedara sin probar un poco de la alegría que contenía la tierra.

Había llegado a la tierra hacia tres meses, no había vuelto a saber de los arcángeles, ni de Adam y menos de Bart. Lo cual me mantenía constantemente al borde de los nervios.

Raphael me había prometido que encontraría la manera de convertir en humano a Bart, y si eso no era posible entonces haría todo lo posible por conseguir una cura a su enfermedad, a pesar de que eso es lo que ha estado haciendo por varias décadas.

Miré el reloj digital de la mesita de noche: eran las 9:00 am. A estas horas a Luke siempre se le ocurría prepararme un rico y humeante desayuno. Se me aguó la boca al oler el aroma de los panqueques calientes filtrándose por las ranuras de la puerta cerrada de mi habitación.

De un tirón aparte la sabana que me cubrió de la fría noche y me bajó de un salto de la cama, corrí para llegar a la puerta pero entonces algo me detuvo.

Allí sobre la peinadora se encontraba una cajita de madera con los bordes tallados en finas líneas y dibujos de ángeles tocando arpas.

Me acerque para tomarla en mis manos luego la abrí y ante mí, la pluma de Gabriel se encontraba reposando sobre una almohada de terciopelo.

No le dije a nadie sobre esta pluma, en lugar de eso la guarde en esta caja y cada mañana me levanto sintiendo un impulso inevitable de verla de nuevo, solo un recuerdo de que todo fue real…o tal vez no solo sea un recuerdo sino algo mas, pero no había vuelto a ver a Gabriel y aun tenía una pregunta que me había estado molestando. ¿Por qué quiere que no salve a Bart?

Cerré la caja y la dejé sobre la peinadora con delicadeza. Me encamine a la cocina donde encontré a Luke sonriendo y con dos platos rebosantes de panqueques en sus manos.

-¿Cómo amaneció mi ángel favorito?

Sonreí y actué como cualquier día normal antes de que llegaran tantos nuevos personajes a nuestras vidas, antes de que dejara solo y preocupado a Luke.

Después de comer me vestí como siempre lo hacía, con un traje-de-baño completo y un vestido cubriéndolo de la luz del sol. Me despedí dándole un beso a Luke y deje la casa cargando un bolso con una segunda muda de ropa a mis espaldas.

Tuve que rogarle a Luke durante varios días que me dejara ir sola al gimnasio. El insistía en que aun necesitaba guardaespaldas contratados o algún tipo de rastreador que pitara cuando estuviera en peligro y avisara inmediatamente a una estación de policía. Pero yo le dije que no era necesario, estaba segura que todos los problemas habían terminado… bueno todos los problemas relacionados con mi muerte o mi confinamiento para lo que sea que unos locos planearan hacer con el quinto elemento. Luego de mucho esfuerzo y riñas fácilmente olvidables, Luke accedió a dejarme ir sola a nadar.

Caminé por la misma acera donde fui atacada por Deo, y donde fui llevada por Bart hacia nuestro mundo. Al cual no he vuelto desde que le avise a Bart sobre mis planes.

Una mano se posa amablemente sobre mi hombro, yo, a pesar de la sutileza en esa acción, me di la vuelta con brusquedad mirando esa persona con asombroso.

-¿Cómo estas Sophie?- Bret me miraba con esos ojos chocolate que yo tanto había apreciado pero que también en un periodo de tiempo, estuvieron llenos de odio ajeno.

-Bret…- me olvide del pasado y me lance a sus brazos enterrando el rostro en su pecho donde pude sentir el latir de su vigoroso corazón.

-es bueno volverte a ver- susurró con los labios pegados a mi pelo. Y de pronto me pregunté si él se acordara de todo lo ocurrido en el cielo. Pero, por todo ese asunto de estar poseído, existía la posibilidad de que no recordara nada.

Me deslice apenas un poco de sus largos brazos que ceñían mi cintura para mirar sus dulces ojos achocolatados, el no parecía mostrar ningún signo de culpa, todo lo que había allí era simpatía.

Tenía razón, el no recordaba nada.

-es bueno volver a verte a ti también- dije sonriendo y despegándome de su cuerpo. – ¿Qué haces por aquí? ¿No estabas en Miami con tu familia?- le pregunte recordando de pronto la noche tan vergonzosa en la que había conocido a su familia.

-sí, lo estaba, pero un pequeño acontecimiento nos envío de vuelta a Venezuela, y ahora estamos viviendo en esta avenida. Mira, justo allí- levanto una mano con su dedo índice apuntando una casa lujosa que siempre llegaba a ver cada vez que pasaba por este camino.

-debieron de haberse mudado hace poco pues siempre he pasado por este mismo camino para ir al gimnasio- dije lanzando el pulgar sobre mi hombro.

-de hecho acabamos de llegar, el camión con nuestras cosas estará aquí en unos minutos así que mi padre me envió para vigilar que todo esté bien mientras él y mi hermana hacen unas diligencias- tomo una pausa y luego pregunto – ¿porque el gimnasio? ¿Te pones en forma para algo en especial?

-no- sonreí, sintiendo calor en mis mejillas –voy allí todos los días para hacer natación- sabia que él lo recordaría, y tenía razón. En cuanto reconoció a lo que me refería, una sonrisa torcida se extendió por su rostro lo que provoco que más sangre subiera a mis mejillas.

-entonces no solo eres una aficionada al mar sino que en verdad nadas…

-profesionalmente- me adelante sonriendo.

-oh bueno, eso explica muchas cosas, es el modo más divertido que he tenido de conocer a alguien. Y créeme que he tenido muchas formas locas de conocer a gente- el me sonrió de vuelta.

A lo lejos alcance a ver un camión grande y blanco. Le toque un brazo y apunte con la cabeza en dirección al camión.

-hora de irme. Chao bella- dice dándome un beso en la mejilla y alejándose. Pero antes de que entrara a su casa se volteo y me lanzo una última sonrisa con la mano al aire en despedida. Yo hice lo mismo para luego continuar mi camino con una sonrisa en el rostro.

Por la noche, al acostarme, me quedé un rato pensando en Bret y en todos los días que nos quedaban por delante encontrándonos de esa forma.

“tienes un nuevo amigo Sophie” pensé feliz.

Los parpados me pesaban así que los cerré para callar sus quejas. En menos de lo pensado ya me encontraba en el mundo de los sueños.

Todas las noches de esos meses no había estado más que soñando con una negrura inusual, al principio tenía la esperanza de encontrarme con Bart, pero luego… luego perdí la esperanza al entender que la negrura era todo lo que me esperaba.

Esta vez fue diferente.

Un olor a rosas y margaritas me llegaba desde algún lugar que no lograba precisar, luego de mucho olisquear me di cuenta que no venía de un lugar en especifico sino que estaba en todas partes. Me encontraba rodeada de ese olor aunque la negrura me impedía ver más.

Vi las imágenes en mi cabeza como si de un televisor se tratase. La negrura al principio era densa pero luego líneas grises y blancas se agrupaban en forma horizontal. De un segundo para otro, todo se apagó de nuevo y entonces se volvió a encender esta vez dejándome casi ciega con la luz que salía de todas partes.

Era mi pradera. En mi mundo. Rayos de sol se pagaban al pasto verde que contenía dulces flores y rosas de diferentes colores.

Todo era tan hermoso como siempre. Pero aun estaba esperando algo más. Estaba esperando que apareciera algo peludo y blanco o un hombre alto y de ojos azules. Pero nada venia a mí. Nada más que brisa y el suave cantar de un pájaro a lo lejos.

Camine sin rumbo hasta que me di cuenta que me encontraba en mi forma de chica-de-dieciocho-años y no en la forma de niña-de-seis que siempre había adoptado cada vez que llegaba a mi mundo. ¿Eso significaba que Bart estaría en su forma humana y no en su forma animal? Tenía sentido, pero seguía sin ver nada.

Suspire cansada de caminar.

Me acosté sobre mi espalda y me quede mirando el empapelado rosa que formaba parte del cielo.

Una mano se poso sobre la mía.

Yo mire sobre mi hombro y allí delante, Bart me miraba a través de sus largas pestañas doradas.

-hola- dije sonriéndole.

-hola- me respondió, pero él no estaba sonriendo.

-¿estás molesto?- en vez de responder, miro el cielo evitando mi mirada.

-no tenias que posponer tu ceremonia Sophie- dijo con un tono de voz calmado pero aun así podía ver la frustración debajo de sus palabras.

-era la única solución Bart- le espete apretando su mano.

-tal vez, pero el hecho de que un acontecimiento tan importante sea retrasado es un error, y sobre todo si es por mí. Es imposible saber cuánto tardara Raphael en hacerme humano o en buscar la medicina milagrosa que salve mi vida- se detuvo para mirarme – ¿te das cuenta que hablamos de años, quizás décadas?

Me precipite ante sus palabras aunque no sabía porque, yo ya sabía esa parte. Quizás que él me estuviera reprendiendo fuera la fresita que adornara el pastel.

-¿y eso que importa? Al final se que Raphael lo conseguirá y tu vivirás de nuevo, no importa si es como un humano o como semi-ángel, estarás sano…

-si… ¿pero a costa de qué?- se sentó mirándome molesto -mientras pasan los años tu crecerás, te casaras, tendrás hijos y luego morirás, y para ese momento puede que Raphael a penas este creando la medicina.

-no… no será así.

-si será

-no

-Sophie, dile a Raphael que te arrepientes, dile que hagan la ceremonia mañana mismo si es necesario.

-¿y dejarte morir? No… no puedo Bart.

-pues tendrás que ser valiente y poder.

-¡no Bart!- grite poniéndome en pie. Lágrimas de frustración corrían por mis mejillas. –además, ¿porqué te preocupas tanto por el paso del tiempo? si yo muero y tu consigues curarte, podrás vivir una vida normal. Quizás hasta te cases y seas feliz.

El no respondió. Se dio la espalda pero no antes de que viera un atisbo de tristeza en sus ojos.

-Sophie, no podría ser feliz.

-¿Por qué Bart?- el volvió a darme la cara, soltándome una hermosa sonrisa torcida.

-¿no lo ves?

-¿ver qué?- me acerque dos pasos preocupada.

-Sophie…- bajó la cabeza –lo que tenía que decirte en el lago, cuando tú me callaste y me dijiste que te lo dijera después de que estuviese a salvo- pareció detenerse y luego levanto la mirada, se acerco varios pasos a mí.

-tienes razón, se me había olvidado por completo ¿Qué es?- dije al ver que no decía nada más.

-Sophie, te quiero.

El corazón se me aceleró. Pero sabía que esa sola palabra había estado allí siempre. Eso ya lo sabía y no era nada nuevo, por eso respondí:

-ya lo sé Bart, yo también- le dediqué una suave sonrisa amistosa. Pero el ya se encontraba negando con la cabeza.

-no entiendes. Soph, te amo más que nada en este mundo. Más que incluso la vida.

Lo mire perpleja. Esto sí que era diferente.

Sentí como mis piernas se pusieron débiles y caí al suelo. Bart se arrodilló delante de mí con las cejas tocándose unas a otras en una clara señal de preocupación.

-Sophie… ¿estás bien?

-si… yo, yo solo… pensé…- esperé un poco sintiendo como el rubor me llegaba a las mejillas, entonces sonreí –pensé que nunca lo dirías.

El sonrió también, y así, subiendo una mano, me tomó del cuello y me atrajo hacia su cuerpo.

-también te amo- susurré.

Entonces, sus labios tocaron los míos. Al principio suaves, como había ocurrido cuando nos conocimos, pero luego se volvió casi desesperado.

Es verdad. Allí, en ese preciso momento, entendí que los dos necesitábamos esto, ambos teníamos reprimidos unos sentimientos que merecían salir a la luz.

viernes, 19 de agosto de 2011

voice: prologo

hola a todos! bueno como les prometi aqui les vengo a dejar el prologo de mi proxima historia que aun to tengo muy claro el nombre.
estoy pensando en llamarla VOICE, y creo que se quedara asi, pero si cambio de opinion se los hare saber.
que lo disfruten!
los quiere ~risa~




Sus manos alrededor de mi cuello. Las palabras salían de mis labios alborotadas y sin sentido. Solo una de ellas se entendió con precisión.

-Ray.

Me tenía levantada del cuello unos cinco centímetros por encima de la acera.

Rasguñaba el brazo con el que me sostenía pero el parecía inmutable.

Sus ojos se encontraban inyectados en sangre, ni un poco de compasión pude ver en ellos.

Estaba perdida… nada me salvaría de esta.

Me desvanecía rápidamente.

Mi visión se volvía borrosa y oscura, quizás fue eso la causa de que viera una sombra a mi izquierda. Más que una sombra, parecía una figura. Pero yo que podía saber…

Me estaba muriendo.

Una última exhalación resbalo por mi garganta y entonces… todo se volvió negro.

jueves, 18 de agosto de 2011

anuncio

que tal todos? bueno aqui vengo para decirles que tengo un nuevo tipo de semillita que voy a plantar en el jardin con la esperanza de crezca sana y fuerte y a todos les guste. a los que no entienden mi metafora, me refiero a que cuando termine SLG, una nueva historia aparecera. Ésta, a diferencia de SLG esperare hacerla aun mejor de lo que fue SLG pues, siento que la querida historia que estuve cultivando por serca de un año no llego a ser todo lo que soñaba que fuese y beuno, espero con el tiempo perfeccionarla, solo para que sepan que lo que han leido de SLG  es apenas una parte de lo que en verdad es, o bueno eso me gusta pensar, esperemos que sea asi.

con respecto a la proxima historia, en mi próxima entrada les dejare el prologo.
PD: para los amantes de los sobre natural les advierto que esta historia no va a contener nada de eso. solo por si acaso.
PDD: una ultima cosita, NO SE PREOCUPEN! no dejare que SLG termine tan drasticamente maal! no seria aceptable, por eso les espera leer un ultimo capitulo de la vida de sophie (:

miércoles, 17 de agosto de 2011

capitulo 20: nuevas opciones.

hola hola! alfin llegamos al capi 20. el penultimo capi de SLG. espero que les guste, a pesar de que es corto.
el capi 21 va a ser como algo mucho mas reducido que esto. pero es que quisiera que termine asi muy dramatico. por sierto, quizas me odien por el final que le puse, pero no se preocupen. la historia de sophie y bart no termina aqui... (;






Estaba nerviosa, no lo podía negar. La práctica de la ceremonia había sido muy breve, pero intente entender todo lo que tenía que hacer.

-recuerda que lo importante es el resultado al que se llegue en esa ceremonia, no como se realice. Recuerda eso Sophie- me había dicho el Arcángel miguel al ver la preocupación marcada en mi rostro.

Se suponía que eso debía calmarme. Se suponía… pero la verdad era que a partir de este día, sería una Sophie diferente. Sería un ángel.

-¿que pasara después?- le pregunte a miguel esperando que el entendiera a lo que me refería.

El inocente rostro de miguel extendió una sonrisa por su rostro.

-pasara lo que tú quieras que pase- había dicho. Pero yo aun tenía una duda más.

-Bart… ¿el seguirá siendo mi Guardián?- sentí como mis mejillas adoptaron un fuerte color carmesí.

-no, serás un ángel, los ángeles no necesitan protección-

-sobre todo si se trata de uno tan fuerte como tu- Uriel se había apresurado a entrar en la conversación entre miguel y yo. Ella llego con una sonrisa radiante.

Me dijo que mi vestuario estaba listo.

Lo que menos quería en ese momento era ponerme un vestido incomodo y que seguro me haría lucir demasiado elegante.

Estaba en esa habitación donde me había dejado Uriel hacía unos minutos atrás.

El famoso vestido enfrente de mí envuelto en una tela blanca.

No había querido destaparlo a pesar de que sabía que no tenía mucho tiempo.

Con un suspiro, cerré los ojos y coloqué una mano sobre la tela. Rápidamente destapé el vestido pero aun no me atrevía a mirar.

-Toc – Toc- alguien había murmurado con los labios pegados a la puerta. Aun así, no quise abrir los ojos.

Tomaron mi muñeca y empujaron mi mano por el aire hasta alcanzar el vestido que tenía enfrente.

-es hermoso, no debes temer- Uriel se encontraba a mis espaldas. De alguna forma, su contacto había enviado una chispa eléctrica a lo largo de todo mi cuerpo trayéndome paz y serenidad con la que pude de inmediato abrir los ojos.

Ahí delante de mí, se encontraba el vestido más bello que había visto nunca. Un gancho de plata lo mantenía atrapado.

-es hermoso- dije anonadada.

-lo es- concordó Uriel a mis espaldas. –anda, póntelo-

Deslice el vestido por mi cabeza y la gravedad hizo el resto. Cayó en picada hasta llegar al suelo.

Me mire al espejo de cuerpo entero que estaba colocado en una de las esquinas de la habitación. El vestido estaba compuesto de dos partes unidas, la inferior era una falda de tela fina alcanzando un color rosado pálido. Al llegar a los pies el vestido se iba salpicando con pequeñas rosas doradas que hacían jirones en la tela llegando a una pequeña cola que se arrastraba a mis espaldas. La parte superior era una enredadera de flores doradas como las que se presentaban en su parte inferior. Esta enredadera cubría mi pecho enteramente y llegaba hasta mis rodillas donde comenzaba la delicada tela rosada.

-es hermoso- repetí inconscientemente.







Siete arcángeles sentados en sillas doradas me rodeaban dispuestos en un perfecto semi círculo. En el propio centro, me encontraba yo de pie e incómoda, con la mirada fija en mis pies.

Sentí la sonrisa de Uriel al frente, pero no me atrevía a levantar la mirada.

-reunidos te damos la bienvenida- comenzó miguel infiltrando una sonrisa en sus palabras. –por favor querida Sophie, levanta la mirada.

Desde que había entrado a esa enorme sala, sentí que una presencia extraña, poderosa pero sobretodo familiar, se encontraba ahí, conmigo.

Aun después del pedido de Miguel, no fui capaz de levantar la mirada.

“que tonta” me reprendí a mí misma.

Entonces escuche un roce de telas, una silla sonando debido al peso que anteriormente había estado aguantando y unas cálidas manos en mi rostro que me impulsaban a levantar la mirada.

Me quede helada.

Se inclino hacia adelante pegando sus labios a mi oído.

-supongo que te habrás dado cuenta que te he mentido allá afuera, solo quería ver tu reacción, pero sigue siendo algo serio que no salves a Bart, Sophie, es por tu propio bien- ¿estaba loco? ¿Cómo demonios esperaba que le respondiera en este lugar? Mis manos temblaron por el enojo y él se dio cuenta.

Se separo y volvió a su asiento desde donde me regaló una sonrisa eterna.

-entonces conoces al Arcángel Gabriel ¿no? No imagino de donde- un Arcángel que yo no conocía a mis espaldas, me hablo con un tono de sarcásmo en la voz -el siempre se escapa y nunca sabemos donde esta-

-ya basta Shamuel, estamos aquí por una razón en especifico. Después nos ocuparemos de nuestro amigo- otro Arcángel al lado de miguel le había hablado al Arcángel Shamuel. Éste nuevo Arcángel miraba a Gabriel con ojos reprobatorios. Pero Gabriel seguía mirándome con una estúpida sonrisa en su rostro.

-amigos, se olvidan de quien está hoy en esta ceremonia- dijo un miguel sonriente.

Yo empecé a juguetear con mis manos. Incomoda por la situación.

-bien Sophie. Ya sabes que tienes tres opciones por elegir. Puedes ascender por el camino de la gloria y la pureza llegando al rango de ser Ángel, puedes simplemente quedarte como Semi-ángel, lo cual recogería lo mejor de ambos mundos o podrías descender al rango de humano, lo que te concedería el honor de vivir en la tierra-

Un clic sonó en mi mente.

-¿siendo ángel no podría vivir en la tierra?- todos los presentes a excepción de Gabriel menearon la cabeza.

Sentí que alguien me había golpeado el estomago tan fuertemente que todo el aire se fue de mis pulmones sin tener la oportunidad de regresar.

Raphael me miro desde su silla dorada justo al lado de Gabriel. Sus ojos tenían una chispa de angustia, supe de inmediato que le preocupara que estuviese reconsiderando mis opciones.

Pero ¿en verdad podía hacer eso?

Había estado pensando tanto en el asunto que ya ni cuenta me había dado de cuando dejo de ser bueno para mí. Pero Bart era bueno para mí ¿no es así?

Aunque dejara de ser mi Guardián… el seguiría allí para mi ¿verdad que sí?

No lo sabía… y esa era la verdad.

Pero sí sabía que Luke me quería. Sabía que había toda una vida que me esperaba en la tierra.

¿podría en verdad abandonar a Bart?

No…

No lo dejaría nunca.

Pero quería esa vida en la tierra, junto a Luke.

Mi mano impacto contra mi frente.

-Sophie, ¿necesitas algo?- Uriel se había levantado con un gesto de preocupación en su rostro.

-no… yo solo… creí que había decidido, pero aun no puedo decir nada.

Sin darles ningún chance para hablar gire sobre mis talones y corrí hacia la puerta.








Empuje de nuevo las grandes puertas por las que hacia una hora había salido corriendo.

Sabia me decisión ahora.

-podemos proseguir.

-¿estás segura Sophie?- Uriel se había apresurado en hablar.

-sí, lo estoy.

Me situé en el centro y evité mirar a Gabriel.

-en primer lugar, todos sabemos que Bartholomew, mi Guardián, está muy grave, al punto de que podría morir en cualquier momento. Yo, decidí salvarlo convirtiéndome en ángel. Pero al enterarme que ser ángel me prohibiría volver a la tierra, entonces fue cuando pensé en hacerles una propuesta.

-te escuchamos- miguel se acomodo en su asiento cruzándose de brazos.

Cerré los ojos, y deje que se escaparan de mis labios todo lo que hasta ese momento se me había ocurrido.

Al abrir los ojos todos me miraban sorprendidos.

-entonces, vamos por ello- al igual que yo, miguel sonreía.

-tu ceremonia electiva será cuando el Arcángel Raphael descubra como convertir a Bart en humano sin riesgos. Mientras tanto, Bart se quedara en el cielo y tú en la tierra.

Asentí, borrando la sonrisa de mi rostro.

Sabía que él y yo ya no seriamos lo mismo. Pero no importaba, porque dentro de muy poco, el estaría mejor, el seria humano, como yo…

Esperaba que eso lo hiciera feliz.

domingo, 14 de agosto de 2011

Regalo y 70 seguidores!

hola! bueno, como ya saben he llegado a los 70 seguidores, algo que nunca en mi vida pense que llegaria a ocurrir, pero ocurrio. y todo fue gracias a ustedes! por eso, y por que en verdad se lo merecen. les dejo este regalo de mi parte.


y aqui esta un regalo que me dieron marie y vallery del blog another world
muchisimas gracias chicas!



que tengan una linda noche!

los quiere ~risa~

sábado, 13 de agosto de 2011

capitulo 19: ¿quien es el?

que tal? bueno para los que son nuevos en mi blog, queria darles la bienvenida a mi jardin, y tambien queria presentarles esta historia que aunque esta al borde de su final nunca es tarde para empezar a leerla.
quisiera que me dejaran algunos comentarios para saber si les gusto o no.

 bueno, que lo disfruten! (:



Era una mañana hermosa, tranquila y diría que muy corriente para ser un día tan importante. Nos habían permitido darle una vuelta a la parte del cielo en la que nos encontrábamos; mis ansias por saber cómo era ese lugar al fin serían apaciguadas.

El Arcángel Miguel nos fue a buscar a la habitación en la que había permanecido descansando durante dos días seguidos, su pequeño cuerpo y sus ojos multicolores me trajeron de vuelta varios recuerdos. En todos ellos se encontraba latente la imagen de Bart.

Lucien, Amethyst y Miguel se conocieron y debo decir que entre esos tres surgió una amistad inmediata, es decir, hasta el Arcángel le puso apodo a Amethyst: Amy.

Me gustaba mucho el nuevo apodo y ahora aprovechaba cada ocasión para llamarla de esa manera. A ella tampoco le desagradaba y yo incluí en ese sentimiento la idea de que “Amethyst” se lo habían puesto Mitz y Nith al nacer, por lo tanto un cambio no le vendría nada mal.

Uriel nos había visitado para traerme ropa nueva con la cual poder dar el paseo y Lucien y Amy no se quedaron atrás. Estos también recibieron ropa limpia. Aunque no imaginaba de donde pudieron haber sacado ropa de una talla tan pequeña. Pero luego me pegué la frente mentalmente, ellos eran arcángeles, claro que podían aparecer ropa así como así.

De esa hipótesis surgió también la respuesta de cómo mágicamente en el cielo había comida para alimentarme, y no solo era comida sino que era la comida más endemoniadamente deliciosa que había probado en mi vida. Lucien y Amy también se dieron el gusto de comer un poco, pero me di cuenta que sus rostros con cada bocanada se mantenían neutros, como si les diese igual como supiera.

Con respecto a mi herida, estaba sanando muy bien, diría que inusualmente bien. Amy insistía en que siguiera usando una venda y que los puntos tenían que quedarse aún cuando la herida se estaba serrando aun más rápido de lo esperado.

El Arcángel Miguel nos acompaño a la salida, guiándonos por escaleras mágicas flotantes y puertas misteriosas hasta que finalmente llegamos a un ascensor plateado. Nos dijo que el ascensor conducía al exterior de la mansión.

No podía ocultar la emoción de conocer el Cielo al fin. Lo único que había visto era el lugar donde me habían encerrado Mitz y Nith.

Me recorrió un escalofrío por la espalda, pensando de nuevo en esos momentos y en esos recuerdos… no sabía si llamarlos de ese modo o mas como… ¿visiones? ¿Apariciones? no sé, no tenía idea de que había sido aquello que me había devuelto la imagen de mis padres.

Ellos se mostraron ante mí una última vez para despedirse de la manera correcta, al menos eso era lo que había concluido luego de mucho pensar, y también por supuesto para entregarme la verdad de todo lo que había sucedido hace once años al nacer.

Sacudí las lagrimas con un rápido movimiento de cabeza, todo estaba bien ahora… solo tenía que convertirme en ángel y salvar a Bart para que mi historia estuviera completa.

Al menos eso era lo que ingenuamente pensaba.

Aun no me olvidaba de mi abuelo encarcelada. Aun la quería de vuelta, y no sabía si en mi estado angelical pudiera lograr eso.

Tenía aun tanto que aprender de este mundo que me parecía de alguna manera emocionante.

Despojándome de todos estos pensamientos, ante nosotros una escena impresionante se manifestaba. Apreté las manos de Lucien y Amy a mis costados. Ellos se mantenían centrados aunque sabía muy bien que era lo que ellos estaban pensando en este preciso momento, justo lo que yo.

Un clic sonó en mi mente cuando la voz de Miguel se dejó escuchar a nuestras espaldas.

-pueden caminar por todos los caminos que vean disponible, pueden conocer a todos los ángeles que deseen, pero no crucen el puente que queda más allá de la plaza de la fuente, la plaza Aredna-

Iba a preguntar por qué, pero la vocecilla curiosa de Lucien se me adelanto.

-¿Por qué?

Todos esperábamos expectantes la respuesta de miguel, y al fin luego de un silencio incomodo en el que me dedique en registrar su rostro, el respondió.

-solo no lo hagan, Ángeles oscuros viven de ese lado del cielo- los tres asentimos, consientes de que esas habían sido las palabras más rudas y secas que había mencionado Miguel desde que lo conocimos. Para romper la nueva incomodidad que se formó en el ambiente, miguel volvió a hablar, esta vez con una sonrisa de oreja a oreja, como queriendo borrar la mirada perdida que todos habíamos visto en sus ojos. –de todos modos, no se tarden mucho, el Arcángel Uriel está muy emocionada con tu traje Sophie, y con los de ustedes, Lucien y Amy- sonrió a ésta ultima quien abrazaba el brazo de su hermano con algo de miedo en sus ojos, pero la sonrisa de miguel pareció suavizar ese temor.

-estaremos aquí en cuanto podamos, no te preocupes- le dije sonriendo.

-no lo hare- el también sonrió, sintiendo como en el viento se mantenían las palabras de miguel “ángeles oscuros viven de ese lado del cielo” debería ser muy malo si él estaba tan preocupado.

Había peligro si cruzábamos el puente, eso era lo que él nos había dado a entender. Y por alguna extraña razón, el saber que había peligro, me intrigaba de una manera escalofriante.

Miguel dio unos pasos atrás, instalándose nuevamente en el interior del ascensor, luego con una mano levantada en señal de despedida permitió que las puertas se serraran.

Nos dimos el lujo de mirar alrededor. Por delante de nosotros teníamos todo una ciudad con tiendas, casas y parques.

Todo estaba lleno de color, exceptuando las casas que se mantenían blancas. Pero las tiendas cambiaban de gamas al gusto y los parques estaban cubiertos por nubes en lugar de césped.

Era como si estuviese viendo cualquier pueblo humano excepto porque todos los habitantes de éste eran ángeles. Sonreí ante la idea.

Entre el pueblo y nosotros había unas grandes escaleras que enseguida relacione con las escaleras de Potemkim en Ucrania. Solo había visto una fotografía sobre ellas, pero eran tan grandes como estas.

Bajamos juntos hasta llegar al final.

Note como todos se nos quedaron mirando con sonrisas bellas y angelicales adosadas a sus rostros, como consecuencia las mejillas me ardieron de vergüenza.

Caminamos sin prestar atención, y a medida que pasaba el tiempo, las miradas empotradas en mi espalda iban desapareciendo gradualmente. Comenzaba a sentirme cómoda y a disfrutar el momento que nos habían concedido los arcángeles.

Recorrimos las tiendas que nos encontramos en caminos al azahar. Pude notar que no había cosas concretas que se vendieran en cada tienda, solo vestimentas de colores claros y motivos pacíficos.

El en cielo, la sensación de seguridad que tenía era mágica, casi imposible.

La felicidad que me inundaba, a pesar de saber en el estado en que se encontraba Bart, era inmensa. Por más que me avergonzaba que me miraran constantemente era imposible no dejarse llevar por las sonrisas que me cubrían.

Era el cielo después de todo. Según lo que escuchaba en la tierra, el cielo era un espacio para que las almas en paz se reunieran y vivieran una vida eterna y feliz.

Y era cierto, aquí delante de mis ojos tenia la prueba de todo eso.

A mi alrededor, ángeles de todo tipo se agrupaban, desde caras asiáticas hasta africanas, todos se encontraban felices de compartir un mismo espacio vital.

Curioseando me di cuenta que entre la multitud habían otro tipo de ángeles que al igual que los demás, disfrutaban de un momento agradable. Pero ellos eran diferentes. Sus rostros, todos eran iguales, piel blanca mejillas ligeramente rosadas y ojos azul blancuzco.

Ellos compartían un gran parecido con Bart, aunque no podía decir exactamente lo que eran. “Preguntaría sobre eso después” me dije.

Entonces lo sentí.

Como una ráfaga escalofriante que se infiltraba en cada articulación de mi cuerpo. Una mirada se apoyaba en mi espalda.

Me di la vuelta, esperando ver el rostro familiar de alguno de los arcángeles. Pero nada había allí.

Solo un montón de rostros sonrientes.

-¿Qué sucede Sophie?- Amy había alcanzado mi brazo y me tomaba con preocupación del codo.

-ustedes… ¿no sintieron nada?-

-¿Cómo qué?- pregunto Lucien.

-como… como si alguien nos mirara-

Ambos estallaron en una armónica carcajada, embriagados con el dulce ambiente del cielo.

-hay muchos ángeles que nos están mirando Sophie- me explico Amy. Y aunque sabía que era cierto, no podía evitar sentirme agitada.

Seguimos caminando. Música instrumental sonaba en algún lugar y algunas parejas de ángeles bailaron un vals.

Se me estrujo el corazón al reconocer la misma sensación electrizante sobre mis hombros.

Esta vez pude sentirlo con más claridad, sentía que había alguien diferente de ese ambiente a mis espaldas. Pero los demás lo notarían ¿no es así? Todos los ángeles a mi alrededor se darían cuenta que algo está mal… ¿verdad?

Más parejas se agruparon para bailar y fue cuando sentí un brazo fuerte alrededor de mi cintura.

Sostenía firmemente mi cuerpo con solo una mano aplicando la fuerza suficiente para darme vuelta. Mis dorados cabellos salpicaron el aire y ahí delante de mí este hombre de ojos azul oscuro lanzaba una sonrisa torcida en mi dirección.

Abrí la boca para decir algo, quejarme o defenderme, pero él levanto un dedo en el aire.

-¿me concede esta pieza señorita?- el sonrió con arrogancia. Sus manos se posicionaron en mis caderas tan perfectamente que apenas fuí consciente de lo que me decía.

-no, gracias. Debo irme- replique cortante.

Me aparte de él y mire a mis lados en busca de dos personitas de cabellos rojizos.

Lucien y Amethyst no estaban conmigo.

Busque desesperada mientras evitaba pensar en el hombre parado a unos cuantos centímetros de mí.

-Lucien… Amethyst- dije asustada.

-ellos están bien, solo cálmate ¿sí?- sus manos habían encontrado mis hombros, apretándolos con delicadeza. Pero aun así… no quería estar cerca de él…

-¿me has estado siguiendo?-

-sí-

-¿Por qué?- quise saber. Sus ojos azul oscuro parecieron aclararse súbitamente.

Cuando pensé que de sus perfectos labios saldría una respuesta, todo lo que recibí fue un encogimiento de hombros.

-cosas-

Abrí mi boca en un gesto claro de sorpresa. ¿Era en serio lo que me estaba diciendo?

-ven, necesito hablar contigo- me tomó de la mano y se arrastro conmigo pegada a su costado por medio de las intransitables calles.

-suéltame, ¿A dónde me llevas? Debes dejarme ir, alguien te descubrirá y entonces estarás acabado- grité por encima de la suave música que flotaba en el ambiente, pero él no pareció afectarle mis palabras.

-eres escandalosa- ni siquiera me dirigió la mirada durante esa última frase. Solo una sonrisa surco su rostro y entonces me di cuenta que mis reacciones le divertían. Como si fuera una especie de payasito que va por ahí entreteniendo a chicos como él. Arrogante, fanfarrón, odioso y… tan misterioso.

Llegamos a un apartado en algún lugar del pueblo que había visto en lo alto de las escaleras.

Era una plaza circular rodeada por casas blancas y en el centro una fuente tallada con las caras de lo que supuse eran los siete arcángeles se mantenía escupiendo agua escarchada y colorida.

Me quede mirando la fuente atontada y por un momento olvide lo que estaba ocurriendo.

Mire alrededor.

Ni un alma cruzaba ese lugar a pesar de lo concurridas que estaban las calles del pueblo.

-está bien. ¿Qué quieres?- me cruce de brazos y evite su mirada.

Sentí como avanzaba unos pasos hacia mí. Yo me puse tensa, clavando mis uñas en la carne de mis brazos.

Su mano se levanto y toco mi rostro con un dedo, dibujando una línea a lo largo de mi barbilla hasta desvanecer el contacto.

-solo soy un enviado-

-¿de quién?-

-oh no, eso aun no puedo decírtelo-

-¿Por qué no? Me trajiste aquí para hablar ¿no es así?-

-paciencia Sophie, todo a su tiempo-

Mis ojos se abrieron de la sorpresa, mire sus impresionantes ojos azules.

-¿Cómo sabes mi nombre?-

-se muchas otras cosas sobre ti, pero eso no es el tema. Escucha con mucha atención- solté un bufido sintiendo como las uñas causaban un daño severo en mi piel, pero era lo menos que podía hacer, sabía que si no me desquitaba saldría gritando como una niñita y en cierto modo, me interesaba lo que tenía que decir este extraño.

Levante una mano con la palma extendida y la puse entre él y yo.

-un momento… antes de nada. Quisiera saber tu nombre-

-tu si que complicas las cosas- se paso una mano por los cabellos, alborotando su dorada melena de rizos semi formados. –Soy Gabriel- ronroneó luego de un prolongado suspiro de exasperación.

-bueno Gabriel, ¿qué quieres decirme?- una línea de tensión se dibujo en su frente, me di cuenta que le molestaba terriblemente el que yo le hablara de esa forma cuando el parecía estar tan agitado.

-no debes salvar a tu Guardián de lo que le está ocurriendo- solté mis manos y las deje colgando a los lados.

-¿Por qué? Y ¿cómo sabes que era lo que pretendía hacer?-

-como ya te dije, se muchas cosas acerca de ti- el me miro con unos ojos inquisitivos, miraba a través de mi alma y estaba segura que podía ver todo lo que pensaba, estaba segura que en ese preciso momento toda mi vida había sido revelada a un perfecto extraño.

-esto es ridículo- solté, dispuesta a salir de su campo de visión. Pero el no me lo hizo tan fácil.

Tomó mi mano y con un corto jalón me tuvo rápidamente a su lado de nuevo.

-tienes que hacerme caso-

-¡no! Y de todos modos, ¿Por qué quieres que Bart muera?- el ya se encontraba negando con la cabeza.

-no quiero que muera, todo lo que nos preocupa eres tú-

-no hay riesgos, una vez que sea ángel seré lo suficientemente fuerte como para retener el poder del quinto elemento- replique furiosa mientras me ponía ambas manos en su pecho y lo apartaba de mi.

-eso no lo sabes-

-sí, si lo sé-

-¿Cómo?- quería decirle que había organizado una investigación entera sobre el asunto, una investigación que duro años. Pero era mentira, la única confirmación que tenía era la que Amy me había dado, y por más que quería negarlo, no sabía si Amy tenía toda la razón en el asunto o no.

-ahí está, no lo sabes-

-solo… déjame en paz- volví a darme la vuelta sintiendo como lagrimas ardían detrás de mis ojos. La frustración de que Gabriel tuviera razón era demasiada.

-Sophie, si tú mueres, el quinto elemento se destruirá automáticamente y si eso ocurre, el balance que se ha establecido en la tierra será un caos- solté un suspiro largo y prolongado. El no me haría esto, yo no renunciaría a Bart. Le prometí que lo salvaría, le prometí que todo estaría bien.

-sabes que no puedes arriesgar el planeta solo por un capricho tuyo- me di la vuelta con los ojos rebosantes de lagrimas. Lo mire detenidamente, analizando sus palabras.

-¿Cómo es que los arcángeles no me han dicho nada aun?- musite con un nudo en la garganta.

Por un segundo vi como un destello de… algo pasaba por sus ojos. Pero no pude reconocer que era.

De repente su cuerpo se agito, con asombro vi como de su espalda dos mantos se estiraban a sus costados, cada uno era tan largo como el otro.

-son… alas-

Una de sus manos voló a una de sus alas para arrancar una pluma.

La sostuvo entre él y yo por un segundo y luego se acerco para tomar mi mano y abrir mi puño. Allí en mi palma deposito esa delicada pluma blanca.

-no dejes que nadie más la toque, solo tú puedes hacerlo-

-¡Sophie!- alguien me llamaba. Era lo voz chillona de Lucien.

Me di la vuelta justo para atraparlo saliendo de una de las ruidosas calles en la que estaba metido. Detrás de él, Amy se encontraba corriendo con una expresión preocupada en su rostro.

-aquí estas- dijo deteniéndose a unos pasos de mi.

-¿en donde se metieron ustedes dos?-

-la pregunta es, ¿dónde te metiste tu? En un segundo estabas con nosotros y al siguiente ya no- Amy parecía haber estado desesperada. Sus cabellos rojizos se encontraban desparramados por todo su rostro.

-estaba con él- señale por encima de mi hombro a Gabriel.

-¿Quién?- Lucien parecía confundido. Me di la vuelta rápidamente para encontrarme con… nada. El se había ido.

Apreté la pluma en una mano y la lleve a mi corazón, estrujándola contra la suave tela de mi vestido.

-hay que volver, ya es tarde- Amy se había apresurado en decir, pero Lucien miro a su alrededor.

-esta es...- replico dejándose maravillar por la belleza de la plaza circular.

-¿esta es qué?- pregunte curiosa, miré la fuente en el centro y entonces lo recordé.

-la plaza Aredna- vociferamos todos al mismo tiempo.

Si nos encontrábamos en la plaza Aredna, eso significaba que el puente estaría cerca.

La imagen de Gabriel se le vino a la mente.

¿Sera posible que él fuera un ángel oscuro? Tenía sentido. Estábamos muy cerca del puente y Gabriel fácilmente lo pudo haber cruzado para llegar hasta mí.

Pero si fue así, si era un ángel oscuro, entonces porque ninguno de los ángeles pacíficos que se encontraban en el pueblo se habían percatado de su presencia oscura.

Sea lo que sea, no confiaba en Gabriel. Y por supuesto no le haría caso, ¿Quién se creía que era para venir aquí y decirme que no podía salvar a Bart?

“Sophie, si tu mueres, el quinto elemento se destruirá automáticamente y si eso ocurre, el balance que se ha establecido en la tierra será un caos”

Esas habían sido sus palabras. Pero algo me decía que no podía confiar en lo que me dijo.

Decidí entonces continuar con mi plan y fingir que el nunca había aparecido. Aunque…

Apreté la pluma aun más contra mi pecho.

El me había dejado esta pluma ¿para qué? ¿Por qué? No lo sabía.

Al terminar de apreciar la plaza Aredna, Lucien y Amy me tomaron de las manos y juntos emprendimos la marcha de vuelta a la mansión de los arcángeles.

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