jueves, 25 de agosto de 2011

capitulo 3 - voice

¿como estan todos? bueno yo estupendamente, de un humor excelente. Pues estoy viendo una peli y leyendo el libro de esta, que aunque se que es un poco vieja, estoy segura que muchos la conoceran. Bueno, se trata de The Notebook. Ayer estaba viendo una lista de peliculas para ver por internet y consegui The Notebook entonces la empece a ver mientras leia el libro. total que he tardado dos dias en acabarme ambas cosas pues no he querido terminar el libro sin terminarme la pelicula.
por su puesto, esto del romanticismo de la pareja que forman Noah y Allie me llevo a escribir dos capis de voice, pero como quiero mantener el suspenso, solo les dare uno.

espero que les guste, y que me puedan dejar sus comentarios.

con todo el cariño ~risa~




Grace había pasado la noche con el Dj y resulta que no estaban haciendo nada de lo sucio que se maquinaba en mi mente, sino todo lo contrario. Pasaron la noche en la plaza Alfredo Sadel y si dejas de lado todo el bullicio que la invade por tener calles comúnmente transitadas alrededor, podía en realidad ser muy romántico.

Bueno en realidad eso no es lo que pienso, pero la expresión de Grace me impulsó a callar mis comentarios.

Ella está enamorada, se le nota en la mirada justamente ahora mientras practicamos una canción de Hoobastank.

Me siento feliz por ella, de verdad que sí, pero… estoy preocupada. ¿Y si su amor por Daniel –así se llama el DJ- es tan grande que decide dejar la banda?

Sucumbiría totalmente.

La miro con el ceño fruncido por doceava vez en este día.

Empiezo a cantar el primer verso de la canción cuando el pitido chirriante de un celular comienza a sonar. Encojo mis hombros ante la interrupción.

-oh, lo ciento june, es Daniel. Acordamos que hoy vendría a casa. Tendrás que irte, lo siento mucho amiga, te llamare luego.

Y así, antes de decir “traición” ya me encuentro parada en la estación de autobús sosteniendo mi guitarra contra la espalda.

Resoplo un par de veces cuando el autobús llega y me veo obligada a subir junto con el resto de la gente cansada y sudorosa.

Tengo la suerte de tomar un asiento vacío y sentarme en él con la guitarra entre mis piernas.

Me doy cuenta que el asiento de al lado se encuentra vacio hasta que un hombre aparece y se sienta en el.

Sus piernas se cruzan en un modo en el que le permite tener contacto con mi pierna izquierda. Yo me alejo al instante, como si hubiese chocado contra una corriente de eléctrica.

El hombre me mira y entonces me paralizo porque adornando esos ojos somnolientos se encuentra un conocido color marrón.

Me aplasto contra la ventana para alejarme de él pero la realidad es que el está obstruyendo mi salida y yo no tengo otro lugar en el que moverme más que un espacio de cincuenta centímetros. El no parece haberse dado cuenta de quién soy yo por lo tanto solo reposa la cabeza en el espaldar de la silla y cierra los ojos.

Me quedo allí mirándolo como si fuera un extraterrestre porque en el más retorcido punto de vista, lo es para mí.

“tranquila june” me digo a mi misma, cerrando los ojos y respirando profundo “el no puede hacerte nada aquí en medio de tantas personas” eso estaba mejor, y era cierto. El no podía hacerme nada aquí.

Sin embargo, la parada en la que me bajo es una de las ultimas y aun así tengo que caminar dos cuadras para llegar a mi casa.

Mis manos comienzan a temblar y para disimularlo las meto en los bolsillos de mis shorts.

El tipo a mi lado parece en verdad muy cansado, y viéndolo más de cerca, debe tener unos veinte años.

Sin darme cuenta, me he acercado mucho más de lo que debería pero cuando me percato de esto es muy tarde pues el tipo abre los ojos.

El se fija en mí y luego en la guitarra acunada entre mis piernas. Mis manos dentro de los bolsillos comienzan a temblar tanto que el deseo de esconderlas desaparece y las saco para arreglarme el pelo y hacerme una cola alta. Solo para distraer al tipo de lo que sea que estaba pensando.

Pero el sigue mirándome intensamente con una chispa de curiosidad en sus ojos.

Intento mirar por la ventana y distraerme con los carros que pasan pero el hecho de que su mirada aun este pegada en mi me hace querer salir corriendo. Y bueno, eso es justo lo que hago.

Me levanto y sin decir nada camino con dificultad hasta la parte delantera del autobús. Me sostengo del tubo metálico y espero la siguiente parada mordiéndome el labio inferior.

No me importa si estoy aun muy lejos de mi casa, es suficiente con saber que el tipo se va a quedar aquí en el autobús.

Cuando el autobús se detiene, le doy unas monedas al conductor y salgo tropezando de allí.

Corro fuera de la parada hacia el camino que se dirige a mi casa. Entonces comienzo a sentir la misma sensación. Alguien me persigue.

Son aproximadamente las cinco de la tarde, la gente empieza a irse a sus casas aunque el hecho de que me encuentre en una avenida muy transitada no es suficiente, en algún momento pasare por un callejón solitario y estoy segura que ahí estará el borracho para hacer conmigo lo que sea que tiene en la mente hacer.

Veamos, se karate, tome unas cuantas clases cuando era pequeña, por lo menos se lo básico. Si algo me ocurre, me defenderé porque aunque no tenga el entrenamiento necesario, si tengo la fuerza.

Que patética estoy siendo, no puedo juzgar a ese tipo. Quizás si estaba borracho en el local mientras me veía cantar pero hoy me lo pude haber encontrado por casualidad y por eso el se quedo viéndome, porque se llevo una sorpresa al encontrarme sentada junto a él.

Pero si esto es así, entonces ¿Que hay con la sensación que sentí al salir del local? y ¿Que hay con la que estoy sintiendo justo en este momento?

Alguien… alguien me sigue muy de cerca.

En un segundo me volteo rápidamente con el puño dispuesto para golpear al borracho, pero algo me detiene, una mano sostiene firmemente mi brazo.

-¿Qué haces?- una voz de hombre, si. Pero ese no es el borracho, él es el presidente del consejo estudiantil.

Sonrojada y apenada retiro rápidamente el puño.

-lo ciento, yo…

-¿es por ese tipo?- un pálido dedo señala una figura oscura detrás de una publicidad.

-yo…

-¿te está molestando?

-pues…

-hablare con él.

-¡espera!- ¿Qué? ¿Porque lo detenía? ¿Era porque pensaba que el tipo era muy peligroso y misterioso para involucrar al presidente del consejo estudiantil? ¿O era porque me sentía confundida por la razón de que él estuviera ayudándome?

-¿Qué sucede?- se vuelve hacia mí con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.

-yo… na-nada- ¿y ahora tartamudeando? ¿Qué me ocurre?

Vuelve a voltearse y veo como su pelo negro ondea con el viento de la tarde. Me mira por encima de su hombro, justo como lo hizo en el supermercado, cuando se voltea y se dirige a la otra acera para hablar con el tipo, tengo que procurar cerrar la boca.

Veo como el toca ligeramente el hombro del borracho y, educadamente le dice algo. El borracho hace un gesto con la mano y luego le lanza una sonrisa asustadiza. Me comienzo a preguntar que le ha dicho el presidente del consejo estudiantil.

El borracho se gira y rápidamente se pierde en una maraña de gente que sale de sus trabajos para dirigirse a sus casas.

El presidente del consejo estudiantil me dirige una mirada desde el otro lado de la acera, yo no puedo más que permanecer allí mirándolo esperando a ver cuál va a ser su próximo movimiento.

-¿necesitas un aventón?- grita él para que se pueda oír por encima del ruido de la ciudad.

Aturdida, asiento con la cabeza mientras vuelvo a mi amada ambición de morderme el labio inferior.

El hace una señal con los dedos para que lo siga y eso es lo que hago. Cruzo la calle rápidamente y lo sigo por la acera.

Llegamos a un estacionamiento en algún centro comercial que no conozco. Al principio pienso que me guiara hasta el interior del estacionamiento para buscar su carro pero entonces me fijo en un espacio apartado para las motocicletas. Y él se dirige justo allí.

-¿esperas que suba a una moto con… contigo?- él se encoje de hombros y se sienta en una de las motos –la más despampanante en realidad- poniéndose un casco negro que le cubre todo el rostro y sosteniendo uno en el aire para mi.

-te prometo que no será tan malo, puede que hasta lo disfrutes- mira hacia adelante con el casco negro sostenido aun en una de sus manos. Yo lo tomo y me lo pongo, dudo un poco en montarme en la moto con él. El espacio para mi es tan reducido que no puedo evitar sonrojarme un poco.

Entro sin problemas, notando el contacto que nuestros cuerpos tienen.

-¿lista?- pregunta él arrancando el motor.

-no- le digo asustada y sosteniéndome de una asa metálica que encuentro a mis espaldas.

-no arrancare hasta que te sientas segura.

-dudo mucho que eso pase.

-eres june ¿verdad?

-sí.

-soy Ray, presidente del consejo estudiantil de nuestra escuela- me pregunte por un momento si el en verdad se presentaba a todo el mundo de esa forma. –para empezar, deja de estar tan tensa, solo… relájate- dice el acomodándose en el asiento, aun mas pegado a mí.

-yo… yo…

-no lo estás haciendo june.

-es que no puedo, nunca me he montado en una moto y todo se siente tan inestable e inseguro…

-entonces abrázame.

-¿disculpa?

-abrázame june, los momentos en los que tienes que atravesar algún tipo de miedo pasan mejor y más rápido cuando estas con alguien- bueno, eso era cierto. Pero no lo abrazaría.

Me di cuenta que el cruzó los brazos sobre su pecho y apagó el motor.

El no estaría jugando este juego con migo ¿o sí?

-mira, se que huelo mal pero no es para tanto- eso me hace soltar una leve risita pero me recompongo, molesta porque me haya hechos reír cuando se suponía que era un momento muy serio para mí.

Suavemente, suelto una mano de mi agarre frenético del asa a mis espaldas y luego suelto la otra mano dejándolas colgadas a mis costados sin estar muy segura de lo que debía hacer.

¿Debía apretar su camisa con mis puños? O ¿rodearlo completamente con mis brazos? Decidí optar por la primera opción.

Deslice mis manos por su suave chaqueta de cuero negro y la apreté lo mas que pude formando puños.

-¿de verdad te sientes segura de ese modo?- no… no me sentía para nada segura. Entonces sin previo aviso Ray toma mis brazos y me jala hacia adelante para situarlos sobre su abdomen.

Me quedo ahí con la respiración agitada y con las mejillas calientes, casi paralizada por la sorpresa.

-mejor- dice él prendiendo el motor de un tirón, entonces le da la vuelta a su moto dejando atrás un par de marcas de neumáticos.

No puedo resistir el impulso de gritar cuando salimos disparados por la autopista. El viento azota mi rostro y me impide abrir los ojos, por esto aprieto mis parpados.

-Hey abre los ojos- yo ya me encuentro meneando la cabeza bruscamente – ¿cómo vas a darme tu dirección si tienes los ojos cerrados?-

-oh es muy fácil hacerlo.

-dímela entonces- se la dije, con lujo de detalles.

-está bien- fue lo último que le escuche decir, cuando siento que la moto se detiene, media hora después, abro lo ojos.

-esto no es mi casa.

-lo sé.

-llévame a mi casa- le ordeno, pero él se encoje de hombros.

-solo con una condición.

-¿Cuál?

-cuando viajes conmigo mantén los ojos abiertos.

-¿eso es todo?

-no pareció muy fácil para ti cuando íbamos a cien kilómetros por hora- me quedo callada pero vuelvo a enlazar mis brazos a su alrededor.

-lista- digo respondiendo a la pregunta que él me había hecho en el estacionamiento.

Ray vuelve a arrancar su moto, esta vez yo tenía abierto los ojos procurando que mi estomago se mantuviese indiferente, pero a decir verdad era muy difícil.

La velocidad era algo que me mareaba, siempre lo ha sido. Nunca debí montarme con Ray en esta moto, pues ahora siento como el almuerzo que comí en la casa de Grace lucha por abrirse paso por mi garganta.

Por otra parte.

No sabía qué tipo de atajo había tomado Ray para llegar a mi casa, pero estábamos cruzando uno de los lugares más bonitos que había visto.

-¿te gusta?- gritó Ray por encima del rugir del motor y del viento en nuestros oídos. Yo me encontraba mirando al lado izquierdo, donde las montañas se alzaban y se cernían sobre casas espléndidas, sin duda, alguna de ellas debía ser de algún cenador. Pero cuando volteo a mi derecha pego un ligero salto de emoción.

La Caracas que yo conocía parecía diferente desde este ángulo. Los edificios se alzaban por encima de algunas casas, pero todos formaban parte de un mismo cuadro, congeniando sus colores y sus texturas.

Por encima de todo esto, El Ávila, se imponía sobre la ciudad, demostrando quien mandaba, quien nos protegía.

-no conocía este camino- dije como una tonta que no sabe nada del mundo.

-quería mostrarte esto.
-¿Por qué?- pregunto, luchando por hacerme oír por encima del aire.

-bueno…- suelta una pequeña risita –ni yo mismo lo sé.

Suspiro y disfruto del paisaje.

Cuando llegamos a mi casa, me apresuro a calmar los rugidos que vocifera mi estomago. Y acomodo mi guitarra a mis espaldas apoyándome sobre ella con mis manos.

-¿tocas?- pregunta Ray señalando la guitarra.

-sí, tengo una banda.

-quizás algún día pueda escuchar una de tus canciones- responde él con una sonrisa en sus labios.

Pasa un largo silencio en el que ambos nos quedamos mirándonos el uno al otro. Comienzo a morderme el labio inferior.

-sigo sin entender porque me estás hablando- le dije sin responder su petición, pero a él no pareció importarle.

-¿te refieres a eso de los diferentes status sociales y todo eso?

-sí, eso.

-bueno… para serte sincero, nunca me ha importado mucho eso, además ya te había visto antes.

-si, en el supermercado.

-no- vuelve a reírse con soltura –esa es la primera vez que tú me has visto de cerca.

-¿entonces esa no fue tu primera vez?

-no, mi primera vez fue hace much…

-¡june!- alguien grita desde el interior de mi casa, interrumpiendo por completo las palabras de Ray.

-¿seguiremos esta conversación después?- le pregunto con las mejillas encendidas.

-por supuesto- el sonríe, pero no es esa sonrisa torcida que me regalo en el supermercado, ni la que ha estado utilizando con chispas de picardía. No… esta sonrisa es genuina.

Yo le sonrío de la misma forma.

-gracias Ray.

-solo llama y estaré ahí- responde él rozando la punta de su pulgar contra mi mejilla. Yo me paralizo por sus palabras y no puedo hacer más que quedarme allí parada mirando cómo se va en su moto.




4 comentarios:

  1. oooh espero pronto el cuarto capitulo!!! Muy romantica la parte de rozar la mejilla, me encanto!
    Saludos :)

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  2. hola, risa me gusta lucho el personaje de june! como la describes y como le das personalidad
    Ray quiere con june!
    Me emociona leer una historia que involucre a mi VZLA,
    Buen capitulo, me ha gustado como siempre!
    The Notebook amo esa pelicula! increible!

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  3. OH¡
    hahahah, risa, primero que nada dejarme disculparme, si? es que he enviciado a mi madre con una web novela y hasta ahora me ha dado la bandera verde para poder pasarme por los blogs¡ hahahaha entonces hasta ahora he podido leer el capi...
    PERO QUE CAPI¡ HAHAH me gusta ray, es taaaaaaaaan atento y ese borrachoh inutil que no la deja en paz¡ hahahahah que leendos!
    hahah esta historia esta empezando de maravillas! hehe sigue asi risa¡
    att
    withney
    pd: tengo un nuevo capi en mi pequeño rincon por si te quieres pasar¡

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  4. oh que lindo es ray y ese acosador "q le dijo....ray?", la familia sienpre aparece en el momento menos indicado, adoro a ray ....ahhhhh

    no dejes de escribir... :P

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