domingo, 30 de enero de 2011

10 de febrero del 2011 - diario de una chica normal

aqui al fiiiiiin otro capi de DIARIO DE UNA CHICA NORMAL que lo disfruten y me dejan su coment.



Dia pesado pero de alguna forma algo especial.
Hace mucho que no escribo pero es porque a penas llego de la escuela caigo muerta en la cama y no me despierto hasta el amanecer cuando es hora de levantarse para volver a ir a la escuela.
Ayer mi dia comenzó muy normal, pero cuando vi el rostro de mi mejor amigo me di cuenta que algo le estaba pasando. Le pregunte varias veces sobre su estado y si se sentía bien mental y físicamente pero no llego a darme una respuesta clara ni siquiera cuando le insisti .
Estuve preocupada todo el dia, casi ni pude entender las clases. Los profesores tuvieron que llamarme la atención varias veces y aun asi me sentía como en otra dimensión una muy diferente cuando la sonrisa y los chistes tontos de barton no la iluminaban.
Ese dia no fue normal sin la pegajosa sonrisa de mi querido barton, y por esto me sentía extraña.
Nayla tmbien ha estado comportándose muy raro, es decir sigue siendo la misma de siempre pero en los recreos solo se queda con nosotros comiendo unos cuantos minutos y luego dice que tiene que irse al baño. Estoy descubriendo que las idas al baño duran todo el recreo.
Me preocupa que se encuentre hablando con otras personas. No la quiero perder asi que probabloemente tenga que hacer algo pronto.
Pasando al dia de hoy, ya después de haberles dado un breve resumen de estos últimos días. Les digo que fue un dia un tanto especial pues a la salida de clases, barton me llamo, despegandome del lado de nayla.
-hola an, emm… yo … bueno me preguntaba si tu querrías…. Acompañarme al baile de graduacicion?- sus palabras salieron atropelladas de su boca, mientras me quedaba pasmada a un lado de la pared.
No pude responderle en ese mismo instante , solo me quede callada y hasta tuve que pensarlo.
Es decir que raro eso de ir al baile de graduación con mi mejor amigo. Aunque si lo viera desde ese punto de vista, solo y exclusivamete ir con el como amigos entonces seguroque podría hacerlo.
Le dije que si, por supuesto. Que mas le podía decir, ni modo que corriera alejándome de el como lo haría una niña cobarde.
No me ha hablado en todo el dia pero no me preocupa, se que esta lo suficientemente ocupado pensando en que pnerse. Lo conozco tanto que podría organizar su agenda con los ojos cerrados.
Nayla me acaba de enviar un texto, y dice asi:
Hola anelyn, lo de mañana en la tarde me parece que no se podrá dar pues tengo que acompañar a mi hermanito a su partido de futbol . espero que no te moleste, pero podemos salir al cine otro dia.
Para explicarles, habíamos planeado entre barton , nayla y yo en ir al cine, pero al parecer se tendrá que cancelar. Además algo me tiene dudando, ella nunca va a los partidos de su hermanito. ¿Por qué tiene que ir ahora?
Son cosas que tratare de descubrir. Por ahora por lo menos siento que las personas aunque muchas me miran, se que ya aprendieron a ser disimulados.
Mi familia sigue siendo distante. Ya casi ni los escucho cuando me dirigen la palabra. Pues todo lo que dicen es que limpie su ropa, lave los platos, haga sus tareas, etc.
Espero poder hablarles pronto, los quiero chau!

att: alina y vero. las quiero!

hola! esta entrada es porque dos grandes amigas mias, alina y vero, recibieron un premio y uno de los requisitos era que tenian que pasarle el premio a los blogs que quisieran y ambas me lo pasaron a mi junto con otros mas!!! no son un amor??!! SII LO SON!

buehh. otro de los requisitos era contar cosas sobre ti para que las personas te conozcan mas, de lo que estoy totalmente de acuerdo.

y aqui va:

- acostumbro a actuar las escenas de los libros que leo jejejeje me diran loca pero siempre lo he hecho, pues de peque me gustaba imaginar que algun dia seria actriz y ahora mirenme, soñando algo muy diferente.

- adoro con locura los peluches, abarcan toda mi cama y son tan esponjos y coloridos que podria dormir sobre ellos -cosa que no hago porque simplemente mi espalda quedaria destrozada-

- me encanta andar en bicicleta

- en vacasiones acostumbro a agarrar el habito de ver anime jijiji me gusta mucho. como pandora, naruto, zero no tsukaima, sakura card captors, sailor moon, entre otros muchisisismo mas.

- hago locuras con mis hermanas, el dia de los inocentes por ejemplo, diana, mie hermana mayor estaba en la computadora y yo en la cocina y como qe se me ocurrio agarrar una bomba y una aguja jijijiji ademas de una camara para grabar su reacion. cuando explote el globo fue muyyyy divertido ver como mi hermana se caia de la silla del susto. jajajaja lo recuerdo y me da mucha risa!

- me gusta que me mimen, pero tampoco tanto, solo lo suficiente para sentirme querida.

- adoro las pijamas que me hagan sentir comoda, sobretodo los shortsitos muy cortos y las camisetas holgadas jijij

- los libros? creo que ya conocen bastante sobre esa parte pero les dijo nuevas cositas como, me encantan los libros con portada original, porque esos que se empiecen a aparece a los libros de twilight ya me cayeron mal. pero igual les doy una oportuniad y los leo.

- muy pocas veces le digo a la gente que me gusta leer, aunque estos ultimos dias me he estado soltando un poco, como ahorita que un amigo me hablo y me dijo que que hacia y le dije que leyendo un libresito y me dijo y que mmm la estudiosa y yo y que ni tanto jajaja buehh.

hay mas pero esto se volvio muy freaking largo asi que chauu!


PD: en cuanto tenga chance subire el prox capi de SLG ademas que ya voy teniendo listo el seundo capi de DIARIO DE UNA CHICA NORMAL al finnn!

hasta pronto!

lunes, 24 de enero de 2011

anuncio

hola como les va a todos? espero que bien! bueno estaba pensando y me gustaria que alguien se ofreciera para dibujar a los personajes de mi libro secrest of a lost guardian. pues he pensado que es mejor ver a mis personajes desde el punto de vista de otra persona. no se si me entienden pero espero que si porque es algo que he estado pensando desde hace mucho tiempo pero no he tenido la oportunidad de comentarles.



bueno volviendo al tema necesito voluntarios que sepan dibujar y que tengan ideas claras de como es cada personaje de SLG. si estan claros que cumplen con esas caracteristicas por favor mandenme un mail a mi direccion que es: miriam_gabriela1995@hotmail.com

si esta leyendo esto pero no cumple con esas caracteristicas pero por el contrario conoce a alguien que si las cumple. le agradeceria que contacte a esa persona infromandole de mi propuesta y si esta de acuerdo entonces me manda un correo a la direccion ya dada.

espero que me puedan ayudar con esto a pesar de que se que muchos estan ocupados por el comienzo de clases o del trabajo.
los quiero un mundo, gracias por estar conmigo y por comentar tan seguido, son los mejores!

sábado, 22 de enero de 2011

capitulo 7: perdida



al fin alfin al fin!!!hice un gran esfuerzo por terminar este capi hoy!! dentro de poco tendre una fiesta asi que debo estar lista.
espero que lo disfruten, y si hay algo que no entienden, me lo hacen saber porfavor. chauu!
PD: los personajes de este nuevo capi se encuentran en la pestaña que dice PERSONAJES


Mis pasos se hicieron quedos y mis ojos empezaron a fallarme cuando la luz los golpeaba tan directamente. Sentía el calor en mi piel de aquella sensación, de aquel olor salado que me empezaba a hipnotizar.

La voz, una femenina y muy delicada, susurraba mi nombre mientras yo me perdía en su resonancia.

Mi pelo empezaba a ser tironeado por algo, pero no me dolía ni lo hacía tan fuerte, más bien era como si lo estuviese acariciando y apreciando su textura. Voltee hacia donde creía que se encontraba el responsable de ese acto pero un suspiro rosando la piel de mi oído, me dejo paralizada.

De pronto delante de mí unos ojos rojos delicadamente brillantes empezaron a surgir, contrarrestando a la potente luz. Sus labios, sus mejillas, su nariz, sus oídos, su cabello, su frente, su barbilla, su cuello… todo empezó a verse con mucha claridad.

Labios carnosos, rojos y hermosos, mejillas rosadas y delicadas, nariz pequeña y perfilada, cabello recogido en un moño elegante con rizos naranjas cayendo por los lados, su piel era lisa, sin surcos que la marcaran. Parecía tan joven, pero a la vez tan mayor, tan… adulta.

El rojo de sus ojos era tan brillante y hermoso que no parecía real, parecían ser luz, bombillos que alumbraban desde esas dos pequeñas ventanas.

Entonces con un dulce movimiento de labios y un tono de voz propio de su aspecto, volvió a hablarme.

-sophie-

Aun sentía otra presencia, alguien más se encontraba ahí conmigo.

-¿Qué quieren?- logre preguntar.

-nosotros no queremos nada de ti, al contrario tú necesitas todo de nosotros- confundida la mire, y ella como si se burlara en un amable gesto, soltó una leve risa que desapareció con el cálido viento.

-estas equivocada…- esa fuerte presencia me invadió nuevamente -¿Quién está ahí?- otra vez la despreocupada risa de esa mujer floto en el ambiente.

-ya tendrás tiempo de sobra para presentarte, por ahora tengo que hablarte de algo muy importante-

-tengo poco tiempo, alguien me espera- su expresión se torno seria sin soltar el toque amable y elegante que le propinaban sus exóticos ojos.

-no te atrasaremos… te lo prometo-

Extendió una mano hacia mi y con miedo, desconfianza e intriga, deje que estrechara mis dedos en los suyos.

Manteniendo en alto nuestro apretón, como en una antigua película, me llevo al interior de esa luz en donde desapareci y lo siguiente que vi fue…. El océano, el mar se extendia ante nosotras. Me guio a una pequeña roca que se encontraba incrustada en la orilla de la playa cuya base era lamida por olas constituidas mas que todo por espuma blanca.

Nos sentamos en la roca y entonces comenzó con su explicación:

-es un honor estar frente a la legitima Charlotte, esa que creó, con su nacimiento el quinto elemento y además desarrollo con su simple existencia una gran cantidad de poderes. mi nombre es Uriel, formo parte de los siete arcángeles colaboradores con la paz terrenal y de impedir los males, poseedora del rayo oro rubi, o lo que en tu mundo se puede llamar anaranjado. Como seguro te habrá contado tu gurdian, eres una semi-angel y además tienes el peso de la humanidad en tus pequeños hombros- se volvió a reir al observar mi expresion preocupada –es solo un decir, en verdad tienes muchos en quien confiar y eres muy importante, no dejaremos que le pase nada malo ni a ti ni al quinto elemento.- mi ceño fruncido se relajo y empece a escucharla como lo hace una amiga, como si la conociera de toda la vida. Ahora confiaba en ella.

-bar-bartholomew me comento que algunos demonios se encontraban detrás de mi rastro y no solo eso sino que también mis padres desean tenerme con ellos para un fin siniestro, ¿eso es cierto?- sus ojos repentinamente se dejaron atrapar bajo el poder de la tristeza, dándome a entender que cada parte de esa pregunta era cierta.

-solo son uno cuantos demonios los que saben acerca de tu existencia, pero tus padres… hay que tener cuidado con ellos, no tenemos informaciones exactas solo sabemos que están planeando algo importante. los arcángeles han decidido hacer algo al respecto. Me enviaron para enseñarte a usar tus poderes, y para darte esto…- de su túnica roja combinada con efectos anaranjados resplandecientes, saco una pequeña cajita roja con una textura parecida a la gamuza. Me la entrego y me insto a que la abriera.

Al levantar la tapa, una cadena dorada resbalo y cayó en mis manos, de ella una piedra roja colgaba. El sol se reflejo en la reluciente superficie de la piedra, era un perfecto rubi lo que tenia en mis manos. El mineral rojo brillo con intensidad mientras la energía que surgia en mi corazon se trasladaba a su interior, por lo menos eso sentía que sucedia.

La piedra al haber absorbido toda mi energía empezo a transmitirme la suya, que entraba por mis manos y corria por mis venas hasta llegar al corazon. Vi como en la piedra un remolino se formaba en su interior. Imagine que se trataba de lo que llamaría mi energía.

El pecho me palpitaba con fuerza y me parecía sentir una nueva sensación dentro de mi. Me sentí mas fuerte, mas hábil, de repente el quilibrio que requería estar arrodillada en la roca ahora era totalmente innecesario pues mis pies eran ligeros como el aire.

-¿esto es lo que creo que es?-

-si… es el quinto elemento, pero solo una parte, fue todo lo que pudimos rescatar- hizo una pequeña pausa y luego continuo –tienes que usarla para llegar junto con el resto…-

-y eso esta…-

-con tus padres- completo mi oración, luego se puso de pie y me miro desde arriba. –yo, el arcángel Uriel te asigno esta misión: tendras que ir a escondidas junto con tu guardian hacia ese lugar donde habitan tus padres, luego deberas extraer la piedra y regresaras con nosotros sana y salva. ¿Entendido?- asentí sosteniéndole la mirada muy segura de lo que tenia que hacer. Ella me sonrio y luego parecio cambiar de expresion –ahh claro se me olvidaba que hay una persona mas que tiene que decirte algunas palabras- su mirada vago por los alrededores de la playa hasta detenerse en el horizonte, donde la arena tocaba el sol y la luz era tan intensa que apenas podía abrir los ojos. Una figura apareció en la distancia y camino en dirección a nuestra posición.

A medida que se acercaba podía detallar sus rasgos cada vez mas. Era apenas unos años menor que yo, quizás unos trece o quince años. Sus ojos asemejaban al arcoíris, se encontraban el blanco junto al verde, este acompañaba al rojo que le otorgaba contraste al rosado luego al amarillo y por ultimo terminaba en un hermoso violeta.

En menos de lo esperado ya lo tenia en frente de mi. Con esa hermosa y juvenil sonrisa y una mano estirada gentilmente.

La tome mientras su sonrisa contagiaba la mia.

-debes ser sophie o ¿prefieres que te llame Charlotte?- sus palabras llegaron a mis oídos como las de un niño de su edad, con su voz chillona pero elegante y controlada.

-sophie esta bien- respondi embelesada por la luz y la belleza que irradiaba esa pequeña personita.

–soy el arcángel miguel, pero dime miguel, a veces los otros angeles me hartan con sus adoraciones y aunque trate de no prestarles atención igual siguen llamándome como si fuese un dios- puso los ojos en blanco mientras recordaba esas aventuras reales que lo molestaban tanto.

-miguel, es un lindo nombre- le dije sonriéndole. –¿pero no entiendo por qué tanta benevolencia hacia ti?- la respuesta no provino de sus labios, en lugar de el Uriel se acerco y me respondió.

-él es el líder, el poseedor de los siete rayos. Tiene mucho poder aunque aun no lo quiera admitir- su expresion parecía molesta, me imagine que se debía a que miguel era muy simple con sus poderes, se le notaba en la mirada que solo era un niño con mucho poder pero que solo lo utilizaba cuando realmente era necesario. Y por esa razón me agradaba mucho.

-entiendo…- dije pensativa, luego sentí un apretón en mi mano, la que todavía era sostenida por miguel.

-yo sere tu maestro, en cierto modo, porque digamos que nunca se me ha dado bien enseñar. Pero tu eres un caso muy especial, debería ser capaz de enseñarte algo ¿no?- solto una pequeña risa disfrutando de su chiste auto-insultante. Intente imitarlo pero me parecía imposible que yo pudiera aprender algo, no porque el fuera mi profesor sino porque yo sea su alumna. No soy muy buena en clases, no presto atención y siempre me duermo. ¿Cómo seria con clases de magia angelical? Era una pregunta muy intrigante que se respondería con el tiempo.

-estoy de acuerdo, pero tengo que irme, bart me esta esperando-

-es cierto! Bartholomew! Hace tiempo que no lo veo, quizás en otro momento los visite. Te mandare un recado de cuando será tu primera clase para que estés preparada pero solo te digo que no serán tan sencillas y además tendremos que acelerar el paso pues dentro de seis días se celebrara la ceremonia electiva y tienes que saber usar tus poderes para esa fecha.- asentí con la cabeza y luego le dedique una amigable sonrisa.

-me caes bien… pensé que serias una niña malcriada que utiliza sus raros poderes a lo loco y no saben como presentarse apropiadamente, pero me equivoque, eres todo lo contrario.- una sonrisa se escapo de sus perfectos dientes blancos y luego con una seña en su mirada atrajo a Uriel a su lado. Se fueron diferenciando sus cuerpos con el sol radiante y cada uno, miguel con su luz azul celeste y Uriel con su luz oro rubi, se fueron, dejándome sola en una playa vacia.

Camine por la playa, esperando a que mi guardian viniera hacia a mi y no al revés. Hacia tiempo que no lo veía y empezaba a extrañarlo mucho. El sol me pegaba directo por la espalda, sentía como esa parte se bronceaba.

Entonces vi el agua clara y pura que se tambaleaba en olas que lamian la orilla constantemente, me dieron unas ganas incontrolables de meterme aunque no tuviese ropa para eso.

Me quite la chaqueta y la deje en la arena mojada luego me saque las botas de un tirón y dudando en sacarme la camisa la tome por los bordes y la deslice por la cabeza hasta botarla a un lado, lo mismo hice con el short rosado que cayó junto con las demás cosas.

Me quede en mi ropa interior blanca que no era muy impermeable solo estaba hecha de tela de algodón pero no importaba.

Camine un rato mas por la orilla y luego me adentre en el océano.

El agua fría rosaba mis hombros y mi cabello ya se encontraba hasta la mitad sumergido en el agua salina.

Respire profundo como uno de esos métodos de respiración que hace mucho tiempo me enseño luke y luego cuando ya estaba segura que podía aguantar con ese aire, meti la cabeza en el agua acostumbrando mi vista a la sal. Al principio no pude ver nada, esta bien si podía ver cosas pero casi no podían diferenciarse con todo lo demás.

Empece a divisar los pececitos que se acercaban a mi nariz y me besaban con sus boquitas que se abrían y cerraban tan divertidamente. Algunos me cubrían los brazos y los mas pequeños se pegaban a mi pelo, curioseando.

Pero me pregunte, como es que habían peces si este era el mundo de bart, ¿o no? Mire alrededor con la reserva de aire todavía sostenida en mis pulmones. No estaba empezando a sentir nada parecido a la falta de oxigeno.

Libre como me sentía, estaba feliz. Los problemas, Uriel, miguel, luke inclusive bart y mis poderes ya no eran esenciales en mi mente. Como serlo si tenia cosas mucho mas maravillosas justo enfrente de mi.

Nuevamente después de tanto tiempo, volvia a encontrarme donde siempre me gustaba estar, donde me sentía como una persona normal, donde podía respirar tranquila, bueno no respirar es solo una expresion literal.

Movi mis brazos, dando brazadas y patadas para impulsarme mientras los pecesitos alrededor se agitaban y se agolpaban por seguirme el paso. Sonreí tontamente permitiendo que entrara un poco de agua salada a mi boca. Mi legua resivio la sal con agriedad pero no le hice caso.

Esa nueva energía que habia adquirido, brillaba como nunca en mi interior. me empezaba a dar cuenta cuanta agilidad habia adquirido y ahora la rapidez con la que se movia mi cuerpo era, si no es mas, parecida a la de un tiburón al aproximarse a su presa. Excepto que yo no era un tiburón, solo era un semi-angel en un territorio que no me pertenecía, y también no tenia un objetivo claro como una presa, al contrario me movia con libertad por el mar.

Al fin subi a la superficie y tome una enorme bocanada de aire sin darme cuenta cuanto habia estado necesitando ese elemento tan importante.

El sol ya se habia ocultado por completo, dejando a su paso un aura en el cielo de un color sutilmente anaranjado. Del otro lado, la luna salía con una brillante luz que me hizo parpadear varias veces. Le sonreí sin esperar nada de ella, solo que me siguiera arropando con su manto calido.

Alrededor no se veía ningún otro signo de vida si no se contaba ese pequeño punto de luz que se asomaba por entre la espesa masa de arboles verdes.

Nade a la orilla sintiendo frio cuando el aire choco contra mi mojada piel, todavía seguía preguntándome donde se encontraba bart, y pude imaginarme que tal vez esa luz se trataba de su persona.

Cacule donde habia dejado mi ropa pero no la vi en toda la inmensidad de la playa.

Abrazandome el cuerpo me aproxime hacia la luz, apartando los arbustos y las ramas que se metían en mi camino.

Si no era bart me daría mucha pena aparecer en ropa interior frente a personas extrañas, pensando en esto se me incendiaron las mejillas y casi me iba deteniendo pero entonces volvi a pensar en bart y en la probabilida, que era muy grande, que fuese el.

Cundo al fin llegue, me di cuenta que se trataba de un claro en el bosque donde el césped habia sido cortado a tironazos y la tierra se mantenía seca y vacia.

En el centro, una carpa se mantenía inmóvil mientras una persona adentro se movia como si estuviese arreglando las cosas adentro. La luz que habia visto provenía de una fogata preparada perfectamente cuyo calor llegaba hasta mi y le proporcionaba un delicioso alivio a mi congelada piel. Instintivamente hice que mis temblorosas piernas se movieran hasta llegar cerca de la carpa. Cuando estaba a un segundo de presentarme ante aquel sujeto una voz sono a mis espaldas.

-traemos mas leña papa- me sobresalte y cai asustada hacia atrás mientras intentaba en lo posible por esconderme para evitar que los ojos de aquel extraño me vieran, pero… muy tarde, mire su expresion, sus ojos marrones se encontraban sorprendidos por haber encontrado a una mujer semi-desnuda en su campamento.

Trate de explicarme pero solo unos torpes balbuceos lograron salir de mis labios.

El hombre que se encontraba en el interior de la carpa habia salido y ahora me mirada con la misma mirada de sorpresa de su hijo.

Pude encontrarme con otra mirada, una niña pequeña se ubicaba al lado de su hermano. Todos los presentes se sentían confundidos y curiosos por aquella extraña sorpresa.

-me voy, disculpen las molestias- dije al fin cuando ya el silencio me habia devuelto el habla y ahora la cordura. Al girarme algo me llamo la atención.

En unos arboles una ropa femenina se encontraba colgada como si no se supiera de quien era y simplemente no encontraban un lugar donde meterla.

Con las mejillas encendidas me aproxime hacia ella y la tome apretándola contra mi pecho.

Escuche unos susurros por parte de la familia pero se perdieron una vez que yo misma me adentre en el bosque. Otravez.

Sola, con el cuerpo aun mojado y con las mejillas todavía encendidas por la vergüenza empece a vestirme preguntándome si no le habia causado un daño cerebral a la infante que habia estado presente.

-tonta, tonta- me dije agitando la cabeza.

Pero otra vez una duda me asalto la mente. ¿Por qué ellos se encontraban aquí? Es decir, si aun estaba en el mundo de bart, nadie a excepción de el podría encontrarse aquí.

Los grillos, las lechuzas, y el resto de los animales nocturnos hacían sus ruidos habituales. Mientras yo seguía preguntándome que estaba pasando.

Al terminar de ponerme la camisa, los shorts y las botas, colgué el abrigo en mi brazo y me quede plantada ahí como una tonta, esperando a que algo mas pasara. No habia planeado esto. Quizas bart en verdad no se encontraba aquí.

Me sente en la tierra, abrace mis piernas y me pregunte si alguna vez llegaría a casa.

Algunos minutos insoportables y llenos de preocupación, pasaron de largo cuando de pronto, sentí una leve risita que se asomaba por el espesor de ese bosque.

-en serio le diste un susto de muerte a mi padre- la misma voz de antes volvió a dirigirme la palabra. Al voltearme esos ojos marrones volvieron a cruzarse en mi camino.

Le sonreí un poco apenada y me prepare para saber en dónde demonios me encontraba.

domingo, 16 de enero de 2011

hola amig@s , hace poco fueron la entrega de los premios joan awards del blog soul-littercorner presentado por withney morgan. :)
y aqui estan los premios que gane:


por el segundo capi de SECREST OF A LOST GUARDIAN









no soy buena para los agradecimientos pero solo quisiera darle gracias a withney y a su familia (jueces) porque me dieron la oportunidad de disfrutar de estos premios.


conozcan el blog de esta adorbale amiga withney, cuyas historias los haran nunca olvidarse de la magia y del amor.

http://soul-littlecorner.blogspot.com/


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jueves, 13 de enero de 2011

gracias...

holaa!!

como sabran ya empece clases lo que me tiene extremedamente ocupada y nose si pueda continuar la historia tan seguido como antes.

el capi 7 se va a tarda unos dias, ni si quiera tengo escrita mitad de la primera pag lo que es raro en mi. pero en cuanto lo tenga lo monto y les aviso.








debo agradecerles profundamente a todas esas personas que han comentado en cada capi. todas esas que han estado tan pendientes y las que me apoyan como si fuesemos familia, (aunque sentimentalmente siento que asi es)



muchas gracias a

VERO: por que no hay un solo comentario que no vea tuyo que no me saque una sonrisa, y se q esa frasecita esta muy repetida pero es mi reaccion. aunque no lo creas tu y tus coments provocaron un cambio en mis planes para la trama de la historia, un cambio para bien, claroo porque fue un exito!! por eso te dedico otro graciass!!



ATZI!: eres una excelente amiga!! una gran escritora!! y la mejor persona amante de los pandas que he conocido en mi vida!! por eso te doy gracias, por entrar en mi blog cada vez que puedes y plasmar un coment en los capis que pongoo! gracias!



WITHNEY: te doy gracias por que sin tu ayuda no hubiese podido continuar escribiendo, jaja si seguro tienes cara de sorpresa, pero es verdad. llego un momento que me dije que no podria continuar que no me salian nuevas ideas que escribia horrible y tal. pero cuando pasaste por aqui diciendo que eras nueva y que me invitabas a tu blog enseguida corri para ver lo que escribias, y no fue otra cosa sino tu modo de escribir y ver las cosas de esa manera especial la que me hizo darme cuenta de cuanto amo hacer lo que hago (en pocas palabras me inspiraste)



CITU: tus comentarios son cortos pero son muuchos! y eso me alegraaa un monton! cada vez que reviso los coments tu estas ahi! y por eso y mucho mas mil gracias!



MELIJOY: te doy gracias por que aunque eres nueva en mi blog ya te pusiste al dia con toooodo y ademas tus comentarios son hermosos. gracias amiga.!



para los demas que se que revisan mi blog diariamente. les digo tambien gracias por estar aqui y apoyarme.!



bueno era todo lo que les venia a decir, ahora me voy y espero que tengan un comienzo de viernes perfectoo y un fin de semana hermoso.



hasta pronto. los quiero mucho a todos!! ~risa~


PD: esto va para todos aquellos que desean leer mi relato navideño que esta participando en el concurso de love-is-louder, pero no pueden porque ese enlace no se encuentra bien.
aqui en mi blog, buscan en las pestañas la que dice relatos y buscan el nombre del relato que es regreso en navidad. espero que esta informacion les ayude. sino, entonces me dicen.

martes, 11 de enero de 2011

cap. 6: mi mundo, tu mundo - segunda parte

uuufff! otro capitulo maaas. este es muuuucho mas larrrgo. espero que lo disfruten y ya saben si hay alguna duda porfavor haganmelo saber para ver si tengo que cambiar algo o agregarle algo.


tengo que aprovechar esta entrada para darle un reconocimiento especial a mis dos queridisisisimas amigas witnhey y atzi-panda! ellas montaron una entrada dando publicidad al concurso en el que estoy participando. y la verdad es que me han ayudado muuucho. gracias chicas! son las mejores! y gracias a todos los que han votado por mi relato. porfavor los que no han votado pasense por el link que esta mas arriba. GRACIAS Y COMENTEN.






-entonces sigue viva…- dije mientras suspiraba de alivio. Al menos ahora sabía que no me encontraba loca.

-¿estás bien?- asentí con la cabeza mientras veía como el día en ese precioso mundo empezaba a ponerse claro. Arrasaba las montañas negras cubriéndolas de luz y el bosque que antes se veía realmente muy oscuro y tenebroso, ahora estaba hecho una belleza natural. Los arboles brillaban bajo una luz invisible como si fuese el sol, pero aun más potente. Un sentimiento de paz me inundo al presenciar esa maravillosa metamorfosis.

-mas que bien-

-¿entonces supongo que no es buen momento para darte malas noticias verdad?- voltee a mirarlo con una cara que haría que se arrepintiese por interrumpir mi pequeño momento de paz. El cielo que se empezaba a tornar de un color rosado pálido ahora parecía nublarse con una maraña fastidiosa y gris.

-¿Qué es lo que pasa ahora?- suspire dejándome caer en el cálido pasto verde.

-si… tu abuela sigue viva pero…- ¿pero? Como se atrevía a incluir un “pero”–pero se encuentra encarcelada-

-¿encarcelada?- el asintió con un rostro impecable y difícil de descifrar. Se sentó a mi lado y me toco el hombro desnudo por la camisa desgarrada que había escogido esa mañana para ir al gimnasio. – ¿por quién?-

-eso es… otra parte mala- suspiro y la mano que se encontraba en mi hombro… bajó, deslizando sus dedos delicados por mi pálida piel hasta llegar a tocar los dedos agarrotados, apretándola fuerte probablemente preparándome para lo que me diría a continuación. –demonios, ellos también vienen detrás de ti- mi cuerpo se relajo y me deje caer hacia atrás. Mi cabeza aterrizo en algo suave y esponjoso, luego me di cuenta que era una almohada de flores. Tal vez por encontrarme en este mundo, en mi mundo, me sería imposible hacerme un solo rasguño.

-demonios…- me quede pensando en esos cuentos antiguos o esas raras películas de terror que los chicos de mi escuela siempre veían -ángeles caídos ¿no?- al final logre decir.

-si… y lamentablemente son muy poderosos-

-¿Qué quieres decirme con eso?-

-pues que no podremos recuperar a tu abuela tan fácilmente.- seguía agarrándome la mano, mientras yo miraba al cielo nublando.

-los derrotare- le dije llenándome de valor.

-se que lo harás- lo mire y él me sonrió, pero no podía devolverle esa sonrisa pues sabía que si lo hacía, las lagrimas saltarían de inmediato y perdería toda barrera que le había puesto al miedo.

Seguí con mis preguntas esperando que no se cansara de responderme.

-mi otra pregunta es… porque, o más bien como es que hiciste para hacer desaparecer a ese tal Deo-

-es una orden del arcángel uriel, aniquilar las almas de los rezagados con una cruz bendita. Solo la colocas en su pecho y su alma quedara atrapada en donde quiera que el portador quiera que este-

-entiendo- dije analizándolo todo. -¿Dónde entonces lo enviaste?-

-fácil – dijo haciendo un gesto con los hombros. -lo deje en su mundo-

-¿el también tiene uno?-

-si… todos los ángeles tienen uno-

-¿tú también?- meneo la cabeza con una sonrisa todavía pegada a su hermoso rostro.

-al principio la junta de arcángeles me propusieron compartir el tuyo cuando me reclamaron como tu Guardián. Pero yo no quise, no quise quitarte el tuyo y arruinarlo con mis deseos. En ese momento pensaba que tú podías hacer un mejor uso y no estaba equivocado. Mira en lo que lo has convertido.- ambos miramos alrededor maravillados –es una completa obra maestra- me dijo regresando a buscar mi mirada.

Me sonroje al oír esa última parte y luego mire al lado opuesto en que el se encontraba, ocultando mi rubor.

-te sedo la mitad de mi mundo- le dije con todo el fervor del que podía ser capaz de pronunciar.

-no lo quiero-

-insisto en que lo tengas- le dije inclinándome y sosteniéndome por los codos. –todos merecen un mundo propio, en especial tu- le dedique una sonrisa dulce, esperando a que entendiera que eso era lo que en verdad quería.

-si es lo que deseas, lo aceptare con gusto- su mano me dio un apretón que se mantuvo, dándome corrientazos de un calor agradable.

-quisiera saber también, porque ese hombre… Deo te llamo Ambrose- recordé aquella vez cuando Deo había invadido mi cuarto y había nombrado de esa forma a mi guardián.

-pues, digamos que en un cierto modo ese es mi verdadero nombre ya sabes… cuando era humano. Y Deo es mi hermano, siempre ha sido mi hermano- me quede con la boca abierta.

-¿¡cómo puedes estar tan… tan fresco después de saber que tu hermano esta muerto!?- pregunte histérica cambiando de humor por completo.

-tranquila, el no está muerto, recuerda… lo lleve a su mundo- dijo levantando su palma estirada –pero ahora tendrá que buscar mucho para encontrar un buen cuerpo material- se rio por lo bajo y yo trate en parte de imitar su relajado comportamiento.

-con que Ambrose entonces…- le dije con una sonrisa socarrona esperando molestarlo.

-no puedes decir mucho Charlotte…- soltó mi mano y se puso en posición de ataque fingida. Solté una risa y luego yo también me puse en guardia. Su mirada mantenía la mía mientras girábamos esperando que uno de los dos atacara primero.

-¡¿mira qué es eso?!- señalo un punto detrás de mí con su dedo índice mientras adoptaba una falsa expresión en su rostro.

-no soy tonta- le dije con voz chistosa a lo que el reacciono con una sonrisa.

-si… y por ese hecho seguro no notaras el pequeño animalito que justo en este momento está disfrutando de una placentera estancia en tu pie- justo cuando dijo eso, un cosquilleo empezó a invadir la tez de mi pie izquierdo. Mire hacia abajo y una hoja verde me rosaba gentilmente.

“maldición, lo consiguió” pensé al instante que sentía como una fuerza aplastante me tumbaba boca arriba. Caímos en la tibia grama, abajo en la tierra me hubiese dolido mucho, pero aquí, no llegue a sentir la menor presión. Oía su hermosa risa despreocupada junto a mi mejilla, su aliento rosaba los cabellos que se encontraban desparramados sobre mi cara. Levanto una mano y me paso un mechón amarillo detrás de la oreja. Era tan perfecto tenerlo de ese modo. Con sus ojos azul blancuzco que brillaban con la intensidad de mil soles en uno, sus labios interminablemente rojos eran tan juveniles pero al mismo tiempo lo hacía lucir sexy y agradable, sus dientes que para ese momento se encontraban a todo dar, parecían de porcelana blanca y cada uno de ellos eran tan perfectos como su dueño.

-caíste- dijo con voz suave y divertida al mismo tiempo.

-no por mucho tiempo- me atreví a romper esa conexión para escabullirme por un espacio que pude conseguir debajo de su brazo y luego Salí disparada en dirección a ninguna parte. Solo corría con el viento azotando mis rubios cabellos y sintiendo la brisa en mi piel colándose por dentro de mi ropa.

Oía las pisadas de Bart que se aproximaban con rapidez. Me llego un sentimiento de impotencia lo que provoco la agilidad suprema de mis piernas, impulsándome a una velocidad increíble.

A mi paso saltaban flores y pasto verde. Mire al frente donde empecé a divisar una especie de mural o algo parecido. Al acercarme aun más pude detallarlo y me di cuenta de que no estaba hecho ni de madera, ni de piedra, ni de algún otro elemento o material.

Si contaba con ser un elemento, pero más parecía agua vaporizada. El otro lado se veía borroso y en toda la pared se podían observar burbujas de espuma blanca flotando por ella. Solo un simple detalle.

Estaba a un centímetro de tocarla estirando una mano vibrante por la curiosidad que me provocaba tocar dicha estructura. Pero antes de que pudiera saciar esa sed, una fuerza brutal, arraso con todo mi cuerpo, lanzándome hacia atrás como diez metros lejos. Me detuve y abrí los ojos que se habían cerrado por el miedo. Delante de mí unos ojos azules se asomaron. Denotaban preocupación y al mismo tiempo culpa.

Empezó a menear la cabeza de un lado al otro muy pronunciadamente y fue cuando me di cuenta que se estaba comenzando a burlar.

-deberías saber por propio instinto que la división de entre un mundo y otro no se pues tocar a menos de que estés acompañado del dueño- me quede sorprendida mirándolo. No me había hecho daño pero si necesitaba un poco de tranquilidad por un momento después de haber sufrido ese trauma. Bart me ofreció una mano, yo la tome y con esfuerzo me mantuve en pie.

Mire la pared de vapor con pequeñas burbujas perfectas que se formaban y flotaban hasta llegar al cielo. Ese se suponía que era su mundo, la mitad del mío que le había entregado.

-¿puedo conocerlo?-

-por supuesto- dijo y luego todavía aferrado de mi mano o más bien yo aferrada a la de él. Me condujo de nuevo hacia esa pared. Esta vez caminábamos despacio y sin apuro.

Estire la mano tal como lo había hecho antes, pero esta vez pude ver como Bart la abrazaba alrededor de sus dedos y ahora él era el que se encontraba a cargo de la dirección que tomaba mi miembro. Atravesé la pared sin problema, introduciendo primero en ella la yema de los dedos para luego seguir con el resto del brazo hasta el codo.

Sentí un cosquilleo pequeño y sin importancia, quizás mas era el que sentía por el contacto de Bart que por el de la extraña pared. Pero enseguida pude notar que Bart no tenía nada que ver con ese picor.

Me prepare para dar el primer paso estirando la pierna sin problemas hasta que sentí como el pie se plantaba libremente al otro lado del mural en una superficie irregular.

-voy detrás de ti.- me dijo Bart al oído mientras me daba un pequeño empujoncito.

Todo se vio oscuro por un momento y luego una pequeña claridad color naranja empezó a asomarse por mis parpados cerrados.

Había caído de rodilla en un suelo pedregoso y ceniciento. El drástico cambio de clima provoco que me abrazara los brazos iniciando el repentino castañetear de los dientes.

Aun sentía el picor en la piel después de haber atravesado el mural, pero había quedado como una sensación pacifica y reconfortante. Abrí los ojos sin saber exactamente que me encontraba mirando. La luz que había visto provenía de una ventana un poco alejada con una vela en la repisa. El reflejo me mostraba como la llama oscilaba con el viento lo que le propinaba un efecto un tanto aterrador.

Un pequeño sonido sonó a mis espaldas, y me gire para saber lo que era.

Detrás de mi había una hilera de casas pintadas de un color vivo pero todas estaban descuidadas y hechas un desastre. El ruido que había escuchado provenía de la puerta de una de ellas, la morada, esta estaba igual de destartalada que las demás.

Me llamo la atención una sombra que se movió, caminando hacia mí.

Plante mis pies en el suelo, enderezándome y luego lo miré. Bart tenía unas cuantas hojitas y flores atascadas y entrelazadas en su cabello, cosa que me causo mucha gracia.

-¿de qué te ríes?- pregunto al verme soltar tontas risitas mientras llegaba a mí.

No le respondí, en lugar de eso, estire una mano hacia sus cabellos y empecé a quitarle los pedacitos de naturaleza que habían quedado de mi mundo.

Al mostrarle todo lo que había sacado, extendió una sonrisa por su rostro.

-gracias-

-no hay de que-

-bueno y ahora tenemos que investigar esto- dijo mirando a todas partes, apreciando los rastros de imaginación que habían sido extraídos de su mente.

-me gusta mucho- mentí, observando su mirada no convencida. El se volteo a mirarme.

-recuerda que soy tu guardián, no puedes mentirme- dicho esto, me tomo de la mano, y me guio por esa angosta calle, forrada por muchas más casas pequeñas y semi-pintadas que parecían estar tímidamente habitadas aunque no veía ningún ser humano salir o entrar de ellas. Todas tenían velas en cada ventana, apoyadas en sus repisas. Como pequeños faroles que nos apuntaban el camino.

Ahora que lo veía con más detenimiento, nos encontrábamos caminando por unas antiguas calles colombianas. Parecían ubicarse cronológicamente a principios del siglo XVII.

Llegamos a un centro circular en donde se situaba una fuente enorme adornada por ángeles de piedra y serpientes de plata. El agua corría por sus orificios y saltaban desde abajo, tocando las interpretaciones superiores. Aunque todo estaba oscuro como si nos encontráramos en una noche fría de invierno, igual me pude fijar en la terrible belleza histórica que emanaba el monumento.

El círculo central tenía entrada a varias ramificaciones. Una de ellas me llamo la atención porque no parecía estar rodeada por casas antiguas y decoloradas, más bien parecía estar llena de escaparates comerciales. Las tiendas se encontraban situadas una al lado de otra, mostrando su mercancía de forma clásica. Los maniquíes vestían los vestidos de época, usándolos ajustados y dejando ver la belleza en que convertiría a la persona que usara esa prenda.

Camine hacia ese pasillo sintiendo como Bart venía detrás de mí.

-buena idea- dijo a mis espaldas. –Necesitamos ropa abrigada-

Era cierto, el frio que había no era normal. Aunque no me incomodaba mucho pues me encantaba sentir el frio en mis huesos.

Entramos a la primera tienda que vimos. El nombre no lo tenía bien claro, las letras se encontraban tuertas y caídas. Cruzamos el umbral y de inmediato comenzamos a investigar aquel lugar.

Busque en el área de chicas y en el de chicos. Después de un rato, eligiendo y calificando ropa nos reunimos en los mostradores.

Me metí en el primero que vi y el entro en el siguiente.

Mientras me quitaba los sucios harapos que traía puesto, mi mente comenzó a llenarse de raras ideas a partir de todo lo que Bart me había contado.

-eh… Bart?- tartamudee, llamando su atención e intentando poner en orden la pregunta que se había formulado después de un largo rato pensando.

-si dime- dijo mientras se oía el sonido del pantalón blanco cayendo al suelo.

-bueno, he estado pensando y me preguntaba… por qué diantres no has envejecido un solo año si somos iguales en cuanto a la especie- un profundo silencio se hizo paso después de haber abandonado mi pregunta en el aire.

Se oyó un suspiro por su parte y luego me respondió.

-esperaba que nunca tuvieras que preguntarlo, pero eres inteligente, es más, me sorprende que no hayas esperado mas para saberlo- otra pausa y luego agregó – ¿recuerdas la historia del ángel que me donó sus poderes?-

-si- respondí mientras me ponía unos shorts color rosa pastel que se encontraban confeccionados por una fina y hermosa tela pulcra y femenina. Estos me llegaban a la cintura, resaltando mi figura.

-bueno ella ya había realizado la ceremonia electiva…- hizo una pausa en la que se oía como un cierre se cerraba –la ceremonia electiva se trata de la que tiene que realizar todo ángel cuando haya cumplido los dieciocho. Por supuesto que ese ángel elegirá dependiendo de su situación-

-¿a qué te refieres con su situación?-

-me refiero a que en tu caso tienes tres opciones, puedes elegir entre ser humano, entre ser un ángel completo o entre seguir siendo semi-ángel.-

-cumpliré los dieciocho en seis días… ¿ese día será la ceremonia electiva?-

-si…-

-entonces es muy simple, elegiré quedarme como estoy, es mucho más fácil y así puedo conservar lo mejor de ambos mundos- me pase por la cabeza una camisa corta de un color verde manzana realmente muy bonita que se ajustaba en el hombro con un broche de oro.

-no es así de fácil…- su voz había adquirido un tono sombrío que me asusto tanto que tuve que resistir las ganas de abrir la puerta y meterme en su probador para abrazarlo y decirle que todo estaba bien. –Tus padres y su propósito… ¿recuerdas?- es cierto, mis padres querían mi poder para tener el supremo… ¿pero como el mío podía servirles de algo?, ellos ya poseían el quinto elemento ¿porque me necesitarían a mí?. –ellos quizá quieran convencerte de ser ángel completo… además… no. Olvídalo, seguro estoy equivocado…-

-¿además qué?-

-pues, he escuchado algunas tonterías sobre el portador del quinto elemento… veras, es muy probable que me encuentre equivocado por lo tanto trata de no tomarte muy enserio lo que te voy a decir. En estos años tus padres han intentado utilizar el quinto elemento, pero por más que traten no pueden lograr sacarle ni una chispa de poder. Se dieron cuenta entonces que cuando su portador se encontraba con él cuando apenas eras una bebe, para ese entonces el quinto elemento derrochaba energía.-

-¿estás queriendo decir que me necesitan para hacer funcionar el quinto elemento?-

-como ya te dije, las fuentes no son de confianza, lo mejor sería que nos mantengamos alertas pero que nunca nos precipitemos a pensar en grandes planos-

-está bien…- le respondí pensativa. Creo que empezaba a sentir odio, si… un sentimiento parecido se apoderaba con rapidez de mi pecho, los odiaba, odiaba a mis padres por dejarme, por abandonarme, por alejarme del amor de padres que tanto necesitaba aun en estos momentos. Los odiaba por haberme intercambiado por un simple elemento y ahora, resulta que todo ese tiempo que había pasado sola, sufriendo por necesitar un beso de buenas noches, un abrazo de consuelo, consejos que me guiaran, a la final no sirvieron de nada. ¿Por qué no se quedaron conmigo y con el quinto elemento? Así las cosas serian más fáciles… está bien no tendrían la fama que tanto soñaban pero ¿y qué? Seriamos una familia, una familia unida y feliz.

Trate de quitarme esos sentimientos de mi cabeza y de mi corazón por lo menos mientras me encontrara con Bart. Después podría llorar todo lo que quisiera pero eso era otra cosa, Bart me tenia preocupada, una sensación nueva empezaba a manifestarse, una sensación nada agradable, y esta misma me conducía a pensar que me quedaba muy poco tiempo para estar con Bart.

Me alborote los cabellos y me calce las botas que había encontrado tiradas en una de las esquinas de la tienda, eran de cuero blanco y parecían muy caras, menos mal y no pagábamos nada. Luego me puse un abrigo que me llegaba hasta los tobillos de un color beige claro.

-¿estás lista?-

-si ¿y tú?-

-listo-

Ambos salimos al mismo tiempo y nos plantamos uno enfrente de otro clavando nuestras miradas en los distintos vestuarios.

-estas…- logo decir al final –estas bien- dijo mirando a otro lado un poco cohibido.

-tú también- le dije cuando en verdad quería decirle que se encontraba súper guapo con ese traje tan elegante. Además era la primera vez que lo veía usar negro, llevaba unos pantalones impermeables para el frio color azul oscuro y una camiseta negra que se encontraba cubierta por una chaqueta de invierno del mismo color.

Ese color resaltaba sus ojos azules. Pero también me recordaban a cierta persona a quien momento atrás había matado.

Sacudí la cabeza esperando que ese recuerdo saliera de mi cabeza, y así fue.

-sigamos- Dijo en un susurro mientras cruzaba el umbral de la tienda

-yo me quedare por aquí un momento, si quieres pasa a la siguiente calle- le dije mientras me quedaba viendo los diferentes estilos de ropa. Me di cuenta que habían de otras épocas, parecía una tienda de disfraces pero todo ahí era real. Sinceramente el mundo de Bart me gustaba mucho más que el mío. Tal vez era porque él tenía más de cuatrocientos años viviendo pero yo… yo solo tenía diecisiete. Era terrorífico pensar en ese hecho. Aun así me parecía fascinante todo lo que acarreaba su imaginación.

-está bien- dijo por ultimo antes de salir de la tienda. Llegué a oír sus pasos en la distancia.

Recorrí la tienda como unas tres veces mirándolo todo y probándome una que otra cosa. Como ese corsé londinense que venía con un vestido ancho. Parecía provenir de una princesa o mejor aun de una reina. Otro traje me llamó la atención, era un vestido chino de un color azul metálico con estampado floral. Cada florecita se encontraba pintada de un color dorado brillante. Ese también me lo probé y me encanto como lucía con mi pelo de contraste sobre la fina tela. Lástima que no pudiese llevármelos.

Al terminar de memorizar cada vestido antiguo salí de la tienda procurando no prestar atención a las aterradoras tiendas vecinas que parecían mirarme desde sus oscuros escaparates.

Seguí el camino que un par de horas atrás había caminado junto a Bart. Llegué al centro donde en la fuente todavía fluía el agua.

Busque la calle que se encontraba al lado de donde había salido y me sorprendí al darme cuenta que esta era aun más oscura que las demás.

Se encontraba rodeada de neblina y estaba segura que detrás de cada callejón se encontraba algún animal acechando. Pero eso era simplemente imposible, nadie más podía entrar a este mundo así que envolviendo las manos en puños apretados empecé a caminar por el suelo empedrado.

Esta calle no tenía ni casas, ni tiendas, solo estaba formado por paredes vacías pintadas de un color blanco muy sombrío.

-¿Bart..?- lo llame, sobresaltándome al escuchar mi propia voz hacer eco. No hubo respuesta así que volví a llamar, esta vez alzando la voz. Pero el silencio persistía sobre el eco de mis palabras. –Demonios- quería salir corriendo de ahí, no me gustaba andar sola y mucho menos en un lugar así.

Todavía faltaba mucho para llegar al final de la calle pero ya desde la distancia en la que me encontraba, podía ver un punto de luz que parecía ser el fin de la oscuridad.

Camine por unos diez minutos, fijándome en ese punto que ahora se había agrandado llegando a ser un rectángulo luminoso.

-¿Bart?- susurre, pero no esperaba que nadie más me oyera, sabía que nadie mas estaba conmigo. Solo pronuncié su nombre para reconfortarme, no sirvió de mucho por supuesto. Tenía que ver su rostro para sentirme tranquila.

Una brisa cálida, muy cálida invadió el callejón. Provenía de esa luz y con ella me traía un olor salado…. A agua salada.

El viento comenzaba a azotar mis cabellos, mientras mi nueva ropa se agitaba graciosamente golpeteando con las paredes de la calle vacía.

El susurro de una voz resonó en el aire. Apenas podía oírlo, no sabía lo que decía. Pero se acercaba y entonces me pareció escuchar una sola palabra.

-Soph…-

lunes, 10 de enero de 2011

09 de enero del 2011


nuevo capi de "diario de una chica normal" espero que lo disfruten y que me dejen su opinion. mañana montare la segunda parte del capi 6 de SLG.



Primer día de clases, ahora soy oficialmente una estudiante de quinto año. Me gusta tener el titulo. De pequeña pensaba que los de quinto eran los mejores, que eran los reyes del universo, que podían casarse y tener hijos entre otras muchas cosas locas. Pero ninguna de ellas es verdad, claro está.
Esta mañana me subí al bus escolar, ya que Nate no me quiso llevar.
-lo siento mucho querida… mmm como te llamabas? Ahh si Anelin, lo siento mucho pero creo que los asientos no están diseñados para resistir tanto… peso- dicho esto tomo sus llaves y se fue.
Así que mi primer día tuve que pasarla con un montón de chicos pequeños, que gritaban tonterías y lanzaban papelitos por todo el vehículo.
Cuando llegue casi me caí cuando dos niños pasaron a ambos lados de mi cuerpo empujándome.
-fuera de mi camino maldita vaca- eso también era normal. No me preocupe mucho y seguí mi camino hasta las aulas de clase calificadas como las aulas de quinto.
Me encuentro en quinto B. en la lista de alumnos de ese salón vi que este año no podre compartirlo con Nayla. Pero si con Barton, cosa que es un poco reconfortante.
Al entrar al salón, tome la primera mesa que vi como puesto y me senté.
Los chicos fueron llegando uno por uno, pasando a mi lado y murmurando palabras por lo bajo.
-no puedo creer que haya tocado otra vez con Anelin Jordan…-
-se puso adelante, ahora no podre tomar apuntes bien-
-mírala seguro va a romper esa silla-
-si… es cierto, deberían comprarle una silla especial donde sentarse-
Esos comentarios… en cierto modo tampoco me importan, solo me da pena por esas personas que siendo ya tan grandes siguen con los juegos de kínder.
Al fin Barton apareció por la puerta con una sonrisa enorme en el rostro y buscando entre los treinta estudiantes a una persona en particular, su mirada se fijo en mí y luego corrió hasta mi puesto.
-que tal An, ¿lista para nuestro primer día como estudiantes de quinto año?- me pregunto con su tono alegre mientras apoyaba su peso en mi mesa y me miraba fijamente.
-realmente… no-
-¿lo volvieron a hacer verdad?- su mirada demostraba lastima y decepción, las dos cosas que menos esperaba que una persona sintiera por mí.
-solo Nate, pero no fue nada, en serio me encuentro de maravilla- tenía que mentirle, decirle todo lo que me había pasado hasta ese momento seria como incentivar su propio suicidio y francamente quiero mucho a mi mejor amigo como para hacerle eso.
Se sentó a mi lado mientras el puesto que se encontraba detrás y el del otro lado se mantenían vacios.
Las últimas personas que llegaron a la clase se sentaron en esos puestos con una mueca de asco mientras me miraban.
Vi física, química, luego laboratorio de ambas y después el recreo. En donde lo normal era irnos al último piso y comer sin escuchar los insultos de los demás chicos inmaduros.
Nayla se reunió con nosotros y empezamos a comer, hablando de todo lo que habíamos hecho en vacaciones y todo lo que nos esperaba para este nuevo año.
Cuando volvió a sonar el timbre anunciando el fin del recreo, Barton y yo nos fuimos a nuestra aula mientras Nayla se iba a la suya.
Vimos historia, biología, matemática y calculo y luego sonó el timbre anunciando la salida.
Me levante con un pequeño esfuerzo de la diminuta mesa, me reuní con Barton y Nayla que se encontraban esperándome en el marco de la puerta.
-¿que irán a hacer hoy chicos?- pregunto Barton mirándome de reojo.
-pienso ir al gimnasio, hoy es día de hacer spinning y no puedo faltar sino mi madre me mata- respondió Nayla mientras bajábamos las escaleras rumbo a nuestro sitio habitual para esperar a que nos buscaran.
-yo tengo planeado ir a un McDonald o a un KFC .- sentí el peso de las miradas de mis amigos.
-tengo una mejor idea, porque no acompañas a Nayla a su gimnasio- puse una mueca esperando a que se retractara de lo que había acabado de decir, pero no fue así, en lugar de eso siguió mirándome con ojos penetrantes.
-está bien…- se pudo oír el gritico de felicidad de Nayla ante mi respuesta positiva.
-la pasaremos muy bien- me dijo agarrándome ambas manos, luego se escucharon unas cornetas.
-ese es mi padre, tengo que irme- Nayla se fue mientras agitaba la mano detrás de ella y nos despedía con un alegre “adiós!” para luego agregar “nos vemos más tarde Anelin”
Oí la risa despreocupada de Barton a mis espaldas, me di la vuelta bruscamente encarando sus ojos.
-calla- nos sentamos mientras el soltaba una última risita y luego se apoyaba en una pared de ladrillos.
-te estoy haciendo un favor- me dijo mirándome fijamente pero yo me encontraba viendo el cielo, rehusándome a prestarle atención. –Vamos An.- dijo en un tono molesto –sabes que tengo razón, si tu familia no quiere cuidarte entonces tus amigos lo harán-
Esas palabras me han dejado pensando todo el día, pero igual no he querido obedecer. ¿Qué puedo decir? Me gusta ser quien soy y no voy a cambiar solo porque alguien más me diga que tengo que hacerlo.
Barton se fue temprano, en cambio yo tuve que esperar por veinte minutos más a que mi madre llegara.
Fue un largo camino de regreso, había mucho tráfico y mi madre solo se preocupaba en hablar por teléfono sin ni siquiera dirigirme unos buenos días. Buscamos a mi hermana antes de llegar a la casa, pero al parecer yo no era la única que había tenido un mal día.
-¡los profesores piensan que nos pueden mandar la pila de tareas solo porque son maestros!- grito con su tono agudo de niña malcriada. Mi madre seguía hablando por teléfono pero se despego un momento para dedicarle una bella sonrisa a Moly con la cual, esta se tranquilizo.
Al llegar a casa, mi padre se encontraba en su estudio trabajando, mi hermano ya tenía un tiempo de haber llegado por lo tanto se había adueñado del internet.
Moly empezó a gritarle exigiendo su merecido tiempo en la computadora pero mi hermano solo se dedico a ignorarla lo que causo aun más gritos insoportables.
Fui directo a mi cuarto que se encontraba en el ático. Me habían dicho que pronto arreglarían el cuarto que estaba predispuesto para mí, pero tiempo después de haber mencionado esas palabras, decidieron instalar un gimnasio en donde se suponía que sería mi habitación. Llore por tres semanas al ver que lo que había pedido no se había podido cumplir, nadie subió a consolarme, pero de nuevo, seguía estando bien, lo aceptaba y me decía que las cosas que no me matan me hacen más fuerte.
No le avise a nadie cuando Salí por la puerta trasera que me iba al gimnasio con Nayla.
Sabía que primero preguntarían, “¿quién era Nayla?” a pesar de que la conocía desde segundo grado. Después seguro se reirían porque no creerían el hecho de que en verdad me dirigiera a un gimnasio.
Camine varias cuadras hasta encontrar la pequeña casa que me había descrito Nayla. Era blanca y se encontraba adornada con detalles azules.
Por la puerta apareció una joven de cabellos rubios y ojos azules, con un cuerpo envidiable siendo cubierto por ropa deportiva bien ajustada. Al verme abrió los ojos de par en par mientras exclamaba.
-¡viniste! ¡Viniste!- fue corriendo hacia mí y me abrazo. Nayla era muy hiperactiva tal vez por eso se mantenía con esa contextura.
-claro que vine, no podía dejarte esperando- le dije mientras me dejaba conducir por el camino de piedra hasta llegar al umbral de la puerta donde pude oler el aire acondicionado y pude oír las maquinas haciendo lo suyo.
Pasamos un día increíble, estaba muy equivocada cuando pensaba en que sería pésimo estar en este ambiente. Me encontraba feliz, hacia un buen tiempo que no me divertía.
Al terminar las horas de spinning me encontraba sudada de pies a cabeza pero no me encontraba cansada, bueno… tal vez solo un poco pero eso era superado por la alegría de tener a Nayla a mi lado.
Me llevo en su carro a mi casa, donde llegue sin que nadie se diese cuenta si quiera que hubiera salido. Me perdí el almuerzo pero estaban a punto de servir la cena.
Me cambie, me vestí, y luego baje a comer. Al terminar me encargaron de lavar los platos y después subí de nuevo al ático donde me tumbe a mi cansada por este largo día.
Le estoy escribiendo con un sueño de miedo, apenas puedo sostener el bolígrafo en mis manos.
Mi teléfono acabo de sonar y era Barton con uno de sus mensajes diciendo.
“Nayla me conto que la pasaron de maravilla, ahora debes estar mejor. Me alegra que hayas tenido un diferente, buenas noches An”
Sonreí como una tonta al leer su mensaje pero no puedo mantener un tiempo mas los parpados abiertos.
Les hablare mañana asiíque hasta luego.
Con amor Anelin.

sábado, 8 de enero de 2011

diario de una chica normal

hola! en un dia comenzare clases :s ahah que fastidio, pero bueno, como se que no tendre mucho tiempo para publicar entonces estoy aplicandome ahorita. escribi un prologo de una historia que pretendo convertir en un proximo exito. se los dejo y si les gusta comenten plis. si no entonces diganme los errores y asi los arreglare.





Prologo:


La gente no sabe, no sabe lo que la mayoría tiene que encarar día a día. Ellos no saben cómo se siente un verdadero problema, no saben que es atravesar una crisis emocional. No saben lo que yo estoy sintiendo y por eso, no tienen ningún derecho de quitarme la libertad de vivir. Esa parte ya la tienen controlada, me tienen controlada. Retraída e inmovilizada.

Hace un tiempo creía que podía ser normal. Mi familia me quiere, Nayla y Barton son mis dos mejores amigos, ellos también me quieren, pero además de ellos, a todo el mundo le da asco mirarme si quiera.

Tengo una obsesión y la acepto por lo que es, me encanta comer helado, pizza, hamburguesa, papas fritas, mucho refresco, mas helado, y todo lo que te pueda pasar por la cabeza que sea comestible y que tenga mucha grasa.

Dos hermanos, Nate y Moly me hacen la vida imposible. Moly es la más pequeña, tiene quince años pero aparente los veinte. Le encanta vestirse a la moda y ser muy sociable e hiperactiva por lo tanto parece una modelo de revista. Nate es el mayor, le gusta tocar la guitarra, la batería y un poco de flauta. Hace poco cumplió los dieciocho y se encuentra estudiando publicidad, o algo así.

Nate y Moly piensan que soy un asco de persona. Lo sé por todas las veces que me miran y veo en sus ojos como detestan tener una hermana tan gorda y fea.

Nunca me ha importado, siempre he pensado que puedo llegar a ser mucho más que solo una adolescente con sobre peso.

Soy Anelin Jordan, tengo diecisiete años, me gustan las revistas de moda y las canciones con ritmo aunque nunca he tenido la oportunidad de bailar una. Estudio en la preparatoria Lost-air donde todos son perfectos excepto una estudiante y donde los sueños, perdón quiero decir, mis sueños fueron destruidos hace mucho tiempo.

Si tan solo algo viniera, si tan solo el cielo se abriera y me trajera un cuerpo nuevo, un cuerpo normal que no le guste tanto la comida chatarra y la antisocialidad. Si tan solo alguien me ayudara a perder los kilos y kilos de vergüenza que tengo encima.

Es todo lo que pido, ¿Será muy difícil? ¿Será imposible? Tendré que averiguarlo. Por ahora solo me queda sobrevivir en este mundo prejuicioso y material.

40 seguidore!!

hola a todos. como veran llegue a los 40 seuidores. por eso les doy las gracias a todos. porque son maravillosos seguidores. no tienen idea de como sus comentarios me hacen feliz y el solo hecho de que lean un pedasito de SLG ya me parece suficiente para ser feliz.


no tengo palabras para expresarles lo agradecida que estoy con ustedes por eso es que utilizo premios:


habra uno para el seguidor numero cuarenta y otro para el resto. pero solo por eso no quiere decir que sean menos importante. ustedes me ayudaron a formar lo que ahora es mi blog, y por eso son lo mas importante.



seguidor numero 40
mis otros amados seguidores

viernes, 7 de enero de 2011

entrada especial para comentar sus dudas sobre la historia, quejas, deseos de como quieran que continue SLG entre otras cosas.


unica oportunidad si tienen verdaderos deseos de contarme algo.

es la entrada mas ociosa que podran encontrar pero a la vez muy util para mi

desafortunada noticia



esta misma tarde, una noticia impactante arraso con la mente de los venezolanos. una avioneta que venia de margarita hacia caracas, cayo en cojedes. dentro de la avioneta venia una numerosa familia de seis persoanas. todos fallecieron a excepcion de la niña mas pequeña, cuya vida esta pendiendo de un hilo muy fino.
esta pequeña niña de apenas 10 años, estudia en mi colegio al igual que sus hermanos aunque nunca llegue a conocerlos me pega mucho porque de todos ella fue la unica que sobrevivio y aun asi perdio a toda su familia.

mi hermanita si estudiaba con ella y si la conocia. por eso en este momento se encuentra llorando por toda la casa.

acabe de prender una velita por las almas de aquellas personas y ademas por salvar la vida de la niña.

porfavor haganlo ustedes tambien, pidan por esas personas. no importa que no las conozcan. me parece muy triste lo que les sucedio y quisiera que todos puedan recapacitar un poco de sus acciones.

recuerden que no pueden pedirle tanto a la vida cuando todo lo que ya desean lo tienen justo enfrnte: la familia. agradezcan la suerte que tienen de estr vivos. a la final es lo unico que nos queda.



eso es todo. espero no haberlos aburrido con esta entrada pero me parecio que era mi deber como venezolana publicar esto.

capitulo 6: iguales - primera parte

aqui vengo con el sexto capi :) este tendra una segunda parte. se me hizo un poco dificil pensar en toda la trama y eso. por eso si encuentran algo raro, algo que no concuerda, o algo que es ilogico me lo hacen saber porfavor. que lo disfruten!



-veras, ya sé que Luke te conto la mitad de esta historia, así que se me va a hacer un poco más fácil revelártelo- seguí escuchándolo tal vez teniendo miedo de lo que fuese a decir.

-¿sabes quién era la anciana de la que te hablo Luke?-

-sí, es mi abuela Emma- le dije inocentemente pues de todo ese embrollo eso era lo único de lo que me había enterado.

-bien, luego de que tus padres regresaran al cielo, la anciana Emma se encargo de ti y te cuido como su propia hija.- su pequeño cuerpo se acomodo en la grama, acostándose y situando sus brazos peludos detrás de la cabeza. Era una escena muy graciosa que en otros momentos me hubiese dado mucha risa pero ahora no tenía ganas de más nada que no fuese escuchar lo que me decía.

Bart continuó esta vez mirando al rosado cielo.

- después del intercambio, tu abuela se encargo de tu protección Instalando campos invisibles alrededor de tu casa para evitar un secuestro. Pero su poder no alcanzaba a más de eso.- mi cara se lleno de confusión, y mi ceño se frunció en señal de que no entendía nada. Bart se dio cuenta. – los campos invisibles son uno de los poderes que poseen los ángeles, lamentablemente ella no pudo hacerlos lo suficientemente fuerte como para evitar la entrada de invasores. El chico que acabas de eliminar se llamaba Deo, y es uno de los guardianes de tus padres. El más poderoso. Lo que te dijo acerca de ellos que te quieren ver, quizás sea cierto. Pero no puedo estar del todo seguro pues puede que también exista la posibilidad de que te quieran para cumplir su cometido, y ese seguro es el de alcanzar el poder máximo, el poder de nuestro señor. Cosa que no puedo permitir- hizo una pausa al percibir algo en el cielo que le llamo su atención. Miré su rostro y me di cuenta que no había sorpresa ni miedo solo parecía encontrarse viendo algo que ya varias veces había pasado.

Mire para arriba con mis pequeños ojitos, observando un espectáculo hermosos y singular. Algo que sin duda no sería capaz de ver en la tierra.

El rosado pastel del cielo se decoloraba con rapidez, y así antes de lo esperado ahora se encontraba anaranjado, pero este color sufrió lo mismo que su antecesor y volvió a decolorarse para luego llegar a tocar un color amarillo brillante, el mismo procedimiento se abrió paso cambiando por colores como morado, fucsia y verde. Me encontraba maravillada viendo todo esto y además me divertía como nunca, a continuación observe como cambiaba finalmente en un solo color. Uno triste y frio que nunca me había gustado. El negro pinto el cielo, recorriéndolo enteramente acabando con la belleza de la naturaleza que nos rodeaba. Cualquiera podría decir que se había hecho de noche pero al analizarlo bien, no podía ser así pues el cielo no contaba con estrellas ni una luna que iluminara. Nos quedamos a oscuras, y mi miedo empezó a surgir.

Palpe el suelo en busca de la patita de mi amigo, en busca de consuelo.

Me sobresalte al darme cuenta que Bart se encontraba en su forma humana, pero me alivie cuando sus dedos tomaron mi mano perdida y la abrazaron infundiéndome valor.

-¿Qué ocurre?- pregunte sintiendo su pecho bajo mis manos y acurrucándome en el. Fue ahí cuando me di cuenta que yo también había cambiado, ahora me encontraba en mi forma normal.

Espere su respuesta pero lo único que obtuve fue un odioso silencio.

Delante de nosotros, un destello de luz plateada empezó a surgir. No era aterradora ni intimidante, todo lo contrario, era perfecta y pacífica. Comenzaron a aparecer mas destellos, que se movían unos a otros, desordenándose. Recordé que en ese mismo punto se encontraba el rio en donde había observado mi reflejo.

Empecé a divisarlo con más claridad, ahora sabia que se trataba de agua y dentro, una luz que no parecía venir de un lugar en específico sino que solo se mantenía en el fondo, iluminaba todo el rio.

El agua se encontraba en constante movimiento, como si de un mar se tratase. Cada ola al estrellarse en la orilla les daba oportunidad a las otras que a su vez cargaban nuevas características o más bien solo una en específico. Venían con colores claros que se hacían cada vez mas fuertes formando una imagen.

Un rostro de facciones agudas pero delicadas, se asomo en lo que ahora parecía ser una pantalla. Sus ojos pestañeaban con esas largas pestañas rubias y sus mejillas se pintaban de un rosado particular e inocente. De inmediato reconocí mi propia cara, cuando el pelo callo por su espalda como una cascada dorada. Pero eso no era todo, pude ver como mi yo de la pantalla parecía estar soltando por sus ojos verdes grisáceos, grandes gotas de un liquido transparente. Sus manos pálidas fueron directo a parar a su cara tapando por completo todo rastro de lagrimas. Sus hombros se agitaron y entonces me di cuenta que estaba sufriendo.

Un vacio se hizo paso en mi pecho, dándome la oportunidad de entender que esa imagen que estaba viendo era el retrato de lo que sentía en mi corazón.

-este es tu mundo, Soph- dijo con una voz que iba acorde con la ocasión. Una voz suave y maravillosa – todo lo que viste, y lo que estás viendo es parte de ti, lo creo tu imaginación. Muy pocos humanos conocen lo que te diré- hizo una leve pausa y luego agrego – yo soy tu guardián, o lo que seguramente es más conocido para ti como tu ángel de la guarda. En este lugar me refugio del mundo humano ya que mis poderes no aguantan más de treinta minutos y en un año mi cuerpo material se esfuma si permanezco en la tierra. Por supuesto este lugar ha sido especialmente diseñado para un guardián.- se alejo de mi apretándome cariñosamente la mano antes de soltarla. Luego camino con pisadas apenas audibles hasta situarse a unos pasos del rio, observaba la imagen. –Todos los humanos tienen un guardián- la luz de la supuesta pantalla tocaba sus delicados y puros ropajes blancos, causando un ambiente único -aunque ellos no tienen la capacidad de crear un mundo a partir de la imaginación pues son solo simples humanos sin poderes. En cambio tu… hija de ángeles pero sin embargo una humana, tu si tienes el poder de crear un mundo como este.- se dio la vuelta para mirarme con una expresión de preocupación en el rostro. –este rio me permite saber todo lo que estas pensando y todo lo que estas sintiendo.- fue acercándose con pasos cortos – no hay un día en que este cielo se ponga oscuro y el rio empiece a transmitir como lo estás viendo ahora, en que no te veo reflejada de esa forma.- señalo el agua donde la chica seguía llorando desconsoladamente. – mi corazón se rompe cuando no veo nada más que tristeza en el tuyo- se detuvo a unos cuantos centímetros de mi y luego se agacho para mirarme frente a frente. Debería conocerte tanto, sin embargo te conozco tan poco. Es insoportable no estar ahí para ti cuando te encuentro llorando en tu habitación, o en el baño.- levanto su mano pero luego la bajo retractándose de su decisión.

-estoy bien, siempre he estado bien- le dije animándolo, aunque sabía que esas palabras eran mentira –pero no puedo seguir estándolo si tu no me cuentas toda la verdad- le dije poniendo una mirada dura, intentando mostrarle que me encontraba hablando en serio.

-solo tú puedes decirme que necesitas saber, yo no podre contarte todo pero intentare revelarte lo posible- bajo la mirada, solo un poco mientras esperaba a que disparara mis preguntas.

-quisiera saber quiénes eran las personas de ayer, las de mi competencia-

Su expresión se volvió confusa por un milisegundo pero luego reacciono muy rápido levantando la cabeza y mirándome a los ojos al tiempo que ponía sus manos en mis hombros.

-¿qué te dijeron esas personas?-

-¿no lo sabes?- como era posible que no supiera eso si contaba con un noticiero privado de mi propia vida.

-responde- me sacudió desesperadamente con ánimos de saber la respuesta.

-pues… me dijeron que sabían mi secreto, me llamaron por mi nombre… el que me pusieron mis padres… y eso es todo, no deje que siguieran hablando mas.- recordé los rostros inocentes de esa pareja de nadadores, y entonces a la mente me vino algo mas –espera… recuerdo que también me dijeron que querían hablar conmigo- escrute cada una de sus reacciones pero no llegue a mucho, pues lo único que cambio fueron sus ojos que ahora se encontraban abiertos de par en par.

-maldición- se puso en pie de un salto y luego comenzó a caminar de un lado para otro.

-¿qué ocurre?- me acerque a él, lo tome del brazo y le hice detenerse.

-esas personas eran Mitz y Nith… demonios ¿cómo pudieron hacerlo?-

-¿de qué hablas?- le espete.

-ellos me ayudaban, pero al parecer me abandonaron y se unieron a tus padres.-

-¿y en que te ayudaban?-

-en poner campos invisibles y de vigilarte cada vez que salías de tu casa-

-¿pero cómo es que ellos pueden y tu no?- estaba confundida. Su expresión adquirió un tono distinto, parecía avergonzado cuando bajo su mirada hasta fijarse en sus pies y desde esa posición me respondió.

-digamos que no soy un guardián completo, soy… soy como tu-

-¿como yo?... entonces eres mitad humano y mitad ángel- estaba sorprendida. Toque su rostro con la yema de los dedos y así él se animo a levantar la mirada y clavar sus ojos azules en los míos.

-lo soy-

-¿Cómo es eso posible?-

-bueno, fue hace mucho tiempo. En años humanos seria en el siglo XVII. Vivía en Francia con mis padres. Una noche, me encontraba paseando por las frías calles de piedra cuando empezaron a resonar unos gritos femeninos en la distancia. Mezclados con este sonido, uno más aturdente me estremeció, era el sonido del metal chocando con un igual. Corrí en dirección al misterioso estruendo y al llegar me encontré con una mujer siendo atravesada por la espada de un hombre alto y con mirada sombría. El hombre al ver que la mujer estaba muerta desapareció dejando una simple escarcha a su paso. Me acerque a la mujer quien empezaba a desaparecer, empezaba a notar el suelo de roca atreves de sus ojos. Sostuve su cabeza entre mis manos y le pregunte si se encontraba bien pero ella solo pudo mirarme con tristeza y así tocándome la mejilla experimente el más terrible dolor que podía haber. Al mismo tiempo veía como una luz rodeaba su brazo en espiral, subiendo hasta cubrir mi mejilla e inundar mi cuerpo. Me sentía muy débil, como si esa mujer me pasara su dolor, pero era todo lo contrario. Me estaba otorgando su poder, su poder angelical. Pero enseguida su desaparición acelero y solo quedo escarcha en mis dedos. Su poder no termino de transferirse por eso es que me quede siendo mitad ángel mitad humano.-

-me revelaste un secreto- le dije entristecida.

-a que te refieres-

-es que cuando era pequeña, mi abuela me dijo que si me revelaban un secreto importante algún día, entonces esa persona desaparecería de mi vida.- le dije volteándome hacia el rio.

-tal vez tenga razón-

-¿enserio?-

-no lo sé, no soy dios para saberlo- percibí la sonrisa en su rostro.

- volviendo a ese tema, entonces ¿yo sería más poderosa que tú?- le dije volteándome de nuevo para mirar su expresión. Se encontraba mirándome con una sonrisa en sus labios.

-si… lo eres, pero aun así necesitas alguien que te proteja, y daría mi vida para cumplir el propósito que me trajo a ti.-

-solo necesito aprender a usar estos poderes, no quiero que arriesgues tu vida, solo que estés conmigo y me enseñes a pelear como un verdadero ángel lo hace-

-entonces trato hecho- estiro su mano hacia mí y yo la tome con gusto.

Recordé que aun me faltaban unas cuantas preguntas que necesitaban respuesta con urgencia.

-necesito saber algo acerca de esa mañana cuando mía abuela… cuando ella murió- espere un segundo y luego continué. –la verdad es que desde que la perdí, me di cuenta que algo en mi corazón o en mi ser, no te sé explicar muy bien, pero algo ahí dentro cambio. Siento como si hubiese aparecido una chispa de algo. Y creo, desearía creer, que esa chispa es la esperanza de pensar que mi abuela sigue viva.- me fije en su rostro y me di cuenta que él se encontraba en total sintonía conmigo. Entendía lo que sentía y lo demás, eso que alcance a captar en sus ojos me lo revelo a continuación.

-si… tu abuela sigue viva-

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hola amigos y amigas como veran necesito su ayuda en algo. estoy participando en un concurso de relatos cortos para navidad. y quisiera que leyeran el mio y votaran si les gusto o no. es muy importante para mi y quisiera que hicieran esa pequeña cosita. denle click AQUI de donde tienen que votar y donde se encuentra mi relato. soy el nuemero 8 y el relato se llama "REGRESO EN NAVIDAD" las votaciones son hasta el 15 de este mes.





bueno eso era todo, no estan obligados a votar pero se los esta pidiendo una amiga. los quiero un mundo. gracias por sus bellos comentarios que siempre me hacen tan feliz y sigan siendo como son: especiales en todo sentido :)



los quiere ~risa~

miércoles, 5 de enero de 2011

capitulo 5: despues de tiempos malos, vienen los buenos

al fiiin pude montarloo... ufff me costo mucho este capi, ahora el proximo que ya me esta empezando a dar probelamas, porfa apoyenme, necesito sus comentarios para seguir. porque mi sueño mas grande es poder publicar esta historia asi que ayudenme :) aqui se los dejo. que lo disfruten.









Me metí entre sus negros ropajes que tenían cierto olor a madera humedecida, cubriendo esa masa negra con mis brazos evitando en lo posible su escape.

Para mi sorpresa el chico de negro también me cubrió con sus brazos. Pero yo no pensaba posponerlo por más tiempo. Era ahora o nunca.

Una de mis manos que se había quedado con la daga, se encontraba apoyada en su espalda, luego cuidadosamente la separe unos centímetros para obtener mayor movilidad a la hora de atacar pero… algo me detuvo. Una fría y firme mano sostenía mi antebrazo.

-Charlotte, no vengo aquí para matarte- susurro en mi oído con palabras dulces. Debí dar un salto al escuchar su voz pues sus brazos se ciñeron más alrededor de mi cuerpo como si quisiera calmarme, como si quisiera decirme que todo estaba bien.

-ya te lo dije antes, y desde ese entonces mi opinión no ha cambiado, así que te recomiendo que me llames por mi nombre- le dije con palabras frías sabiendo que ahora yo tenía el poder de hacerlo sufrir con mi voz.

-está bien, Sophie…- dijo de mala gana mi nombre, pero esperé a que continuara –escucha, se que lo que te he hecho ha sido muy horrible. Pero ese es mi modo de solucionar las cosas...- dijo acercándome más hacia él, aunque ya me parecía imposible, con la cercanía que teníamos – estoy en una misión- dijo con voz tranquila –una misión que comenzó cuando cumpliste los seis años- un escalofrío recorrió mi nuca, volviendo a rememorar todos esos momentos felices con mi abuela. –La misión me fue ordenada por tus propios padres- me susurro seductoramente al oído. Pero sus palabras no tenían nada de seductor. Mis piernas empezaron a temblar y mi abrazo de la muerte empezó a fallar.

-¿a qué te refieres?- le pregunte, pero otra vez ese sexto sentido me decía que no debía haberlo preguntado.

-tus padres te quieren de vuelta con ellos- me dijo en un susurro.

-no te creo- le dije tratando de convencerme a mi misma de si lo que estaba diciendo en verdad era cierto.

-ya no importa, ahora por fin te tengo- y con un súbito apretón alrededor de mi cintura un remolino idéntico al que apareció cuando era niña, empezó a formarse alrededor de nosotros.

De inmediato me di cuenta que todo lo que me dijo era mentira. Vaya tonta que era, me había acercado a la propia boca del lobo. Pero pensé rápidamente las cosas. Como ya me había encontrado antes con ese remolino, y sabía que tardaría un corto tiempo para que los símbolos dorados se completaran, aprovecharía en buscar una oportunidad.

Tenía que tener todos los sentidos al tanto para enterarme de esta “oportunidad”. Pero, pude darme cuenta fácilmente que ese chico había cometido un error, probablemente el más grande de su vida: Me había soltado la mano con la que sostenía la daga.

Ya sabía que él no se había percatado, pues se encontraba muy ocupado susurrando cosas, pero también sabía que no tardaría en darse cuenta.

Sin dudas, sin pensarlo, mi mano se movió con agilidad sin permitirle ni siquiera tiempo para respirar. Entonces clave la daga en su pecho cerrando los ojos con fuerza y escondiendo la cara en mi pelo que para ese momento se mantenía a ambos lado de mi cabeza.

Un líquido comenzó a brotar de la herida, alcanzando a salpicar mi desgastada ropa.

Quejidos de dolor se agolparon en su boca y luego cayó en mis manos con pesadez.

El aire, que en todo ese tiempo se había encontrado pesado y maligno, ahora lo podía sentir más disperso. Y eso ciertamente se debía a la desaparición de los símbolos.

Un deja vu atropello mi mente, permitiendo darme cuenta de las semejanzas que compartían la escena de hace once años con la de este día.

Caí al piso lastimándome las rodillas con el suelo pedregoso, me quejé un poco al ver que su cuerpo me aplastaba las piernas. Y entonces fue cuando me di cuenta de lo que había acabado de hacer. Miraba sus cabellos negros y brillantes diciéndome a mi misma que yo lo había matado, asesinado, eso me convertía en una mala persona. Mala persona, como aquellas que se veían en las noticias, esas personas habían cometido crímenes horribles, y por esa aterradora razón en este momento se encontraban detrás de las rejas de hierro, cubriéndoles el rostro además de provocar el ensombrecimiento de sus ojos. Volviendo más oscura a la persona de lo que originalmente era. No quería estar tras las rejas, simplemente me parecía una abominación el solo termino.

De mis ojos salieron pesadas gotas saladas que cayeron en su cabello, escurriéndose hasta llegar a la raíz. Tal vez sería el último baño que su cabello recibiría y todo por mi culpa. Mas lagrimas cayeron, distrayéndome de mi malestar y además diluyendo el sudor que ya empezaba a correr por su frente.

-pe-perdón- dije sacando la daga de su cuerpo para tirarla lejos. –perdón…- solloce abrazando el cadáver.

Tal vez era tonto llorar por un enemigo, pero aun seguía contando con un corazón. Aun seguía teniendo sentimientos, sentimientos humanos. Antes sabía, es mas, me encontraba totalmente segura que no tendría el coraje suficiente para realizar un acto semejante.

Luke solía ver películas de acción, en donde los buenos mataban a los malos de una manera cruel y sádica, pero yo detestaba ese tipo de películas. Por mi, luke dejo de verlas pues muy caballerosamente se había dado cuenta de mis aterrados ojos y mis gritos chillones.

Empezaba a hipar y a gemir como una bebe, cuando sentí como unas manos fuertes se posaron en mis hombros.

-tenemos que irnos- una voz masculina sonó a mis espaldas

En un abrir y cerrar de ojos me cargo en sus brazos permitiéndome escuchar un golpe sordo en el piso. El sonido de un cuerpo cayendo pesadamente al duro suelo. Un vuelco al corazón sacudió mi ser, causando un mar de mas lagrimas cobardes.

Mire sus ojos, esos que me daban tanta seguridad. Esos que había visto por tanto tiempo, los que me proporcionaban alivio, calidez. Los que me hacían recordar que era tener a alguien que te amara. Bueno por lo menos eso era lo que sentía cuando veía esos dos faros azules. Me hacían imaginar que yo le agradaba, incluso que le gustaba pero… que iba a hacer un chico tan valiente, fuerte y extraordinario como él, con una simple niña como yo. No tenía sentido. Tampoco quería buscarle el sentido.

-todo está bien- me dijo manteniendo su mirada con la mía, haciéndome sentir solo un poco mejor. Pero un dolor inesperado que lo empezaba a identificar como culpa, tomó alojamiento en cada una de las instalaciones de mi pecho, provocando que me sintiera débil, cansada, como si hubiera acabado de correr un maratón.

Aun así, y con el agotamiento que cargaba, no quería para nada que él me sostuviera en sus brazos. Era incomodo, desconcertante, intimidador. Eso ya lo había dejado en el pasado, cuando mi cuerpo era de un metro veinte y pesaba veintiocho kilogramos.

-¿puedes bajarme?- le dije forcejeando y el accedió mientras flexionaba los brazos y me hacia tocar el piso con la punta de los dedos del pie.

Empecé a caminar forzosamente mientras pensaba en que sería divertido llegar a mi casa con una historia que contar, el adjetivo se debe al hecho de que pienso que las cosas entre Luke y yo sí que estarán a mano.

Me di cuenta que Bart no me estaba siguiendo, por eso me obligue a mirar atrás evitando dar con el área donde todo había sucedido. Afortunadamente no hubo necesidad de eso pues Bart se encontraba justo enfrente, tapándome la visión.

Después de todo, sabía que se había agachado al lado del cuerpo sin vida, depositando algo encima del cadáver. Una luz amarilla muy brillante salió de su alrededor, delineando su figura, y segándome solo por un momento.

Al recuperar la visión, me quede pasmada cuando vi como el cuerpo desaparecía convirtiéndose en un montón de pedacitos negros, y a medida que pasaba el tiempo, estos pedacitos se iban haciendo más y más diminutos. Llego un momento que ya no pude distinguir nada en el aire.

Bart se volteo hacia mí, y luego camino casi a volandas, recogiendo su daga plateada que se había encontrado a mitad de camino.

-¿Qué fue eso?- le pregunte. Pero el solo se me acerco y en modo cariñoso extendió una mano hacia mí, limpiándome una lagrima del rostro.

-no te preocupes- y agrego una sonrisa –lo hiciste bien pero no vuelvas a darme un susto como ese de nuevo- no sé como, pero sorprendentemente pudo encontrar la forma de ampliar su sonrisa, agregándole más simpatía y al mismo tiempo contagiarme con ella.

-gracias y… no lo hare- prometí. Pero… ahora que lo recordaba, el tenía una herida muy grave. es mas estaba segura que se encontraba en condiciones moribundas, y ahora lo tenía parado enfrente de mí con la más sana de las posturas.

-¿Qué ha pasado con tu...?- no llegue a terminar la frase, un dedo me lo había impedido.

-te lo contare luego- me dijo tomándome de la mano – ¿vamos?- al principio dude un poco pero, ya que importaba. Bart me había dicho que me diría la verdad y yo le creía.

Sin previo aviso me tomo en sus brazos, dándome un fuerte abrazo. Yo me quede con las mejillas encendidas cuando mi rostro toco su pecho.

-cierra los ojos- hice lo que me pidió y así de la nada un viento arraso con nuestros cuerpos. Sentía como algo se me paraba en la piel y se mantenía. Era suave, no podía ni siquiera compararlo con algo que conociese pues estaba segura que no existía nada humano con esa maravillosa textura. A medida que me iba cubriendo la piel, una sensación de paz me empezaba a llenar por dentro, me sentía feliz, tranquila. Era como estar en el cielo.

-¿de casualidad sufres de vértigo?-

-no… creo – respondí confundida por la pregunta.

-entonces, te invito a que disfrutes la vista conmigo- ¿vista? A qué demonios se refería. Todo se reveló en cuanto mis parpados se abrieron.

Pegue un salto literalmente, aferrándome a la blanca camisa de Bart con los ojos abiertos de par en par y así ya con la adrenalina corriendo en mis venas, un grito angustiado se formo en mi garganta saliendo estruendosamente por mis labios.

-dime que acabamos de entrar en un simulador- le dije cerrando los ojos lo más fuerte que podía.

-lamento decirte que no, pero esto es mucho mejor que un simulador- me animo apretándome más entre sus brazos. –vamos Soph, abre los ojos. Prometo que nada te pasara- de nuevo me deje llevar por sus palabras, mirando para arriba, encontrándome con su mirada.

-¿estamos… volando?- le pregunte temerosa.

-¡claro!- exclamo divertido.

Mire mi cuerpo con curiosidad y entonces me di cuenta que se encontraba cubierto por una misteriosa capa de niebla, si… niebla.

-son nubes- me explico, al ver mi mirada de confusión.-veras, cuando la piel se expone a el exterior, y además viaja muy rápido en un lugar cubierto de nubes como en el que estamos ahora, estas se adosan a su superficie, tomando esta curiosa forma-

-interesante…- dije mientras miraba mi piel cubierta de nubes, dándome cuenta que se me había escapado una risita al analizar mi situación. Y es que en verdad me encontraba muy feliz. No lo había notado pero… el cielo se sentía como el agua, estaba nadando en una piscina… está bien, suena muy ridículo pero era lo que sentía.

Cerré los ojos e incline la cabeza hacia atrás. Solté mis manos de la camisa de Bart y deje que este me sostuviera el resto del cuerpo. Estire los brazos tanto como pude. Sintiendo la brisa en mí pelo.

-me gusta- dije inconscientemente disfrutando aun mas del momento.

Volábamos muy alto en el cielo. Donde ni los aviones, ni los animales podían alcanzarnos. No se veía la tierra desde esa altura solo existía el cielo como un único y mágico lugar. En mucho tiempo no pude ver más nada que pequeñas nubecitas pero algo capto mi atención, en la distancia un gran montículo de nubes que parecían, al igual que todas, un pedazo grande de algodón de azúcar, con bordes violetas y lilas tal como se dibujaban en las caricaturas de Disney.

Bart me llevaba hacia allí y hasta podría jurar que sentía su emoción, como un niño pequeño ante una gran tableta de chocolate. Sabía que se encontraba sonriendo aunque no atinaba a dar con su rostro. Era una linda sensación.

En un segundo todo fue reemplazado, la dicha y la emoción fue sustituida por un miedo insuperable.

-no tengas miedo- me dijo justo antes de lanzarme hacia ese montículo. Grite en todo el trayecto hasta que mi cuerpo atravesó las nubes y luego, luego… había luz. Luz solar y… pasto bajo mi cuerpo. Como un paraíso. Mire a mi alrededor. Aprecie el lugar, maravillándome con todo lo que mis ojos tocaban.

Había un rio, que se extendía por un bosque compuesto por arboles altos que tocaban el… cielo, suponía, pero era un cielo diferente a todos los que he visto en mi vida. Este se encontraba teñido de un rosado muy familiar. Busque en mis recuerdos, nada… nada se parecía a lo que estaba viendo. No… espera si lo recuerdo. El cielo tenía el color del empapelado de mi habitación de cuando tenía seis. Esto era una locura. Seguí buscando algo familiar y me detuve en un árbol en específico en cuyas ramas más altas se encontraba una figura pequeña.

Tenía orejas largas y puntiagudas, un cuerpo en forma de huevo y una colita perfectamente circular. Un conejo. De inmediato recordé a Bart con su particular forma animal en mis sueños.

-¡Bart!- grite mientras me levantaba y corría en su dirección con una enorme sonrisa en la cara que se agrandaba aun mas cada vez que mis pies pisaban el espeso césped infestado de flores blancas y moradas que saltaban al aire cuando pasaba a su lado o por encima de ellas.

El conejito se volteo, y me miro con ese brillo azulado en sus ojos. Salto hacia mí y como en una película lo lleve a mis brazos. Me tumbe en el césped, y me di cuenta que había aterrizado a unos centímetros de una enorme colina empinada, solo fue necesario un pequeñito impulso para salir disparada hacia abajo. Empecé a rodar con mi amigo bien sostenido en mis brazos. Me detuve boca arriba todavía riendo a carcajadas.

Bart me miro y yo a él.

-deberías verte en un espejo- dijo con un tono divertido. Pensé que se refería a mi aspecto pues seguro me encontraba toda cubierta de ramitas y hojas pero cuando me acerque al rio me di cuenta que estaba muy lejos de referirse a eso.

Rizos dorados y despeinados bajaban por mi espalda, mi cara se había achicado haciéndose redonda y rosada. Mi estatura ahora era la de una niña de seis años.

Toque mi rostro, sorprendida.

-¿Qué me ha pasado?- solté, reprimiendo una emoción de alegría.

-eso es otra cosa que te quiero explicar- corrí de nuevo a su lado, sentándome y esperando a que dejara salir lo que provocaba esa rara expresión en su rostro.

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