lunes, 20 de diciembre de 2010

capitulo 3: once años despues - primera parte

aqui esta el tercer capitulo de secrest of a lost guardian, éste va a estar dividido en dos o tres partes por el hecho de que se me hizo demasiado largo, bueno aqui se los dejo espero que lo disfruten.


dejen sus criticas costructivas y comentarios




feliz navidad de ~risa~



Voces, susurrando mi nombre.

Aplausos, pequeños pero audibles.

Luke gritaba tonterías del otro lado de la piscina.

Todo esto se oía de esa forma bajo el agua. Cuando el líquido transparente tapaba por completo mi rostro, sentía que pertenecía a ese mundo y que era libre de nadar como quisiera. Pero en ese momento no podía permitir tomar a la ligera esta situación.

Unas brazadas más y seria la ganadora.

Cada que asomaba la cabeza para tomar aire veía a los demás participante lejos y eso me encantaba. Adoraba dejarlos atrás, y sentir la adrenalina en mis venas porque sabía que otra medalla más estaría ocupando una de las estanterías del “centro de trofeos”, como lo llama luke.

Finalmente mi mano chocó directo con el borde de la piscina. Sentí una alegría arrolladora cuando vi a toda esa gente de pie en sus puestos aplaudiendo y gritando. Volteé a mirar a mi querido entrenador, por supuesto se había arrodillado con las manos juntas levantadas sobre el pecho y mirando al cielo con una expresión de agradecimiento. Aunque no lo quisiera aceptar, luke era realmente muy religioso y de vez en cuando me inculcaba esas enseñanzas.

Me subí al borde tomando aire mientras sentía como luke se ponía de pie y me pasaba una toalla por los hombros.

-bien hecho, Sophie- me dijo palmeándome el hombro.

Tenía una sonrisa enorme en el rostro que estaba segura que no podría soltar por nada del mundo.

Los demás participantes iban llegando uno a uno, todos con expresiones tristes. Me llamó la atención el chico que había ganado el segundo puesto pues parecía estar muy feliz con esa pequeña medalla de plata que vagamente brillaba con el destello de las luces provenientes de los grandes ventanales.

Éste chico se me acerco y para mi gran sorpresa tenia de la mano a una de las participantes que traía colgando en su cuello la medalla de bronce.

El chico fue el que primero me ofreció la mano.

-felicidades, mi novia y yo hemos oído grandes cosas sobre ti, y ganar de segundo y tercer lugar es lo mejor que nos ha pasado sabiendo que competíamos contra alguien como tu-

Se me incendiaron las mejillas al oír estas palabras, no sabía que había ganado tanta fama, no… espera, estaba segura que no había ganado tanta fama.

-gracias pero no estoy segura que sea tan especial como ustedes dicen… solo he ganado unos…- me rasque la cabeza con la punta de mi dedo índice contando los números de mis poco premios -unos tres premios- les dedique mi mejor sonrisa, luego solté la mano del chico.

- no te haces famosa por los premios que ganas si no por la forma de ganar estos, y creo que tú has pasado por mucho- esa era la chica que me miraba con una expresión totalmente distinta a como estaba hace unos segundos atrás. Sus ojos me miraban a través de sus largas pestañas mojadas, de forma malévola y misteriosa…

-si… bueno tengo que irme, mi entrenador me está esperando- ya me estaba dando la vuelta cuando vuelvo a escuchar la voz del chico a mis espaldas.


-sabemos tu secreto, Charlotte- me dijo en voz gruesa. Como si fuera una persona totalmente distinta. Mi corazón dio un salto, el rostro se me descompuso al instante. Una simple palabra me había paralizado por completo.

-no tengo idea de lo que estas hablamos, y no te atrevas a llamarme asi de nuevo- le dije sin voltearme y con una voz tensa pero firme, tratando con todas mis ganas de que esa pareja se alejara.

Las personas estaban empezando a dejar sus puestos, abandonando el lugar.

Ya casi no había gente.

-debes venir con nosotros- escuché la voz de la chica, metálica e intimidante.

-estoy ocupada, no tengo tiempo de estar con ustedes, déjenme en paz o me veré obligada en llamar a seguridad- seguí caminando y no volví a oír sus voces. Tal vez se habían retirado de verdad, pero no me atreví a mirar atrás.

Salí al trote de ese lugar queriendo olvidar todas y cada una de sus palabras.

Me encontré con luke que estaba esperando en el auto con la música a todo volumen y una botella de cerveza en la mano. Se notaba que la estaba pasando en grande y me agradó verle esa sonrisa tan cálida en el rostro, casi, solo casi me hiso olvidar lo que había pasado.

Abrí la puerta del copiloto.

-de verdad tu sí que sabes pasarla bien tío kev- así le decía desde que me mude con él, por lo menos así me había dicho que le llamase solo y únicamente cuando los únicos presentes fuésemos él y yo.

-y tu sí que sabes plantar a una persona con planes de divertirse- me miro con sus ojos azules, esos que tanto admiraba. –vamos sophie, ¿donde rayos estabas? Me dejaste esperando por más de media hora-

-no es nada, solo estaba pensando un poco-

-¿pensando? Y ¿en que?- me pregunto mientras ponía en marcha el auto y se dirigía a la autopista.

-pues… solo unas cosas que siempre he querido peguntarte-

-y aquí vamos…- susurro más para él, que para mí-

-es que nunca me has dicho la razón por la cual mi abuela se fuera a vivir al extranjero… si vivíamos tan felices en esa casa…- mis recuerdos viajaron diez años al pasado, cuando yo solo tenia seis y vivía con mi abuela Emma.

Había un hueco que nunca lograba recordar.

Una soleada mañana de agosto mi abuela me había cocinado panqueques, sabía que tenía clases con el tío kev así que me fui a cambiar en mi habitación, tenía un… algo que… ¿una maleta? No… lo veía negro, no sabía que había buscado para ese momento, pero sé que era algo importante. Después de eso solo recuerdo algo relacionado con mi puerta del baño, algo negro y algo blanco y unos raros símbolos con los que siempre soñaba, estos eran dorados y brillaban pero no entendía que tenían que ver con todo lo demás. Me desperté esa noche en una cama blanca rodeada por paredes del mismo color, y recuerdo que para ese momento me había despertado con un solo pensamiento: que bello era el color azul blancuzco.


Nunca volví a ver a mi abuela, luke me dijo que se había ido a Norteamérica pero nunca entendí porque, y se rehusaba a hablarme del tema.

-sophie, tu abuela se fue por razones que yo tampoco me explico-

-entiendo…- recline el asiento y mire al cielo que se extendía sobre nosotros, demostrándome lo diminuta que era.

Luke suspiro con pesadez.

-querida, no pienses más en eso, ¿que acaso no te gusta vivir conmigo?- lo mire admirando su rostro que mantenía una rara pose de perrito lastimado.

-tío kev, claro que me gusta. Eres el mejor preparando tocino con huevos, además tu me has pagado todos los estudios y para colmo me entrenas- le dedique una sonrisa- ¿qué más puedo pedir?- me voltee para seguir apreciando el cielo.-me dormiré un rato si no te molesta, estoy un tanto cansada.

Un plop sonó en mi oído y entonces mire la gota de agua que caía por el asiento. La limpie rápidamente, y luego solo me dediqué en cerrar los ojos.

El motor del carro ronroneaba bajo mis pies, sentía los pajaritos cantando y los carros que pasaban a nuestro lado, todo tan hermoso, todo estaba en paz. Pero una imagen chocó en mi mente, tan repentino que me hizo pegar un salto, aunque sé que luke no lo notó por eso seguí con los ojos cerrados fingiendo estar dormida.

Ese rostro lo había visto antes, ojos azules tirando a ser blancos y… esos labios perfectos, rojos y sanos.

Me recline en el asiento sentándome de nuevo.

Luke se quedo sorprendido, normalmente dormía hasta llegar a casa.

Lo mire un corto tiempo y luego volteé a la ventana haciendo como si nada pasara. No planeaba contarle lo que me estaba ocurriendo, sobretodo porque sabía que si lo hacía me llevaría a un loquero o algo parecido.

Cuando al fin llegamos a la casa, me bajé sin decir nada al igual que el. Luego entramos y cada uno se fue por su parte. Él, a colgar mi nueva medalla en un lugar apartado y yo al parque del patio, donde me quedaba horas y horas tan solo viendo el cielo y sintiendo la tierra con el pasto bajo mis pies. Luke decía que perdía el tiempo, pero ¿cómo lo sabía?, como saber si estaba perdiendo el tiempo cuando apreciaba tal paisaje de ese modo, sintiéndolo con cada fibra de mi cuerpo.

Me acosté en el banco de siempre, uno alargado, pequeño y de madera. Y me limite a observar todo lo que se extendía ante mí.

Un ruido en los arbustos, muy cerca. ¿Qué sería?

Me levanté y me dirigí directo a donde provenía. Cuando estaba en frente de esa bola de hojas que a luke nunca le había agradado cortar, casi pude jurar que escuché unas pisadas en la grama. Pero no eran pisadas grandes, solo unas pequeñas que apenas podían dejar marca en el suelo.

-¿Quién anda ahí?- pregunté asustada.

Para mi fortuna, nadie contesto. Le di la espalda a mis molestias en plan de seguir con mi rutina pero… que fue lo que había acabado de escuchar esta vez. Parecía un maullido. ¿Un gato?

En vez de voltearme solo me acuclille, y en esa posición pude atreverme a mirar de reojo si es que eso se puede llamar de ese modo. Por debajo del las matas, en el área donde se encontraban las raíces crecientes pude presenciar un pequeño movimiento negro. No me asusté, sabía lo que era.

-hey gatito, ven gatito- le dije extendiendo la mano.

Unas cortas patitas negras se asomaron permitiéndome apreciar con ellas, la carita de una hermosa criatura de ojos negros, tenía la cara manchada de blanco y parecía tener entre dos o tres años. Era solo un bebe.

Me acerque más para darle confianza, y, a su vez el también se fue acercando hasta que mis manos encajaron a la perfección en su tibio estómago y por ahí pude tomarlo en mis brazos.

Lo miré y lo acaricié con una tonta sonrisa en el rostro.

-¿te encuentras solo? No veo a tu madre- dije mientras miraba a ambos lados con la esperanza de ver a una gata mayor pero solo habían un par de pajaritos muertos que antes no había notado.

-supongo que ya no debes tener hambre- le acaricié la cabeza con ternura.

-te llamaré Aiden- el gatito me miro con sus oscuros ojos negros y no sé como lo supe pero pude sentir que le gustaba el nombre con el cual lo había bautizado.

Lo lleve dentro donde pude ver a luke haciendo pasta a la bolognesa.

-tendrás que hacer un plato más- le dije mientras ponía a el gato en su cara. A consecuencia, luke reacciono de una manera exagerada poniendo dos cuchillos cruzados sobre su rostro en forma de equis. Esto me hizo gracia, pero lo deje de fastidiar y abracé a Aiden fuertemente contra mi pecho.

-¿puedo quedármelo tío kev?- le pregunte dejando que se diera cuenta que si decía la palabra equivocada habría un serio problema.

-y que otra opción tengo- hizo un gesto con los hombros y luego continuo con la cocina.

Me fui a mi cuarto, uno pequeño y desorganizado, que tenia las paredes pintadas de un color beige suave y estaban decorados por algunos cuadros que había encontrado en una feria hace ya mucho tiempo, estos tenían temas fantásticos. Uno era de un centauro que me gustaba llamarle Bill, otro era de un elfo llamado Adrian y otro al cual le tenía un especial cariño llamado Alcander, nunca había entendido que era realmente, se que su estatura lo hacia un niño pero tenía una expresión seria. El cuadro esta desgastado y no se ven muy bien los detalles, pero detrás del niño hay una especie de manto que en su momento pudo ser blanco, ahora solo es de un extraño color marrón. Lo miraba por horas imaginando que podía ser esa intrigante especie de manto que insistía en arruinar la pintura.

Me eché sobre mi cama con Aiden aun sostenido en mis brazos. Y los dos nos miramos, apreciando las diferencias de nuestras especies.

-Sophie, a comer- luke se había asomado a la puerta con un delantal y guantes para cocina en sus manos.

-enseguida voy- le dije dedicándole una sonrisa cariñosa.

Dejé a Aiden encima de mi cama mientras me iba a hacer una cola alta.

Tome mi pelo que se encontraba liso y lacio apoyado en mi espalda de una manera natural y única. Y lo amarre en una esbelta cola. De pequeña lo tenía muy dorado, pero al crecer ese color fue aclarándose hasta convertirse en un frío amarillo que me hacía parecer más pálida de lo normal. En compensación iba a la playa casi todos los fines de semana para mantener un color bronceado y lindo.

Salí de mi cuarto rumbo al comedor en donde pude ver como luke ya se encontraba zampándose todo el plato de pasta que se había servido.

-déjale algo de comida al mundo- bromeé.

Al terminar, le di las buenas noches a Luke y volví a mi cuarto. Me dormí con Aiden acurrucado en mis pies.

La noche pasó volando, y casi no pude creer que en verdad había dormido nueve horas cuando todavía tenía un sueño descomunal.

-Aiden, ¿tu dormiste bien?- claramente éste se encontraba plácidamente acomodado en mi cama con todo tipo de almohadas sosteniendo su pequeño cuerpo.

-supongo que sí- me dije a mi misma.

Me levanté, fui a cepillarme los dientes y luego salí a la sala, en donde encontré como todas las mañanas a luke sentado en el mueble delante del televisor tratando de resolver una especie de crucigrama muy difícil. Pase por su lado en dirección a la cocina.

-Arcángel-

-¿Qué?-

-tío kev la palabra que te falta es arcángel- le dije volteándome para mirarlo –buenos días-

-buenos días Sophie- parecía inquieto, por lo menos más inquieto de lo normal.

-¿tío kev?- le pregunte mirándolo mientras me servía un vaso de leche – ¿te encuentras bien?- pregunte preocupada.

-bueno… es que la verdad, tengo algo que decirte- eso era nuevo, nunca tenía nada que decirme a menos de que fuera para participar en una competencia o algo así.

-¿otra competencia?- aventuré sin éxito. Tomé un sorbito de leche, lo saboreé con la lengua y luego deje que corriera por mi garganta.

-no es eso-

-entonces…-

Escuche como tragaba fuerte, y así comenzó.

-como sabrás, falta una semana exactamente para que cumplas dieciocho años- le hice un gesto para que continuara - y… bueno, tengo que contarte algo de suma importancia. Tu abuela me lo dijo y también me dijo que una semana antes de que cumplieras dieciocho años te revelara tu verdadera existencia-

-¿mi verdadera existencia?- el asintió con la cabeza.

Un frio agudo recorrió mi cuerpo, pasando por cada rincón de éste, sin detenerse y mucho menos sin piedad fue directo a mi corazón fue ahí cuando supe que lo que vendría a continuación, no seria nada bueno.

4 comentarios:

  1. ..Hola ante todo me presento, soy Diana, me gusto mucho tu historia, ese comienzo fue algo intrigante, y este capitulo ni se diga fue muy interesante y el final algo inquietante ya que le recorrio frio y fue directo a su corazon, lees eso y quedas O.O que paso, que ocurrira jajaja bueno te sigo y te invito a mi casita, tambien te afilio..

    Cuidate&Besillos...
    Att:..*D!¡ana

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  2. primer comentario :D voy mejorando jaja.
    Que quieres que te diga? el capitulo ha estado buenisimo, y yo, los prefiero largos jaja así tengo más en que entretenerme.
    Yo ya tengo mis ideas de que es lo que le dira su tío :S pero a esperar si estoy en lo cierto jaj
    Besooooos!
    PD: ahhh, y ya tengo capitulo nuevo en mi blog :) si quieres te pasas y lo lees :)

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  3. who!
    que capitulo con intriga!!
    me he leido los 3 capis en una volada. me encanta la historia, mi cap favorito es el 2 hasta ahora.
    espero por el proximo besos.

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  4. Muy buen capitulo!!
    Q tendra que decirle? Sera sobre los dos hombres? y quienes eran esos dos chicos en la piscina?
    Supongo que voy a tener que seguir leyendo.
    Besos!
    PD: Soy de chile :)

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