miércoles, 15 de diciembre de 2010

capitulo 2: ¿que pasaria si estubiese equivocada?

hola!! aqui les dejo mas de SECREST OF A LOST GUARDIAN.... los que esten leyendo esto porfavor diganle NO AL PLAGIO, me costo mucho hacerles este capi, y talvez no tanto como se que me van a costar los demas... tengan por lo menos algo de humanidad al leer esto pq quisiera seguir montando para que den su opinion de como me esta quedando pero si van a copiarse, donde estaria el sentido de todo? se que muchos no lo hacen pero los que si, los superan en numero... y si me pongo a pensarlo se pone un poco triste.. pero bueno, les iba a decir eso y ahora me queda mostrarle el esperado segundo capitulo :)

que lo fisfruten!



Me di cuenta que mi abuela se encontrba en el marco de la puerta con una expresión de sorpresa pero que enseguida cambio a ser de ira. Nunca antes había adoptado esa expresión y no se si ese hecho me asustaba mas de lo que me asustaba la sombra flotante a unos cuantos centímetros de mi.

-¿abuela?- mire su arrugada cara con la confusión marcada en cada una de mis facciones. Ella no me miraba y por supuesto no se preocupo en responderme. Se había quedado con la mirada clavada en esa sombra que ahora parecía estar tomando relieves, empece a divisar una capa que se extendia detrás de la figura. Era negra por supuesto y con marcados desgastes, que la hacían parecer aterradora.

me arrime hasta la parte superior de la cama para alejarme, pero a la cosa no parecio importarle. La mano que tenia extendida hacia mi se fue formando: huesos, músculos, piel. Me recorrió un escalofrió por la espalda al ver que lo mismo sucedía a lo largo de todo su cuerpo.

Dio dos pasos con esas botas cubiertas de piel negra, llevaba cadenas por estas dándole aspecto gótico. Un pantalón negro se ceñía a su musculosa figura, y lo mismo pasaba con una camisa que era tapada por la capa que lo rodeaba. Su rostro era tan intrigante como su aspecto. Una cara cuadrada con labios finos y contorsionados en una mueca que decía que se encontraba enojado. Sus ojos negros como el carbón solo me miraban a mí, lanzando puñaladas de veneno por cada centímetro de piel que sus ojos tocaban.

Vi a mi abuela por el rabillo del ojo como se aproximaba decidida a atacar.

-¡no te la vas a llevar!- grito aproximándose con un bate de beisbol levantado sobre su cabeza.

- ¡cállate Emma!- su gutural voz volvió a resonar en mi mente mientras que con una patada sacaba casi a volandas de la habitación a mi abuela.

-¡abuela!- grite bajándome de la cama y corriendo a su encuentro.

-no tan rápido niña- el hombre ya se encontraba delante de mí. No sé como lo había hecho pero me di cuenta que no podía vencerle con mi débil cuerpo.

La puerta de mi baño había quedado abierta y estaba en un perfecto ángulo para llegar corriendo hasta adentro y cerrarla con fuerza.

Gire sobre mis talones y corrí con todo lo que tenia hacia mi baño, tome la puerta de madera entre mis manos y la tiré, sonando así un sonido desconcertante en toda mi casa, haciendo eco en cada una de las habitaciones.

Deslice mi espalda por la puerta dejando que sus formas cuadradas se clavaran en mi piel.

Doblé mis rodillas y las abrace, entonces apoye mi barbilla entre mis dos piernas y deje que las lágrimas corrieran, sollozando el nombre de mi abuela.

No había pasado ni si quiera treinta segundos desde que me encerré cuando empecé a oír pasos al otro lado. Venían hacia mí.

-Charlotte, no tienes que esconderte, no vengo a hacerte daño, sólo quiero hablar contigo-

-no me llames así, mi nombre es Sophie no Charlotte y no digas que no me harás daño si te atreviste a lastimar a mi abuela!- grite, escondiendo mi cabeza aun mas en mis rodillas. – ¡vete, sal de mi casa y déjanos en paz!-

-lo ciento niña pero me temo que no puedo hacer eso- sentí como pegaba su cuerpo a través de la puerta, probablemente tratando de escuchar algún ruido.

Un crujir en la madera…

Un estruendo…

Una mano en mi abdomen y la otra en mi frente…

Me lanzo bruscamente fuera del baño.

Me plasme en la pared con fuerza.

Mi cabeza reboto contra el empapelado rosa haciéndome perder el conocimiento pero solo duró unos cuantos segundos. Cuando abrí los ojos mi mirada estaba perdida. Vi dos imágenes negras que se tambaleaban, achine los ojos intentando poner en orden las imágenes que lentamente llegaban a mi cerebro, las figuras se fusionaron en una, ésta, muy segura de cada movimiento, atravesó la rosada habitación hasta llegar a mí.

Mis cabellos se encontraban regados por mi cara, mi piel se había llenado de raspones a causa de las astillas afiladas, suponía que mi ropa estaba destrozada, me sentía tan pequeña al lado de ese gran hombre, tan inútil e insignificante…

-por-por favor…- le dije en un hilo de voz mientras mis manitos se aferraban a su diabólica bota negra.

El hombre agarró mis dorados cabellos en sus garras, terminando de destrozar lo último que quedaba del hermoso peinado que yo misma me había hecho. Me alzo sosteniendo todo mi cuerpo. Me dolia mucho la cabeza, me titilaba y sentía como se arrancaban de la raíz algunos mechones.

Me dejo a la altura de su rostro sin ningún esfuerzo, desde ese angulo pude verle algo que antes no le había notado. Una cicatriz se extendía a lo largo de todo su rostro pasando por su ojo hasta terminar en la barbilla. Puse una cara de asco al verla.

Intente soltarme, le arañaba la piel que al parecer no recibia ningún cambio.

-suéltame…- le dije desesperada, pero el solo me cargo en sus brazos liberando la presión en mi cabeza.

Patalee muy fuerte pero ni siquiera pude lograr que perdiera el equilibrio.

-vendrás conmigo- me dijo mirándome fijamente a los ojos.

-¡no…!- grite.

El hombre comenzó a susurrar algunas palabras que no logré entender, perecía otro idioma.

Un halo de luz comenzó a rodearnos, formando signos dorados y brillantes en un espiral de aire.

Veía mi cuarto a través de esa pesadilla, pude ver como poco a poco se desvanecía.

El desastre del baño fue borrándose, mi abuela se empezaba a ver difusa, pero pude ver como se levantaba sosteniéndose la cabeza y mirando el torbellino que nos cubría.

-¡Sophie… no!- la oí gritar mientras se levantaba, pero cayó y no volvió a levantarse.

Lloraba mucho, notaba como empezaba a desesperar a ese hombre y solo para molestarlo chillé aún más.

Miré por última vez mi cuarto ahora ya casi por desaparecer, y algo comenzó a captar mi atención.

-maldita sea…- lo oí maldecir obligándome a oler su apestoso aliento.

Nuestro remolino fue perdiendo intensidad, y los símbolos que fluían con él, desaparecían gradualmente.

Había estado pensando todo ese tiempo que esta pesadilla nunca terminaría, pero al ver disminuir de intensidad a el misterioso torbellino, pude creer que había esperanza para que todo volviera a la normalidad, ahora puedo decir cuan equivocada estaba, claro que a los seis años era muy difícil adivinar que pasaría después, estoy segura que si el destino me vuelve a arrastrar a esas situaciones me defendería mejor y claramente no me dejaría llevar por las apariencias, sobre todo las extrañas.

Mi habitación volvía a la normalidad, volvían a aparecer mi abuela, el desastre del baño, mi cama, y… si… eso que había captado la atención de ambos.

Mi bolso había regresado, pero no era el mismo, se encontraba destrozado y manchado de algo rojo tirando a ser negro. Además en su parte delantera había un espacio vacío, el espacio donde minutos antes se encontraba mi querido peluche en forma de Bart.

Claro que no pude seguir apreciando por más tiempo lo que le faltaba o no faltaba al desaparecido bolso, lo que se encontraba a su lado lo superaba en importancia.

Otro hombre casi tan alto como el techo –superando en tamaño al que me tenia brazos- se encontraba invadiendo mi cuarto. Su pecho era grande y desarrollado pero parecía ser delgado bajo la bastante holgada camiseta. Sobre ella se encontraba una capa larga y blanca, que se sostenía en un broche –al parecer de oro- a la altura de su cuello, esta capa parecía estar manchada de algo rojo igual que mi bolso. Y unos pantalones se extendían por sus largas piernas haciéndolo lucir inalcanzable.

Pero a pesar de su excelencia pude notar que al costado había una pequeña mancha de sangre, y me pareció ver que aumentaba de tamaño.

-que haces aquí Ambrose!- disparo el malvado hombre sobre mi cuerpo, escupiéndome. –deberías estar muerto!- volvió a gritar arrojando odio por sus palabras.

-quizás, pero es mi deber estar aquí… con ella- sus palabras llegaron a mis oídos cual melodía en pleno invierno, como si fuese el viento mismo que me hablara y me susurrara en silencio, palabras para animarme, sin embargo, había algo en esa voz que me llamaba la atención, como si ya la hubiera escuchado antes, muchas veces…

El chico me miro con expresión cariñosa y un tanto preocupada.

-¿te encuentras bien?- me pregunto, pero antes de que pudiera responderle mi agresor me fulmino con la mirada recorriendo sus negras pupilas desde la cabeza a los pies y luego repitió el proceso, pero justo cuando se hallaba revisando mi frente, de el cuero cabelludo salió una pequeña gota de un líquido rojo que ahora tan seguido estaba viendo. El hombre se apresuro en limpiarla, pero no con ternura ni delicadeza, solo bruscamente paso su calloso dedo para sacarla de en medio.

-como crees que pueda lastimarla… nunca lo haría, esta mocosa es mi trabajo y tengo bien claro que si le llega a pasar algo lo mismo y multiplicado por cien me va a pasar a mí-

-me parece bien que lo tengas presente, pero… ¿por qué huelo sangre en esta habitación?-

-hermano, mírate estas cubierto de sangre- ni si quiera había acabado la frase y el chico de blanco ya estaba negando con la cabeza.

-huele a sangre humana… una muy joven sangre humana- el chico adopto una expresión molesta, miraba con rabia hacia el chico que me cargaba. –Dame a la niña-

-¿o qué? ¿Me la arrebataras?-



-solo dame a la niña. Mientras más tiempo pase sin atención más estará en peligro- se quedo un rato con la vista perdida en el techo, oliendo el viento y atendiendo a un sonido que en lo personal no pude oír- maldito… lo sabías no es verdad? Sabias que los perros del infierno están aullando… la huelen, ese golpe en la cabeza fue muy fuerte, y ahora está muriendo… y tu y yo sabemos lo que pasara si ella muere- se encontraban mirándose fijamente con miradas muy serias que yo no comprendía. – en el reino de los cielos el caos será inminente, sus padres no podrán hacer nada pues ella es la única que tiene la llave… y tu… tu aprovechando esa terrible situación familiar subirás al trono- se había aproximado hacia nosotros con la mano en una especie de empuñadura parecida a las que tenían las espadas que mi abuela hace ya mucho tiempo atrás me había mostrado.

-aléjate de mi…- parecía haber miedo en esa voz, como si supiera que algo malo le pasaría.

-¡aléjate de ella!- Empecé a sentir como el chico de negro aflojaba la presión que tenia sobre mis piernas y brazos. Ahora podía moverme y con toda la agilidad de la que fui capaz salté, alejándome lo más rápido que pude de el, pero no me acerque al otro hombre… no confiaba en ninguno.

Corrí a donde estaba el cuerpo de mi abuela tirado. Pude ver como su pelo se encontraba empapado en algo rojo y que olía a oxido.

Me arrodille bruscamente al lado de su cabeza, la levante y la voltee con un esfuerzo enorme… no me había dado cuenta lo pesada que era.

Pero ahí la tenía, sus parpados se encontraban cerrados y sin movimiento, sus arruguitas carecían de expresión, y sus labios parecían pálidos.

Una gota de agua le cayó en la mejilla, rodando por esta hasta llegar al cuello donde se disolvió en la tela delgada del vestido con estampados que llevaba puesto. Mas gotitas caían, y mas y mas.

-¡abuela!- grite con mi voz chillona distorsionada por el maltrato al que le había expuesto.

Escuche como la familiar voz del chico de blanco alzaba la voz, casi gritándole al otro chico que se marchase y que nunca volviera.

Después de eso, no escuche nada mas, solo sentí como mi cabeza caía en el tibio abdomen de mi abuelita, su vestido me proporcionaba calor en el rostro y me limpiaba la sangre que ahora más seguido caía por mi nuca haciendo que sintiera frio.

El pelo me caía en los ojos tapándome la visión.

No escuchaba nada, estaba perdida en mi propio mundo. Pero si sentí como unas manos fuertes, seguras pero al mismo tiempo delicadas y paternales me tomaban de la muñeca –hasta ese momento no me había fijado que mi pálida mano estaba aferrada a la larga manga del vestido de mi abuela- me tomo de la cintura para ponerme de pie y así poder cargarme en sus brazos.

Trate de oponerme, no quería seguir… no quería seguir luchando, viendo sangre, y lastimándome.

Me dolía mucho la cabeza, y mientras más lloraba, mas me dolía, pero la verdad es que no podía hacer nada pues me sentía demasiado insignificante en ese mundo de adultos que yo no conocía.

El chico me aparto el cabello dorado del rostro. Dejándome mirar sus bellos ojos color azul cielo, tirando a ser blancos.

Yo conocía bien esos ojos… esa expresión… su voz…

Levanté mi manito que temblaba sin parar, y la posé en su mejilla.

Quería sostenerme a algo y sentirme segura y justo al pensar en esto el hombre me agarro la mano y la calentó con la suya… apretándola cariñosamente, haciéndome sentir a salvo de nuevo.

-que divertido… - le dije con voz ronca y moribunda, cosa que le afecto en el rostro al fruncir el ceño –te pareces mucho a mi mejor amigo…- le dedique una delicada sonrisa, tan pequeña que me pregunte si la había captado.

El hombre me planto un beso en la frente, delicadamente y muy cerca de mi rostro me volvió a hablar.

-te dije que si puedo vencer a los monstruos de tu cuarto- su aliento fresco llegó a mis ojos. Yo los cerré instintivamente.

-te quiero Bart-

-y yo a ti Soph-



Todo se puso negro, dejé de escuchar su respiración, y pronto todos los sonidos, las luces y los sentidos se fueron apagando. Volviéndome a dejar sola en la oscuridad, sola en el lugar que más odiaba en el mundo.

6 comentarios:

  1. Hola, Risa!
    waa! ¿qué te puedo decir?
    ME ENCANTO!! Todo! Absolutamente todo! :3
    Dios! Creo que me enamoré de Bart xD

    Pero... ¿que va a pasar con la abuelita? T-T
    y con Soph? :O

    Tú historia ya me intrigó demasiado! Tienes que avisarme cuando publiques el cap. siguiente! :3

    Y claro que me importa tu historia, y tu blog en general! Es demasiado genial, creativo, único... bueno, los sinónimos sobran xD.
    Ya te dije: Soy tu fan!! xD

    Y mil gracias por preocuparte por mi, siendo yo una extraña ^^ Es un gesto que aprecio mucho. Gracias, Risa V.

    muchos saludos y abrazos de oso panda para ti!
    Atzi-Panda tambien te quiere! ♥

    ResponderEliminar
  2. Holaaa! estuvo muy interesante buen capituloo!

    ResponderEliminar
  3. Hola! No había tenido tiempo de pasarme, pero ahora qe tengo un ratito, estoy aquí. Me gustí mucho el cap. estuvo muy interesante, pero me dejaste intrigada, espero qe escribas pronto...
    Besos!

    ResponderEliminar
  4. Amo como escribes! eres una gran gran gran escritora y si sigues este camino de seguro tendrás exito! Dejame decirte que me ha encantado tu libro y que desde ahora considerame una fan tuya jaja
    Realmente espero el otro capitulo con ansias :D
    Publica pronto y se nota que entre Bart y ella hay onda ;) jaja
    Besooos! :)

    ResponderEliminar
  5. Wooooooow!!!!

    Me intrigo realmente tu historia.¿Como es que Bart al principio es un cnejo y luedo es algo parecido a un humano?

    En serio, me encanta como escribes!!!

    ¿Y COMO ES QUE ella SE LLAMa primero sophie y luego charlotte?

    Cuando publiques nuevo capi, me avisas .

    Te mando un dulce beso, y espero que sigas con esta hermosa e intrigante historia que me ha fascinado.

    Bay y besos♥♥♥

    ResponderEliminar
  6. Muy bueno :) definitivamente me has dejado con ganas de mas!!
    Ahora voy por el tercero ;)

    ResponderEliminar

Proxima reseña

Proxima reseña