miércoles, 12 de octubre de 2011

Capitulo 12 - Voice

holaa! como estan todos!!? bueno aqui les dejo el siguiente capi de voice, espero que les guste y que lo disfruten! si notan algun horror narrativo porfavor disculpenme, el colegio esta comenzando a afectarme.
los amo con locura ~risa~




Qué pena, que vergüenza. Que idiota soy. No debí precipitarme en sacar conclusiones. Debí saber que ese brillo oscuro que tenían los ojos del tipo cuando me tenía contra la pared era porque tenía los ojos marrones. Debí haberme dado cuenta de que él no tiene el lunar que Ray tiene en el cuello sobre esa pálida piel que tanto me llama la atención.

Y lo peor es que, después de todo eso, después de lastimarlo tanto con mis palabras, sólo fui capaz de decir su nombre en un susurro apenas audible como si con eso pudiera darle a entender cuan arrepentida me siento.

Me odio, me odio por ser tan tonta.

Pero quizás ya sea demasiado tarde para repararlo, es decir, tengo que aceptar la realidad. Y esa es que Ray, aun cuando no es un cazatalentos ilegal, sigue siendo el chico más popular de la escuela, el presidente del consejo estudiantil y el chico más lindo y sexy que hay en la ciudad. Sé con toda certeza que todo el interés que alguna vez sintió por mí, lo perdió en cuanto vio el modo en el que lo trate.

Ha pasado una semana desde el intento de secuestro. No he vuelto a la escuela pero no porque no quiera –o por que este evitando a cierta persona- sino porque mi madre ha insistido en que permanezca en casa por lo menos hasta que consiga el modo de conseguir una residencia en un pequeño pueblo de Italia llamado Umbría.

Ella decidió que tendría que cambiar de país cada dos años siendo Italia el primero en la lista. ¿Qué si estoy asustada?

Pienso que no, pero… no sé si debería estarlo. Es un nuevo mundo para mi allá afuera y estaré sola.

Nadie estará conmigo y nada será lo mismo.

Le conté a Grace lo ocurrido –por supuesto que omitiendo esas partes donde el tipo borracho me hablaba del “maravilloso mundo de ser un cazatalentos ilegal”- Solo le comente que me habían secuestrado, que había logrado escapar y que ese hombre había intentado asesinarme cuando vino… Ray en todo su magnífico esplendor para salvarme.

Si… así como un cuento de hadas.

Pero la verdad es que esto no es un cuento de hadas, me refiero a mi vida.

Si mi vida fuese un cuento de hadas yo habría logrado descubrir con sobrada antelación que Ray no tenía nada que ver con los cazatalentos ilegales y también lo hubiese visto en algún momento de esta semana con su moto estacionado en la calle al frente de mi casa y con una sonrisa grande y perfecta asesinando mi autoestima.

Pero nada de esto ocurrió y ahora no sé exactamente qué hacer.

-te gané- digo enterrando mi cabeza en el espaldar del mueble mientras me aventuro a escuchar los quejidos de Noah y las burlas de George.

-está bien, está bien june, demostraste que puedes con Noah, pero te aseguro que no podrás conmigo- dice George con cara de triunfador mientras se arrodilla a mi lado y encaja su puño cerrado en el mío lanzando el pulgar al aire.

Se imaginaran lo aburrida que estoy para que si quiera se me ocurra jugar este juego con mis hermanos.

-uno… dos… tres…- digo comenzando a jugar y a mover mi pulgar con tanta rapidez que hasta yo me siento asombrada.

Al final le gano y me levanto con dificultad para ir a mi cuarto dejando atrás los gruñidos de George y las burlas de Noah.

Al llegar a mi cuarto cierro la puerta y camino-cojeo de un lado al otro en busca de algo que hacer. Nunca en mi vida me he sentido tan aburrida como lo estoy ahora. Podría matarme si con eso lograra silenciar mis deseos.

Entonces se me ocurre algo.

Tomo mi teléfono y marco el número de Grace.

-¿june?

-¡hola!- digo en un horrible tono chillón que no pretendía sacar a la luz.

-¿Qué te ha ocurrido? Desde que te visité en el hospital no nos hemos vuelto a hablar ¡ni si quiera has atendido mis llamadas!

-tranquila, mi mama está un poco paranoica por el secuestro pero la verdad es que estoy harta y necesito a mi mejor amiga en este momento para salir de esta casa ¿me ayudas?

-¡oh por supuesto! En cinco minutos voy por ti ¿te importa si llevo a Daniel?

-claro, solo ven.

-está bien ¡hasta pronto june!- grita rebosante de alegría y luego corta el teléfono.

En mi espera tomo mi guitarra y comienzo a tocar la tonada de Phoebe cuando soy interrumpida por el característico pitido que hace mi teléfono al recibir un mensaje.

Dejo la guitarra reposando en la pared y me acerco al teléfono en cuya pantalla se puede leer un mensaje de Grace que dice en letras grandes y claras:

-¡NO TE ENOJES POR FAVOR!

Confundida me quedo mirando la pantalla hasta que tengo que parpadear para lubricar mis ojos de nuevo. Me preparo para mandarle un mensaje en respuesta pero un nuevo mensaje me detiene.

-estoy afuera.

Tropezando salgo de mi habitación maldiciendo los barrotes que cubren mi ventana y bendiciendo la ausencia de mi madre. Pero aún cuando no se encuentra ella, mis hermanos podrían fácilmente delatarme.

Bajo las escaleras tan silenciosamente como el yeso de mi pierna me permite y llego a la puerta de entrada mirando sobre mis hombros, al no ver a nadie giro el pomo de la puerta y pruebo el dulce olor del ambiente por primera vez en lo que me parecen mil años.

Enseguida puedo ver el Buick de Grace descansando en la calle. Mi mejor amiga me sonríe desde el asiento del conductor y me hace una seña para que entre. Si hubiese pestañeado estoy segura de que me lo hubiese perdido, los ojos de Grace parecieron por un momento demostrar un poco de… ¿preocupación? ¿Ansiedad?

Me apresuro en caminar hacia ella con una mirada significativa surcando mi rostro. Ella solo se encoge de hombros dejándome apreciar esa mirada otra vez, definitivamente se trataba de alguna preocupación.

Acerco mi cabeza a la ventanilla y observo su perfil sumido en las penumbras que le brinda el techo del auto.

-hola Grace- digo con cautela.

-sube- dice ella limitándose a realizar un simple gesto con la cabeza.

Me apresuro a entrar en el auto cerrando la puerta detrás de mí.

-hola june- salto en reacción a la voz proveniente del asiento delantero.

-¿Ray?- el no se voltea a mirarme pero puedo ver que sus negros cabellos se encuentran adosados a la parte de atrás de su cuello. Su piel, por muy imposible que parezca, se encuentra mucho más pálida de lo normal y al pronunciar su nombre, descubro con sorpresa como en su cuello aparece el sonrojo de una vergüenza inesperada.

La tensión se siente en el aire y yo no puedo pensar otra cosa más que decir. Pero descubro que Grace, Ray y yo no somos los únicos en el auto. Daniel, sentado a mi lado, parece más relajado, como si hubiera creado una burbuja pacífica en la que introducirse y así aislarse de la pesadez del ambiente.

Cuando éste me descubre mirándolo, sus labios se alzan en una sonrisa de bienvenida y se acerca para darme un beso en la mejilla.

-¿Qué tal J?- dice cuando se aleja y yo no puedo más que aplastar mi espalda contra el suave asiento y lanzar un sonoro suspiro en respuesta.

-ya veo…- dice y no vuelve a pronunciar palabra alguna.

Grace arranca el auto conduciéndonos hasta la autopista para luego desviarnos por un camino angosto y oscurecido por los arboles del que casi había olvidado su existencia.

Nosotras pasábamos por aquí todos los días a los doce años y jugábamos con las ardillas que se arremolinaban a nuestro alrededor en busca de comida, Grace y yo siempre llevábamos un gran paquete de nueces para ofrecérselos a los animalitos.

Por supuesto que esos tiempos vinieron tan silenciosamente como se fueron. Ahora nosotras solo organizamos planes para vernos en los clubs o en los bares.

La miro por el retrovisor y ella me devuelve la mirada, sus ojos azules siguen mostrando cierto matiz de angustia y yo, en un intento desesperado por saber lo que ocurre extiendo la mano y le toco el hombro pero ella cierra los ojos y desvía la vista hacia la carretera.

El viaje transcurre en silencio, nadie se atreve a abrir sus bocas y no creo que nadie lo haga. Empero, la angustia que me está transmitiendo la mirada de Grace es mucho más fuerte que cualquier silencio incomodo que haya.

Al fin llegamos a un lugar apartado rodeado de arboles y musgo. Reconozco la cerca medio caída con la que Grace y yo solíamos jugar, parece que hasta las mismas ardillas de antes juegan en el claro esperando a que un par de niñas se acerquen y las alimenten.

Grace aparca el Buick y entonces la angustia en su rostro se intensifica.

Sus ojos corren del rostro de Ray al mío y no puedo evitar sentirme extraña, como si estuviese tomando una decisión.

De repente abre la puerta del auto y para mi sorpresa Ray también hace lo mismo, ambos se bajan.

Ray se traslada al lado del conductor y se introduce a si mismo dentro, Grace corre a la puerta del lado de Daniel y la abre dejándolo salir.

Ambos me dan una mirada extraña y yo no puedo hacer más que mirarlos y preguntarles con los ojos que están haciendo. Pero ellos solo se quedan ahí parados, sin despegar sus ojos de los míos.

Miro a Ray por el retrovisor y él me devuelve la mirada, sus manos posadas sobre el volante y sus hombros tensos ante la situación.

-¿Qué estás haciendo?- le pregunto intentando no alzar mucho la voz.

-tenemos que hablar- se limita a responder y en ese momento me doy cuenta de todo.

Ray pretende dejar a Grace y a Daniel en este parque y todo porque ¿quiere hablar conmigo?

-perdón por hacerlo de esta manera pero… simplemente no aguanto más- dice arrancando el auto sin si quiera darme la oportunidad de despedirme –o de asesinar- a Grace y a Daniel.

1 comentario:

  1. oh que buen plan, si la va ha matar, pero de que quiere hablar ray con ella mmmmm espero tu proxima entrada... lastima que tenga q irse pero es solo para protegerla, me encantaria que ray se fuera con ella ese si seria un final de cuento de hadas (terminar juntos) ..... cuidate mucho risa

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