capitulo 17: Rescate

que tal amigas como esta todo por aqui, bueno solo venia para dejarles este capi. -ya era hora no?- quizas quieran matarme luego de leer el final pero es como es. jeje espero que lo disfruten y que hayan muchos comentarios para este capi.

un beso!

siempre escribiendo ~risa~

Mis rodillas amortiguaron el impacto. Sentí de inmediato un intenso dolor en el costado el cual provoco el deseo de querer quedarme en el suelo, sin moverme ni hacer nada.

Fue cuando escuche unos agonizantes gemidos.

Con esfuerzo levante la mirada, dándome cuenta del lugar en donde me encontraba.

Todo estaba recubierto por una capa de brillo y luz, pero las personas que ahí se encontraban no estaban del todo conectadas con el aspecto de la habitación.

Primero me encontré con las miradas atemorizadas de una pareja de angeles que se abrazaban en el fondo de la habitación, me pregunte si esos eran los tan mencionados padres de sophie, los Dahl. Pero si era asi, deberían de estar luchando con dientes y garras para acabar con eso que los aterraba.

Confundido y adolorido como me encontraba, segui fijándome en los demás personajes, entre los cuales se encontraba un niño de no mas de quince años, este estaba recostado en el suelo con las piernas dobladas debajo de el y con constantes moretones surcándole la pálida piel.  No parecía ser un ángel, esa esencia característica que buscaba no lograría encontrarla en el, era un humano, un humano que no tenía por qué estar ahí.

 Distinguí en las cercanías un destello rojo, y al observar más detenidamente esos rasgos familiares me dejaron perplejo.

Verla de nuevo, después de lo que me había parecido una eternidad, provocaba cierta aceleración en mi corazón.

 De repente sentí una gran necesidad de correr y abrazarla, pero algo andaba mal. El costado del extraño vestido que traía puesto se encontraba forrado por una enorme mancha oscura.

Me acerque a ella viendo de reojo como los ángeles que había calificado como los Dahl, se mostraban más serenos, como si estuviesen reuniendo confianza.

Llegue a hasta Sophie, y me arrodille ante ella.

Acaricie sus cabellos rojizos regados por el suelo, mientras sentía como el dolor que seguía acechándome amenazaba con entumecerme los músculos. Pero no dejé que ocurriera. Seguí luchando internamente para mantener las fuerzas.

Levanté la cabeza de Sophie y la coloqué con extremo cuidado sobre mi regazo. Fue cuando me di cuenta de una presencia que se me habia escapado.

Un chico, que parecía tener la misma edad que Sophie estaba derrotado en el suelo. Un charco de sangre rodeaba su cuerpo y además me di cuenta que su alma cargaba una esencia maligna. No es como si la tuviese, sino mas bien era una esencia que ya se habia ido y que habia dejado un pequeño rastro a su paso. Ese chico estaba sostenido a la vida por un hilo muy delgado.

Volvi a mirar en direccion a la chica que tenia en mis brazos.

Le dedique una sonrisa sumisa que ella no captaría.

Acaricie sus mejillas, palidas por la perdida de sangre y entonces me pregunte: ¿Dónde estaba aquel hombre que habia salvado hace once años a una niña joven e inocente? Donde se encontraba mi valentía, mi fuerza… ¿permitiria que mi proximidad a la muerte me detuviera en salvar a la dueña de mi mundo, de mis pensamientos y de mi corazon?

No, no me detendría…

Cargue el cuerpor inerte de sophie en mis brazos. La sangre caia a chorros del extraño traje en blanco y negro que llevaba puesto.

-no te preocupes Soph, un día hace mucho tiempo, prometí protegerte de los monstruos que quisieran hacerte daño. Se que el único mounstruo al que odias es la oscuridad, y en este preciso momento estas sumida en ella. Pero muy pronto te sacare de allí, ya lo veras…- plasme un beso en la delicada tez de su frente.

Mire a los lados, averiguando como saldría de ese lugar sin dejar a nadie atrás.

Fue cuando, a unos metros de nuestra posición, una especie de bolsita de cuero, apareció ante mi vista.

Corri hasta ella y me puse en cuclillas con cuidado, procurando la estabilidad de sophie en mis piernas.

Esa era el estuche de cuero que Raphael se habia encargado de entregarle a lucien.

Perfecto, ahora podría llevarme a todos.

Tome el estuche y lo sostuve con los dientes mientras me ponía en pie y caminaba en direccion a los dos chicos que poco a poco parecían estar viéndose mas y mas palidos.

Examine con la mirada las heridas del chico que no pasaba de los quince y luego me dedique en ver las del mayor.

Parecía que el mas pequeño estaba muy golpeado pero el mas grande era el que poseía las heridas mas serias.

Me acerque a este y deposite en su pecho, ahí encima de su corazon, la piedra rosa que crysal me habia entregado.  

Era humano, y todo humano que estuviese a punto de morir estaría soñando con su familia, la piedra lo regresaría a donde pertenece.

Como la piedra solo podía ser usada por una persona, tendría que dejar que el chico mayor se fuera con esta… luego me encargaría de regresar por ella para devolvérsela a su debida dueña.

Mire al menor y me parecio ver un temblor en su parpado izquierdo.

Deje a sophie apoyada en mis rodillas mientras me acercaba un poco mas.

Sus ojos de repente se abrieron de par en par. Las pupilas las tenia dilatas pero luego volvieron a la normalidad. Su respiración era agitada, parecía haberse despertado de una pesadilla.

Me miro a mi, y luego a sophie con cara de espanto.

-sophi-sophie- tartamudeo el nombre de mi protegida mientras yo lo miraba con confusión.

-¿la conoces?

-si, ella… tienes que conseguirle ayuda, está muriendo…

-lo se, pero tengo que sacarte de aquí- dije mientras oia un pequeño zumbido en el ambiente. Cuando mire para atrás, me di cuenta que el chico mayor habia desaparecido, dejando solo un rastro de humo y brillo rosado.

-no…

Meneo la cabeza, me parecio ver debilidad en ese simple acto.

–no quiero irme… pienso quedarme, hay muchos humanos aquí y tengo que liberarlos a todos

Me sorprendió esa respuesta. No sabía que algo como esto pudiera suceder… ¿humanos en el cielo? Se oia imposible, pero ahí delante de mi tenia la prueba de lo que ese chico me decía.

-haz lo que tengas que hacer, pero dime ¿Cómo te llamas? Asi recordare decirles a los arcángeles sobre esto.

-Adam- Susurro tímidamente. Yo le sonreí.

-entonces, adam, te deseo lo mejor, espero que el destino nos vuelva a encontrar y que para ese momento hayas resuelto los problemas que hay en este lugar.

Él me dedico una mirada preocupada pero luego adquirió confianza

–Si necesitas refuerzos, no dudes en buscarme- Le dije por ultimo.

Luego dirigi la mirada en direccion a aquella pareja de angeles que me miraba con ojos que comenzaban a adquirir fuerza siendo la mujer la primera en hablarme.

-Bartholomew, estas retrasado…- Dijo con un tono de voz cálido y elegante.

-tu debes ser la señora Dahl- Le dije por el contrario con un tono de voz amargo.

Ella solo me respondió con una sutil sonrisa.

-Aun no lo sientes ¿verdad?-

Comentó retóricamente mientras me impulsaba a examinarla con mayor detenimiento. Nunca habia conocido a los padres de sophie en mi vida, pero ¿en verdad podían ser tan crueles, frios, y sin corazon como lo parecían en este momento?

No, ellos no podían ser de ese modo. Es decir, a pesar de todos los rumores que había escuchado, me parecía imposible que dos ángeles tan crueles le hayan dado vida al ángel más hermoso, dulce y puro que haya existido.

La mujer solto una risotada mientras que por sus miembros una luz comenzaba a aparecer, cegandome momentáneamente.

Lo mismo ocurrió con el hombre que tampoco dejaba de mirarme.

sus cuerpos se moldearon con la luz que emanabn su poros, y a asi, envueltos en grandeza, aparecieron ante mis ojos, las figuras de mitz y nith, sonrientes, dichosos de verme con la cara de idiota que traia encima.

Toda la incertidumbre que me invadió en ese momento fue opacada y desplazada por un sentimiento de odio.

Ellos se habían estado haciendo pasar por los señores Dahl.

Estrujé con delicadeza a sophie entre mis brazos, sintiendo un punzante dolor al imaginar su rostro cuando se enterase de lo que había ocurrido.

Sus padres habían muerto. 

Mitz y nith se acercaron con elegancia hasta donde yo me encontraba.

-tu decides si te la quitamos por las buenas o por las malas- dijo nith mirando de reojo los cabellos rojizos de sophie.

-no dejare que su piel sea tocada por tu sucias manos- dije alejándome dos o tres pasos mientras lo miraba con los ojos achinados.

-supongo que será por las malas- se encogió de hombros y luego de esa simple acción, un flash sustituyo su persona para luego aparecer por detrás de mi. Una de sus manos sostuvo mi cuello estrujándolo hasta que mi boca despidió bruscamente una masa de aire.

Comencé a toser como loco, pero intentaba mantenerme en pie y al mismo tiempo seguir sosteniendo a sophie en mis brazos.

Hice un movimiento brusco de cabeza con el que me quedo doliendo el cuello pero me di cuenta tres segundos después, que ese movimimiento habia funcionado. Ya no me encontraba entre las garras de nith.

Volvi la mirada hacia adam quien todavía se encontraba ahí, pero apartado, mirando la escena desde un lugar seguro.

Utilice un poco de mis reservas de energía para llegar hasta el.

Adam se sorprendió al verme ante sus ojos cuando un segundo antes me encontraba del otro lado de la habitación.

Mis energias fueron reduciendo poco a poco, estaba conciente de que pronto no podría moverme, pero decidi que era preferible salvar a sophie antes que a mi.

Le entregue a adam aquella preciada criatura que parecía no tener signos de que pronto se despertaría.

Deposité un pequeño beso en su mejilla y luego me di la vuelta para encarar a dos poderosos oponentes.

Mitz me miraba desde una esquina, seguro esperando su momento para atacar.

Nith era el que me preocupaba por ahora.

Su habilidad, su tecnia.

Ya había trabajado con él antes, y sabia que no seria fácil derrotarlo.

Comencé peleando  cuerpo a cuerpo, sin ningún ataque especial de por medio.

Lance uno de mis puños que aterrizo pesadamente sobre su mejilla.

 Lo habia tomado por sorpresa ya que no habia tenido tiempo de esquivarlo y asi, impactando contra el suelo, me hizo saber que esta batalla no se encontraba del todo perdida a causa de mi debilidad.

Nith comenzó a levantarse mientras se sostenía la mejilla con una mano. 

-con que asi quieres jugar ¿eh?-

Me lanzo una rápida patada que yo, ágilmente esquive. Sus ojos estaban ardiendo en furia pero yo solo quería terminar la pelea de una vez e ir con sophie para asegurar su bienestar. Volvió a atacar, lanzándome un puño al rostro, pero yo lo detuve con una mano y lo hice girar hasta obligarlo a ponerse de espaldas.

Entonces comencé a sentir algo que ardia ahí entre mi piel y la de él.

El calor fue tan intenso que tuve que separarme de él con rapidez. Mire su brazo y me di cuenta que todo él estaba recubierto por una capa de fuego ardiente.

Ahora la pelea sería mucho más difícil.

Se giro y me encaro mientras levantaba su brazo envuelto en llamas y lo lanzaba hacia mi rostro.

Apenas pude esquivarlo.

 Sentí como las llamas me rosaron el rostro y entonces me sentí aun más débil de lo que estaba antes.

Caí al suelo boca arriba, sentía que mis ojos se encontraban perdidos. Ya no podía distinguir el techo del suelo, todo era un solo borrón dorado que no dejaba de girar.

Finalmente, cuando mi cabeza decidió establecer el orden, todo lo que pude mirar fue el puño de fuego sobre mi rostro. No tuve fuerzas para protegerme así que solo me dedique en buscar a Sophie, tal vez ella estaría despierta ya, y si no, entonces solo necesitaba verla una vez más antes de morir.

Allí estaba ella, con esa melena roja que hasta ese momento me cuestionaba su manifestación.

Por el rabillo del ojo vi como Nith aproximaba su puño envuelto en llamas a mi rostro… no pude más que seguir mirando el dulce rostro de esa perfecta criatura.

-te amo- susurre mientras seguia mirando sus parpados cerrados, deseando una ultima oportunidad para volver a ver esos ojos tan particulares de los que me habia enamorado.