jueves, 12 de enero de 2012

Capitulo 14 - Voice


Mi padre solía llevarnos a un lugar hermoso todos los fines de semana.

Recuerdo viajar en la parte trasera de su blazer roja en compañía de mis hermanos mayores y de las cortas canciones estacionales que entonábamos juntos.

Recuerdo que viajábamos por horas y horas, nada más que viendo el ambiente cambiar ante nosotros con la dulce melodía de la risa de mi padre.

Los recuerdos se unen en un torbellino, la expectación acechante; me permito desear con todo mi corazón volver a esos tiempos mientras observo los límites de las montañas en la distancia, la tierra fértil que nos rodea y los cielos planos pero delicados que nos cubren.

Encuentro mi mirada con la de Ray, no muy segura de la expresión que llevo puesta.

-¿Por qué me has traido aquí?- pregunto, y tengo que esperar un largo minuto antes de que él logre contestarme.

-quiero que conozcas toda la verdad june. Quiero que entiendas porque estoy aquí y porque, como te dije hace dos semanas, he estado observándote mucho antes de que si quiera supieras de mi- dice sin despegar su mirada de mi rostro.

Dos zancadas por su parte son suficientes para dejar metro y medio de distancia entre los dos.

El día está llegando a su fin, y los últimos retazos de sol que han comenzando a esconderse detrás de las gruesas montañas perfilan su figura en un aspecto espectral y misterioso.

Siento miedo. Pero no miedo a él, no miedo a Ray.

Tengo miedo de lo que en este momento esta retorciéndose en su mente.

-cuéntame por favor- suplico, envolviendo mi mano en un puño; mis uñas clavándose en la carne para amortiguar lo que estoy a punto de escuchar.

-no puedo, aquí no- el dice y entonces se voltea con una expresión dulce en sus bellos ojos azules. –dije que te mostraría algo agradable, y eso es lo que hare- se detiene por un segundo y luego mira el reloj envuelto alrededor de su muñeca. –la hora es perfecta. Ven, camina conmigo- dice, y yo le obedezco.

Mi yeso se arrastra con dificultad por la gravilla mal asentada del terreno. Tengo que apoyarme varias veces en el brazo derecho de Ray y cuando mis dedos alcanzan por tercera vez su piel, el se detiene y se acuclilla enfrente de mí.

Yo miro su espalda empapada en sudor con absoluta confusión.

-sube.

Transcurre un segundo antes de que pueda entender su propósito, pero no hacerlo sería una soberana estupidez. Mi yeso dificulta el paso de ambos y por como abrió la caminata diciendo que era la “hora perfecta” podría decir que no podemos perder más tiempo; además se que mientras más rápido lleguemos a ese lugar, mas pronto sabré que es lo que quiere decirme.

El Buick de Grace lo dejamos aparcado bajo un árbol que le proporcionaría una tibia estancia durante las pocas horas de sol que faltaban. Debíamos dejarlo; palabras de Ray, no mías. Según él, es mejor recorrer este camino sin una maquina que perturbe la tranquilidad de la noche.

Después de unos pocos segundos enlazo mis brazos alrededor del cuello de Ray e introduzco una pierna por el agujero que él ha fabricado para mí debajo de su brazo. Ray sostiene mi pierna buena, enviando una oleada de calor por todo mi cuerpo y luego al pasar mi pierna enyesada, el se levanta y comienza a caminar conmigo cargada en su espalda.

Descanso mi mejilla en su hombro y aspiro su aroma a través de la tibia camisa blanca de algodón.

-¿estás cómoda?- pregunta con voz ronca.

-si- digo acomodándome aun más en esa pequeña cuna cálida. Mis mejillas encendiéndose con cada paso.

Los cabellos negros y sedosos que caen de su cabeza, aterrizan delicadamente sobre mi rostro y yo me quedo quieta, solo sintiendo y grabando ese momento; tratando de recordarlo por siempre.

Su voz me llega desde una estación lejana, desde un mundo de sueños rotos y voces silenciadas.

Me llama, clama mi nombre en pequeños susurros.

-¿Qué sucede?- respondo con los ojos cerrados.

-te has quedado dormida y… ya hemos llegado- anuncia mientras me aúpa en su fuerte espalda.

Abro mis parpados y me encuentro con un mundo brillante, de luces amarillas y resplandecientes. La noche brilla sin electricidad, solo la naturaleza puede hacer que exista algo tan hermoso.

-luciérnagas- digo sorprendida mientras levanto la mano con el dedo índice extendido para que uno de esos insectos pueda posarse con sobrada calma sobre mi piel.

Me rio al sentir el picor de sus patitas.

Entonces, Ray inclina sus brazos para darme la libertad de andar por mis propios medios.

Camino-cojeo solo unos pocos pasos, más allá de él y de su relajada actitud.

Si digo un tiempo estimado de cuanto dure parada ahí extendiendo mis brazos y girando sobre mi propio eje, estaría mintiendo, porque apenas dejo que mi mente vague por los cálidos brillos que irradian los insectos nocturnos, dejo que mi mente se apague y me permito dejar de pesar en el tiempo.

-june- murmura Ray a mi lado.

-¿Qué sucede?- pregunto cohibida por la repentina mirada serie que me está ofreciendo.

-hay algo que quiero decirte- comienza pero yo presagio algo malo -algo que quizás no quiero escuchar- en su voz me lanzo hacia la nube de luciérnagas con los ojos cerrados, tarareando una suave canción. -por favor, es importante- dice pero yo no lo oigo, o pretendo no oírlo. Siento como se exaspera y da unos cautelosos pasos en mi dirección –sé que me estas escuchando. Así que lo diré, june, la razón por la cual he estado siempre pendiente de ti, la razón por la cual últimamente me has visto en cada lugar al que vas es porque tengo una misión con tu padre.

Súbitamente detengo mi tarareo. La cabeza me zumba cuando me doy la vuelta para enfrentarme con esos ojos azules que en seguida me atrapan y me dejan amordazada bajo un cielo de nubes.

-¿Cómo has dicho?- susurro, mi voz a penas un eco de lo que era.

-cuando ambos contábamos cinco años nuestras vidas se nos fueron arrebatadas de la manera más cruel y poco humana que existe, o por lo menos así lo sigo sintiendo. June, mis padres cantaban con el tuyo. Tenían las voces más sorprendentes que haya escuchado, insuperables, inigualables…

“un día, ellos dejaron la casa con la coartada de que irían a cantar en aquel nuevo club de la ciudad. Muy tarde se enteraron de que solo caminaban con los que luego le darían caza, como animales…- su voz se corta en una nota triste, pero luego, levantando la mirada al cielo, reanuda su oración con rapidez. –los cazatalentos ilegales.

“Esa misma noche, un hombre de aspecto desdeñoso se presentó en mi casa. Para ese momento llevaba un día entero sin comer y sentía tanta hambre que las tripas se me habían encogido al tamaño de una hormiga. Tenía miedo y estaba solo, mis padres no habían vuelto aun. Pero cuando ese señor llego a mi puerta pude reconocerlo como aquel que siempre acompañaba a mis padres en sus salidas. Aquel hombre era tu padre june…

“en fin, al abrir la puerta y encontrarme con él. Todo lo que hizo fue mirarme con ternura y alzarme en sus brazos. Pocos registros hay en mi memoria sobre las conversaciones que mantuvimos esa noche, solo recuerdo como, con absoluta desesperación en la mirada, me pidió que te protegiera; que te mantuviera segura.

-y todo este tiempo… ¿todo este tiempo has estado cumpliendo esa promesa?- el me mira a los ojos, las luciérnagas se reflejan en el azul de su iris.

-si- dice simplemente, dejando su respuesta en el aire; flotando entre nosotros.


3 comentarios:

  1. Ya se te extrañaba! no sabia que ya habías vuelto. La historia va excelente, muy emocionada!!

    Saludos :)

    ResponderEliminar
  2. ooo me ha encantado de verdad, extrañaba leerte, me pondre al dia en cuanto pueda porque actualmente estoy algo ocupada :)
    muuuuchos besoos y espero el proximo capi!

    ResponderEliminar
  3. extrañe tanto voice ..... espero q no te pierdas tanto tiempo....que hermosa imagen y la historia ah no puedo creerlo que inesperado .... una promesa, crei q le diria q es un vampiro o algo asi ..que tonta
    x fa espero q escribas pronto...hacernos esperar mucho es muy cruel...cuidate mucho risa

    extrañe mucho leer tu historia

    ResponderEliminar

Proxima reseña

Proxima reseña